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Urquizo fue acusado de delincuencia y cesado dos veces, una por recomendación de la CNDH

*Trabajó en la Policía Ministerial (antes Judicial), 12 de sus 38 años de vida. Enfrentó órdenes de aprehensión, pero siempre regresaba en sigilo, apoyado por sus superiores. El ex subprocurador Peñaloza lo acusó del atentado que sufrió. Fue señalado por sembrar un arma a un normalista de Ayozinapa luego de la represión de diciembre de 2011 en que murieron dos alumnos

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La vida del coordinador de la Policía Investigadora Ministerial (antes comandante de la Policía Judicial), David Jesús Urquizo Molina, fue controvertida y polémica. Tras su muerte bajo una lluvia de metralla ayer, quienes lo conocieron expresaron opiniones discrepantes: “No pudo haber muerto de otra forma con la vida violenta que llevó”, declaró un viejo policía adversario suyo. Otro expresó que sólo así pudieron matarlo, “de frente no, era mucha pieza, se defendió hasta el final”.
En los corrillos de la Policía Investigadora Ministerial (PIM), en donde Urquizo trabajó 12 de sus 38 años de vida con los que contaba al morir, se dice que lo mismo servía al gobierno que a la delincuencia. Por eso fue cesado en dos ocasiones, en otras más enfrentó órdenes de aprehensión en su contra pero, extrañamente, siempre regresaba en sigilo y en la opacidad, apoyado por sus superiores para que siguiera prestando sus servicios como policía.
El nombre de David Jesús Urquizo Molina comenzó a sonar con más fuerza a partir del desalojo violento de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa por policías estatales y federales el 12 de diciembre del 2011, al sur de la ciudad.
Meses antes fue ascendido a comandante por el entonces procurador Alberto López Rosas, pero a partir de ese episodio violento en el que fueron asesinados a tiros los estudiantes Gabriel Echeverría de Jesús y Alexis Herrera Pino, el joven policía fue señalado de que operó para sembrarle un rifle de asalto AK-47 al estudiante normalista Gerardo Torres Pérez, y de acusarlo de haber provocado que policías federales y estatales disparan contra los estudiantes que bloqueaban la autopista.
El señalamiento vino de uno de sus subalternos, el agente Reyes Castro Tolentino, quien declaró ante el Ministerio Público Federal que el 12 de diciembre firmó el oficio 11317 de intervención en el desalojo violento porque su “jefe”, David Jesús Urquizo Molina se lo ordenó a pesar de que “no le constaba nada de lo ahí asentado”.
En ese oficio se informa que Torres Pérez fue detenido en el cerro que está a un costado de la autopista, desde donde supuestamente realizaba disparos en contra de los agentes.
El agente declaró que Urquizo Molina le encargó seguir a seis de sus compañeros, quienes habrían sido los que llevaron al normalista a un paraje rumbo a Zumpango, donde lo obligaron a disparar el rifle AK-47 para incriminarlo.
Por este caso la Comisión Nacional de Derechos (CNDH) emitió una recomendación que derivó en el cese del jefe policiaco, sin embargo meses después, regresó a sus labores como policía.
Incluso, a raíz de ese señalamiento el ex director de Averiguaciones Previas, Marciano Peñaloza Agama responsabilizó al jefe policiaco del atentado en su contra a principios de marzo de 2012, y atribuyó la agresión a las investigaciones que realizaba por el caso Ayotzinapa.
El 13 de marzo, Peñaloza Agama sufrió un atentado justo después de salir de la entonces Procuraduría de Justicia en compañía de su escolta, integrada por agentes de la Policía Auxiliar del Estado.
Marciano Peñaloza habría denunciado ante la PGR que antes del cese del comandante Urquizo recibió de él una amenaza de muerte de forma directa en sus oficinas, y se dijo seguro de que el día del atentado le dieron a Urquizo Molina información de que iba saliendo de sus oficinas y la ruta que iba a seguir.

