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Eduardo Pérez Haro

La troika vs Grecia II

Para Luis Javier Peña Robles.

Grecia ha sido vencida en esta batalla por escapar al yugo de la troika, la deuda de 320 mil millones de euros se habrá de incrementar irremediablemente sin que sea posible obtener a cambio una mejoría de sus condiciones de desarrollo. Las medidas de “austeridad” que se anteponen como condición para renegociar un tercer paquete de ayuda económica se aceptan. El periodo de privaciones y escasez de oportunidades iniciado hace cinco años, se extiende. La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo hacen valer su autoridad bajo la égida de Alemania con Ángela Merkel como canciller del país teutón. Alexis Tsipras queda atrapado, siendo cuestionado por los radicales de Syriza, la coalición de mayoría de izquierda que le llevó al poder apenas al inicio del presente año.
Es una tragedia griega, lo es, pero más allá del eufemismo, es una tragedia para el mundo y sin embargo, Grecia no muere, y el mundo tampoco, y más aún, se introducen hechos que pautan hacia nuevos derroteros que representan una expectativa de cambio hacia un mundo mejor aunque no sencillos ni necesariamente expeditos.
La troika y su extensión operativa materializada en el Eurogrupo que preside Jeroen Dijsselbloem y que congrega a los ministros de finanzas de los 18 países intervinientes de la Unión Europea, ha asegurado con la aprobación misma del Parlamento griego que se aumenten los impuestos, se alargue la edad de jubilación, se reduzca el gasto público mediante diversas economías incluido el recorte de los trabajadores del gobierno, revisión de los contratos colectivos, y normas para huelgas y despidos, privatización de la red de transporte eléctrico y otras entidades públicas para recaudar 50 mil millones de euros, de los cuales tres cuartas partes se utilizarían para recapitalizar los bancos y reducir la deuda y complementariamente, el reforzamiento del sistema financiero con mayores medidas para el cobro de préstamos con mayores dificultades, incluso garantías para que los acreedores aprueben leyes claves antes de llevarlas a consulta pública o al Parlamento.
Estas son las condiciones previas a la negociación de la deuda, y como debe entenderse los acreedores no entran directamente a la aritmética de las intereses y los plazos de pago, antes, se aseguran de crear las condiciones de “ahorro” con las cuales técnicamente se les podrá pagar y ya después vendrá el toma y daca. Para cualquiera es claro que bajo estas condiciones de “austeridad” no es dable el crecimiento económico sino al contrario. Lo advertible es el ahondamiento de un proceso recesivo que no es otra cosa que un crecimiento negativo, un decrecimiento económico que por principio de cuentas traerá cada vez más, mayores requerimientos de ayuda, esto es, deuda y mayores estrangulamientos al desempeño de la economía, pero en esta estrategia de cobro no sólo hay una práctica de agiotista sino una inteligencia estratégica de subordinación que pasa por acomodar los llamados factores del capital y la producción, pues está el acaparamiento de las áreas de intervención de la economía del Estado y el abaratamiento de los costos del trabajo, esto es, del salario.
El capitalismo que se ha dado en llamar salvaje lo es porque trasgrede sus propias reglas y lo hace no sólo por un espíritu cruel sino porque se ha hecho del poder político-militar con el cual violenta las reglas de funcionamiento del mercado como es la competencia, a efecto de prolongar la vida de los negocios de una élite que siendo dueña de las “principales empresas” se indispone a ser relevada por otras empresas, y cuenta con su cristalización en el control del sistema financiero y la subordinación de los Estados nacionales, sea por la vía de su complicidad ganada a cambio de concederles márgenes de maniobra para su control y enriquecimiento (léase México ver.gr).o por la vía del estrangulamiento como en el caso de Grecia que teniendo un gobierno de oposición y un pueblo en contra, les cierra todas las opciones y les obliga a acatar sus designios.
Puesto en estos términos tenemos enfrente un adversario de poderes supranacionales que ha sido creado por la perversión política del capitalismo hasta conformarse como una burocracia (no elegida, no democrática) multilateral, mundial, global que se perfila conservadora por cuanto bloquea la competencia y el progreso del propio capitalismo y no descansa en el progreso del cambio tecnológico y productivo, sino en la superexplotación del trabajo, una modalidad que parecía haber sido desechada desde el siglo XIX pero que se reconstituyó a hurtadillas a lo largo del siglo XX y aflora con mayor plenitud en estos inicios del presente siglo XXI, con lo que se aparta del conservadurismo para adentrarse a la condición del capitalismo salvaje, lejos de la democracia, lejos de Grecia.
Tsipras se apanicó ante el grado de dificultad que representaba salirse del euro y de la Unión Europea sin tener un punto de apoyo claro en el bloque oriental, imprimir su dinero y emprender desde el aislamiento algo así como emular a Cuba cuando Cuba no escogió esa condición y ahora la trasciende como apremiante necesidad. No es fácil cuestionar al primer ministro griego por su decisión por más que nos hubiera gustado una ruta de mayor enjundia dado que contaba con el respaldo popular, empero, optó por buscar una negociación que a pesar de que se le reprocha haber aceptado peores términos que los que le llevaron al referéndum del 5 de julio, lo cierto es que el paquete de negociación se establece con un horizonte de mayor tiempo y volumen de recursos que los inicialmente planteados, mas lo importante, por ahora, no está en las cuentas de lo que habrá de lograr sino en la posibilidad de entender que la emergencia democrática que se mostró en el referéndum, advierte de la disposición social a enfrentar las políticas occidentales del capitalismo global que ahora anima a otros pueblos del viejo continente y del mundo, y que los partidos emergentes ahí donde están surgiendo deben apelar a la movilización social y su respaldo político para asestar nuevos golpes que como quiera sembraron a la troika, exhibieron a sus líderes, muy especialmente a Ángela Merkel e hicieron fisuras en sus esquemas y términos de actuación, en un mundo que como quiera se procesa en una reestructuración de sus hegemonías y vías de desarrollo en donde lo más importante está por suceder.

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