Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

El fraude electoral

 

Resulta realmente patético que la autoridad federal electoral dictaminara como no procedente la cancelación del registro al llamado Partido Verde, formación que a todas luces se define como satélite del partido en el poder, el cual otorgó la posibilidad de controlar la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados federal –con asombrosa exactitud matemática, aunque más que asombrosa, sospechosa– y que en el ámbito estatal también definió varias candidaturas municipales, distritales y la gubernatura estatal.
Emblemático resultó el caso de Acapulco, en donde de haberse contabilizado los votos de dudosa legitimidad del PVEM tal vez la presidencia habría recaído en otro candidato –el del PRI. Pero la estrategia del gobierno federal para que de manera tangencial el “voto ciudadano” –y lo entrecomillo porque realmente corresponde a un alevoso fraude– le favoreciera al PVEM, obedece a dos situaciones: la primera como resultante del gran desprestigio que sufre el partido en el poder en el gobierno federal: corrupción, ineficiencia, incapacidad, autoritarismo y varios etcéteras negativos, y dos, el fortalecer con toda una maquinaria de corrupción y mentiras a un partido que de no ser por la millonaria e ilegal inversión que le inyectan, proceso tras proceso, nada aportaría y ya habría desaparecido.
Pero además del juego de corrupción, ya de por sí reprobable, este tipo de actos sucios nos llevan a otros de peores consecuencias para toda la ciudadanía, y es el que aquel que nace de un proceso viciado y corrupto, para nada se detendrá –no tendrá escrúpulos y mucho menos valores– para evitar involucrarse con delincuentes comunes que actuarán en contra de la ciudadanía.
Esto sucedía y sucede en las entidades gobernadas por autócratas, en donde sus cuerpos de seguridad se vuelven contra la población a la que deben de defender y proteger.
La política es referente del grado de desarrollo y madurez de la sociedad, como ejemplo está el que en los últimos 20 años del siglo pasado existió una madurez política que pudo cambiar la sociedad, existió mas progreso, mayores libertades, mayor desarrollo cultural, pero las fuerzas más oscuras de la sociedad actuaron en conjunto para detener esta ola de progreso y democracia. Para desgracia de todos lograron revertirla y regresarnos al nivel de barbarie y atraso político, negándonos los avances democráticos y de progreso.
El priismo en su peor nivel está ahora de nuevo cortándonos derechos y apropiándose de nuestro bienestar. Se deberán construir de nueva cuenta organismos que le devuelvan a la ciudadanía sus derechos, rechazando delincuencia, corrupción y antidemocracia.
Mientras los organismos a quienes se les pagan millones de pesos para vigilar, controlar y sancionar los procesos electorales no cumplan su deber, la sociedad toda se verá afectada.

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