Su pleito con el procurador Iñaky

En el 2013 Urquizo Molina sostuvo una confrontación con el procurador Iñaky Blanco Cabrera, quien lo acusó de robo de vehículo, abuso de autoridad y privación de la libertad, delitos por los que solicitó a un juez una orden de aprehensión.
El 11 de febrero en conferencia de prensa Iñaky Blanco acusó al jefe policiaco de privar de la libertad a una persona sin motivo judicial, cuando ésta viajaba en su vehículo Jeep Grand Cherookee del Distrito Federal, a la altura de la caseta de cobro de La Venta, con dirección al puerto de Acapulco.
La orden de aprehensión en contra de Urquizo se libró el 30 de junio, por los delitos de robo de vehículo, abuso de autoridad y privación de la libertad, quien luego de rendir declaración y de dictársele la formal prisión, alcanzó el beneficio de libertad bajo fianza debido a que concluyó el juez que el ilícito no es considerado grave.
Sin embargo, Iñaky Blanco dijo que había más indagatorias en contra de Urquizo, pues aseguró que se encontró relacionado en más hechos delictivos entre los que destacó su participación en un secuestro express, por lo que el 12 de agosto de 2014, se ejerció acción penal en su contra y el 19 de ese mes se libraron los mandatos de captura correspondientes.
También esa vez, además de las órdenes de aprehensión en su contra, el jefe policiaco fue cesado y extrañamente posteriormente fue reincorporado a sus funciones.
Incluso arremetió en contra del procurador, denunció que la “represión” en su contra, fue porque se negó a “fabricar culpables” para cerrar el caso del empresario belga Jan Sarens, ejecutado en febrero de 2013 en el puerto de Acapulco, con lo que pretendió justificar las acciones penales en su contra.
Dijo que el entonces procurador le ordenó presentar a “cualquier delincuente del orden común” como el homicida de Jan Sarens, porque la embajada de Bélgica “está presionando” al gobierno de México para que esclarezca el crimen.
Según David Urquizo, se rehusó a fabricar un culpable o “chivo expiatorio” del caso, como se lo exigió el procurador Blanco Cabrera.
Acusó que en desacato a esa orden el procurador desencadenó una persecución en su contra, que se agudizó cuando detuvo al ex comandante de la Policía Ministerial, Julio César Guzmán Camacho, acusado de encabezar la célula criminal de Los Rojos, que a principios de ese año atentó contra el empresario Pioquinto Damián Huato.
El jefe policiaco incluso recibió el respaldo del empresario, quien el 29 de julio del 2014 declaró en conferencia de prensa que las órdenes de aprehensión giradas en contra del comandante de la Policía Ministerial y su grupo de agentes, quienes llevaron la investigación del atentado que sufrió el 28 de enero de ese año cuando perdió la vida su nuera Laura Rosas Brito, “son acciones prefabricadas” por la hermana del ex agente Julio César Guzmán, Magdalena Guzmán, quien se desempeña como agente del Ministerio Público.
El 31 de julio del 2014, María Magdalena Guzmán envió una carta que tituló: “Derecho de réplica a varios medios”, en la que informó que abandonó el estado por amenazas de muerte por parte del comandante de la Policía Ministerial, David Jesús Urquizo Molina.
“A través de este medio hago uso de mi derecho de réplica y primeramente manifiesto que es mentira todo de lo que se duele de ser víctima David Jesús Urquizo Molina, ya que la verdad es que es responsable de todos los hechos delictivos que se narran en el boletín de prensa del día 24 de julio de 2014”, dice en su carta en referencia a las acusaciones que hizo el procurador Iñaky al jefe policiaco.
“Si bien es cierto, soy hermana de Julio César Guzmán Camacho, también respondo por mis propios actos y no por los actos de mis familiares, no es represalia de mi parte los hechos delictivos imputados en contra de David Jesús Urquizo Molina, los hechos narrados son ciertos, tan es así, que el juez de Primera Instancia del Ramo Penal del Distrito Judicial de Tabares, libró una orden de aprehensión en su contra”, denunció la agente del Ministerio Público.
“David Jesús Urquizo Molina se dice perseguido por la Procuraduría General de Justicia del Estado, pero realmente la perseguida ha sido la suscrita, por parte de este delincuente, ya que hasta la presente fecha desde el día 11 de febrero del año en curso, no he podido regresar a mi domicilio en Chilpancingo, porque lo tiene vigilado, además de que no ha cesado en su búsqueda por encontrarme y privarme de la vida, tan es así, que después de que ocurrieron los hechos denunciados, dejó sus comodidades que tenía en el puerto de Acapulco y solicitó su cambio de adscripción de la coordinación de la Policía Ministerial del estado, de Costa Azul en Acapulco, a la coordinación de Tlapa de Comonfort, con la finalidad de encontrarme y privarme de la vida, ya que tuvo conocimiento que me habían cambiado de adscripción a ese municipio”, acusó entonces la agente del Ministerio Público.

Sobrevivió a un atentado

El 24 de mayo de este año, Urquizo sobrevivió a un atentado.
Ese día fue atacado a balazos por hombres armados que iban en un vehículo en el bulevar Alejandro Cervantes Delgado, en la colonia Universal de Chilpancingo. El jefe policiaco y un acompañante resultaron ilesos.
Según reportes de la Secretaría de Seguridad Pública de ese hecho, a las 7:50 de la noche, Urquizo y su acompañante viajaban en un vehículo Versa Nissan blanco, en el carril norte-sur del encauzamiento, cuando hombres les dispararon al menos en 15 ocasiones, pero los disparos sólo impactaron el automóvil.
Después, en las diligencias, a un lado del automóvil atacado encontraron 15 casquillos percutidos calibre 9 milímetros. Esa vez resultó ileso. Ayer no sobrevivió a la lluvia de metralla.

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