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Pese a los baches y escurrimientos de aguas negras los visitantes disfrutan de la playa Revolcadero

Karla Galarce Sosa

Playa Revolcadero recibió a los visitantes con baches en su principal acceso y escurrimientos en dos locales de restaurantes.
Sin embargo, los visitantes destacaron, al sentarse bajo la sombra de las palapas, que “te olvidas del mundo” desde que llegan, pues la lejanía del tráfico intenso en la Costera o en la zona Tradicional de Caleta, hacen única esa playa, a pesar de que su acceso “no es tan bonito como la zona Diamante”.
Este es un lugar “muy recomendable si quieres descansar, porque llegas y no hay sonido distinto al mar o a los niños disfrutando del agua”, comentó la señora Amalia Morales Serrano, quien llegó con sus dos hijos, Marcela y Joaquín, el domingo al mediodía y se quedaron en el hotel Pierre Marqués Princess.
En un recorrido por la zona, se observó la llegada, a cuentagotas de los bañistas a la zona de playa.
El señor Juan Carlos Córdova, originario de Puebla y también huésped del hotel Pierre Marqués, que colinda con el acceso de playa Revolcadero, comentó que decidió salir del hotel porque al pedir una cerveza en la zona de bar de la playa, le llevaron una lata golpeada y una servilleta por 60 pesos, lo que calificó como “un robo”, en cambio, dijo que los vendedores de la playa le regalaron limones, sal, servilletas y una cerveza en botella normal por 25 pesos.
El abogado Gerardo Gama Zamora, originario del Estado de México, dijo que además de los precios accesibles que hay en la zona de restaurantes, cerca de la Laguna Negra de Puerto Marqués, además de que ofrecen un “gran servicio y atención”, por mucho la mejor experiencia para vivir las mejores vacaciones, se vive en la zona Diamante, principalmente durante el verano con la familia, al igual que en el periodo invernal.
“Si te gusta estar en la playa hasta tarde, se puede prescindir del servicio del hotel, pero puedes anticiparte a comprar las cosas que quieras para quedarte otro rato”, comentó el huésped de uno de los primeros hoteles en la zona Diamante.
El señor Gabriel Gamma dijo que como familia, conformada por cinco personas, llevan 17 años viniendo ininterrumpidamente al puerto y hospedándose en el mismo hotel, e incluso, hasta dos veces al año. “Volveremos cada vez que podemos”, dijo sonriente cuando se le preguntó su opinión sobre la violencia que se vive en la franja turística.
La evaporación del agua que una ligera llovizna dejó en la madrugada, provocó que el cálido ambiente que se vive en la ciudad se tornará aún más difícil, sobre todo en las partes más alejadas de la playa.
Apenas había caminado 30 metros, desde su coche hasta el acceso de la playa, y Nubia Manzano había llegado completamente sudada hasta la palapa donde ella y su familia decidieron quedarse para pasar unas horas en la playa.
La zona de restaurantes conocida como El Pueblito, poco antes de llegar a la playa Revolcadero, lució prácticamente solitaria; los puestos de artesanías y de dulces se mantuvieron cerrados hasta después del mediodía que los abrieron.
A pesar de la apertura mecánica de la barra en la Laguna Negra de Puerto Marqués, los propietarios de los pequeños restaurantes de la zona se vieron en la necesidad de hacer una barricada a manera de puente provisional, para permitir que los visitantes cruzarán desde la avenida Revolcadero para llegar a la playa, pues el incremento en el nivel del agua es considerable debido al oleaje elevado que volvió a cerrar la barra, una semana después de que fue abierta por personal de Protección Civil, el mes pasado.
La bienvenida que tuvo la mayoría de los visitantes que ingresan a la playa Revolcadero fue un olor a drenaje y el escurrimiento constante de los desechos que se infiltran de los negocios de los locales y restaurantes.

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