La violencia sí influyó en las elecciones, dicen candidatos y dirigentes del PRI

Rosendo Betancourt Radilla

Chilpancingo

Los candidatos priistas René Juárez Cisneros, Héctor Astudillo Flores, Mario Moreno Arcos y José Luis Peralta Lobato lamentaron el clima de violencia que priva en la entidad y reconocieron que podía influir en el sentido del voto.
Entrevistados ayer por la mañana, por separado, después de que emitieron su voto, todos celebraron la amplia participación de la ciudadanía pues en todas las casillas se observaron grandes filas de gente que iba a emitir su sufragio.
En un primer momento el candidato al Senado, René Juárez, informó que el candidato del PRI a la presidencia municipal de Marquelia, César Garibay Gutiérrez –quien fue privado de su libertad el sábado pasado—, “ya se encuentra en su casa”.
Luego, dijo esperar que la jornada electoral se presentara en calma: “espero que la gente salga a votar y al final de cuentas se respete el voto ciudadano”.
Y ante la pregunta, lamentó los hechos de violencia que se suscitaron durante las campañas y dijo que “son episodios que no deberían de presentarse, ahora tengo confianza de que será una jornada tranquila”.
Consideró que la violencia sí afectó el proceso electoral, pues “eso no ayuda a nadie, siempre afecta a la armonía. Lo que queda de aquí para mañana es que México debe estar unido, necesita concordia y yo me voy a abocar a que los guerrerenses estemos en una actitud de reconciliación”.
Por su parte, el candidato del PRI a una diputación local plurinominal, Héctor Astudillo, calificó el secuestro como “muy lamentable, es reprobable que ante la competencia política surjan este tipo de expresiones y sin duda el más afectado es el PRI con este tipo de circunstancias tan graves”.
En ese sentido, pidió al gobierno del estado que se realicen las investigaciones para que se dé con los responsables y se les castigue.
Aceptó que la violencia influyó en el proceso electoral: “ya influyó, indiscutiblemente, pero no evitó que la gente saliera a votar y que dé su determinación, si la violencia hubiera podido amedrentar a la gente estarían vacías las casillas, pero en todas las casillas de Guerrero hay colas”.
Sin embargo, expuso, a pesar del clima de violencia anterior a las elecciones, la gente salió a votar, “hay una gran afluencia en todas las casillas del estado, es la información que tengo por los coordinadores regionales de la campaña de Enrique Peña Nieto”.
El candidato a la presidencia municipal de Chilpancingo, Mario Moreno, dijo a su vez que el clima de violencia “lamentablemente enturbia este proceso electoral, pero espero que la jornada se realice dentro de los cauces normales”.
Cuando llegó a su casilla, se encontró con una fila de más de 200 metros de largo y pasó a saludar a casi cada uno de los que ahí se encontraban, como buscando que alguien le hiciera un espacio, pero los ciudadanos a quienes saludó le pidieron que tomara su lugar hasta atrás, para que emitiera su voto.
Agregó que se movilizó toda la estructura priista para el cuidado del voto, con casi dos mil representantes de casilla entre las coaliciones y para la elección federal, a quienes se les dio “una capacitación adecuada”.
A las 11 de la mañana, dijo que tenía un reporte de que estaban instaladas todas las casillas para este municipio, “hubo detallitos mínimos, el retraso en la instalación de algunas casillas sobre todo, pero dentro de la normalidad, o que no llegaban funcionarios de casilla”.
El candidato a diputado federal, José Luis Peralta Lobato, lamentó el secuestro del candidato de Marquelia y dijo esperar “que esto se componga y no haya ninguna situación lamentable, porque no tiene que haber este tipo de acciones”.
Consideró que la violencia no influiría en las elecciones e informó que en Chilpancingo se instalaron todas las casillas.
Para las 6:00 de la tarde, personal de la encuestadora Parametría informó, en el zócalo de Chilpancingo, que para la elección presidencial la encuesta favorecía al candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, sobre todo porque los ciudadanos reprobaban la violencia desatada durante el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa.