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Inaugura el museo del Templo Mayor una muestra a Xochipilli, señor rojo del crepúsculo

Esta es la deidad asociada al sol naciente, que auspicia también las artes escénicas

 

Yanireth Israde / Agencia Reforma

Ciudad de México

¿Quién venera al sol por las mañanas? Al menos en metrópolis como la capital de México, la prisa rige los movimientos de las personas, más propensas al estrés que a la celebración del día, contrasta la arqueóloga Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor, quien recuerda que siglos atrás los mexicas, en el corazón de Tenochtitlan, expresaban su devoción al astro rey, sinónimo del renacer.
Xochipilli Macuilxóchitl es la deidad asociada al sol naciente, que auspicia también las artes escénicas y protagoniza la muestra más reciente del recinto, con un centenar de piezas recuperadas en 1978 en el Templo Rojo Sur, parte de una ofrenda para esta divinidad conocida como “Señor del Rojo Crepúsculo”.
“Para los mexicas el día y la noche permanecen en lucha constante: el sol muere por la noche, pasa por el mundo de los muertos, y renace. El momento de morir y renacer es un crepúsculo rojo”, explica Ledesma.
Los objetos que componían la ofrenda estaban cubiertos de un polvo rojo, color que revestía también el templo, uno de los dos que preserva la zona arqueológica del Templo Mayor. Los otros que había en el recinto sagrado de Tenochtitlan desaparecieron.
En la ofrenda se encontraron restos de aves sacrificadas, cuya sangre bañaba el templo en rituales matutinos; no hubo presencia de restos humanos.
La muestra Una ofrenda a Xochipilli, entre luces canta y llega el sol, se aleja del estereotipo que reduce a los mexicas al belicismo para enfatizar los rituales que celebran el triunfo del día sobre las tinieblas.
“Esta divinidad nos muestra el otro lado de una cosmovisión catalogada como bélica y guerrera; no suele verse esta parte artística y poética que es exquisita”, puntualiza la arqueóloga.
Destacan en la ofrenda tres cuchillos monumentales con la imagen de Xochipilli y las reproducciones en miniatura de antiguos instrumentos musicales, por ejemplo, caparazones de tortuga para percusiones, tambores horizontales y verticales, sonajas, ollas cubiertas de piel que sonaban como tambor, flautas y silbatos.
Se incorporan instrumentos musicales de los pueblos indígenas actuales, para mostrar las coincidencias entre unos y otros.

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