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Derriban en Tlaxcala la Capilla de Santo Cristo, un valioso monumento virreinal del siglo XVIII

*Es una barbarie, acusan especialistas del INAH y Conaculta

Yanireth Israde y Ana Laura Vásquez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Brutal. Insólito. Bochornoso. Bárbaro… Pródigos en adjetivos, los arquitectos Arturo Balandrano y Raúl Delgado, en representación del INAH y del Conaculta, describieron así el derribo de la Capilla de Santo Cristo, un monumento virreinal del siglo XVIII demolido el fin de semana con maquinaria pesada en San Pablo del Monte, Tlaxcala.
“No entendemos que una comunidad que profesa la religión católica haya cometido este acto de barbarie”, destacó Balandrano, coordinador de Monumentos Históricos del INAH, en una conferencia en el Museo Nacional de Antropología.
El antiguo templo franciscano convivía con uno más grande edificado en el siglo XX en la cabecera de este municipio situado en las faldas de la Malinche.
Aunque informó que el INAH presentó ayer una denuncia ante la PGR por ese delito que amerita de 3 a 11 años de prisión, Balandrano señaló que, “para no exacerbar los ánimos de la comunidad, el INAH no ha hecho una presencia formal en el lugar”.
Justificó la ausencia del instituto con el hecho de que se trata de la zona donde en los años 70 se registró el “fenómeno Canoa”, población vecina del estado de Puebla donde pobladores azuzados por el cura lincharon a estudiantes a los que acusaban de comunistas.
“Desde el punto de vista de la fe, como hemos visto en otros países, llegan a extremos demasiado intolerantes. Y cuando piensan que están defendiendo una creencia al destruir los vestigios históricos de su propia cultura, se está cometiendo un error, desde el punto de vista del INAH”, agregó.
Explicó que ellos se enteraron hasta el lunes por información de un empleado del Instituto que transitaba por la localidad: “Fue intempestivo, no pudimos hacer nada para defender la integridad del inmueble”.
Ayer, el gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, citó a una conferencia en la que participaron incluso representantes de la 23 Zona Militar para señalar que actuarán con todo rigor contra quienes destruyeron el templo.
Sin embargo, hasta ayer, el titular de Sitios y Monumentos del Conaculta admitió que no sabían ni el destino del arte sacro que contenía el inmueble, como el crucifijo del inmaculado señor de Cristo.
Sobre la responsabilidad de las autoridades culturales, agregó que no pueden tener un policía detrás de cada monumento.
Ayer, el obispo de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón, se dijo sorprendido e incrédulo de la destrucción.
Además, en un comunicado aseguró que el párroco del lugar, Juventino Rocha, no estaba enterado de la demolición.
Sin embargo, el vicario Humberto Tejeda aseguró el lunes que el párroco sabía de la decisión y que él sería quien daría la información oficial.

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