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Es fulminante el 50% de los infartos, advierte cardiólogo del ISSSTE

Natalia Vitela / Agencia Reforma

Ciudad de México

Aproximadamente, 50 por ciento de personas con un infarto al corazón no llega al hospital porque éste es fulminante, aseguró Alejandro Alcocer, cardiólogo del Hospital Regional Primero de Octubre del ISSSTE.
“La realidad es que hay gente que sin tener una molestia previa puede tener el infarto de forma súbita y éste puede ser mortal”, indicó.
Dijo que en ocasiones el infarto sí origina síntomas, como dolor opresivo en el pecho, falta de aire, sudoración y mareo. Ante ellos, las personas deben de acudir de inmediato al hospital.
“No todos los hospitales tienen la capacidad de atender este problema, por lo que cuando se tiene el infarto preferentemente es necesario ir a un hospital de tercer nivel, que son los que tienen mayor número de equipamiento y de especialistas.
“Si uno va a su clínica es muy poco probable que se le pueda ayudar”, afirmó el también miembro de la Asociación Nacional de Cardiólogos del ISSSTE.
Mencionó que entre más rápido se atienda al paciente es mayor la posibilidad de que tenga menos secuelas del infarto.
“Que se resuelva lo más rápido posible implica que se rescate más cantidad de músculo cardiaco”, precisó.
Indicó que alrededor de 80 mil mexicanos al año mueren a causa del infarto del corazón, y en muchos casos éste se presenta debido al estilo de vida que se ha adoptado en el país.
“Por ejemplo, se han copiado dietas altas en grasas saturadas, como las que se consumen en Estados Unidos, además del sedentarismo”, lamentó el cardiólogo.
De acuerdo con el experto, los principales factores de riesgo son la presencia de hipertensión, obesidad, diabetes y tabaquismo, así como los elevados niveles de colesterol.
Además, precisó, se deben tomar en cuenta los antecedentes como el tener familiares que hayan presentado infarto.
Explicó que lo que produce el infarto es un coágulo que tapa la arteria coronaria, y los tratamientos consisten en destaparla, ya sea con medicamentos o comprimiendo el coágulo y colocando una malla metálica que garantiza la apertura del vaso coronario.

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