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Ingresan nuevas leyendas al Salón de la Fama

Staff / Agencia Reforma

Canton

La última parada por fin se dio en el Salón de la Fama del futbol americano. En medio de un mar de Toallas Terribles, Jerome Bettis lanzó el grito de batalla: “Aquí vamos Acereros, aquí vamos”. La espera terminaba para el ex corredor de San Luis y Pittsburgh, quien pasó 13 temporadas en la NFL y ayer se convirtió en un nuevo miembro del recinto de los inmortales.
Bettis cerró la ceremonia de inducción en la que también fueron entronizados Junior Seau -fallecido en 2012-, Charles Haley, Tim Brown, Will Shields, Mick Tingelhoff; así como Bill Polian y Ron Wolf, éstos distinguidos como contribuyentes.
“Realmente pensé que la última parada del camión había sido en Detroit en el Súper Tazón XL. Pero ahora sé que el camión siempre correrá en Canton Ohio”, resaltó Jerome, quien estuvo acompañado de su familia, para quienes tuvo palabras de agradecimiento durante su discurso.
Otro momento emotivo fue cuando apareció Haley, campeón con San Francisco y Dallas, junto al ex dueño de 49’s Edward DeBartolo Jr., quien afirmó que el peor día de su vida fue cuando cambió a Charles a los Vaqueros en 1992.
El ex ala defensiva contó que cuando llegó a Dallas, Jerry Jones fue el primero que lo recibió cuando se bajó del avión y se dijo agradecido de por vida con el propietario de Vaqueros por ayudarle a tratar la leucemia de su hija.
Cuando llegó el momento de revelar el busto de Seau, su hija fue la encargada de decir una palabras en una entrevista para el canal de la Liga. En tanto, Tingelhoff, de 75, fue el único que no habló en la ceremonia, pero en su lugar lo hizo su ex compañero en Vikingos, Fran Tarkenton.

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