Prepara The New Yorker reportaje sobre prácticas turbias del sitio de celebridades TMZ

Salvador Cisneros / Agencia Reforma

Monterrey

Harvey Levin, creador de la página de escándalos de celebridades TMZ, está a punto de probar una cucharada de su propio chocolate y ésta le va a resultar amarga.
Quien se encargará de sacar los trapos sucios al sol de Levin y su famoso sitio será el reconocido periodista Nicholas Schmidle.
Según se reveló esta semana, Schmidle investiga desde hace un año el modus operandi de TMZ y está en la etapa final de la redacción de su reportaje que será publicado en la revista de periodismo narrativo The New Yorker.
Como se intuye que las prácticas de TMZ son bastante turbias –se rumoran sobornos, tráfico de influencias y amenazas de ataques mediáticos para destruir carreras–, Levin se tomó con seriedad el reportaje y advirtió a todos sus trabajadores para mantenerse herméticos.
Sin embargo, Schmidle ya platicó con varios insiders de TMZ, llamada así en alusión a “Thirty mile zone”, que representa el radio de 30 millas en el que se ubica West Beverly Boulevard y La Cienega Boulevard, en Los Ángeles, California.
Levin esta preocupado y tiene razón en estar así, pues Schmidle es un periodista serio que ganó reconocimiento por Getting Bin Laden, crónica que le valió la nominación en 2011 al National Magazine Award. También sus reportajes sobre el tráfico de armas ruso y su cobertura como corresponsal de guerra en Kosovo le han dado renombre.
Además, por la temática pop del reportaje, se piensa que éste podría generar interés en los estudios para ser llevado al cine. No sería la primera vez, pues The New Yorker publicó el perfil, escrito por Lawrence Wright, del director Paul Haggis en el que retrata su separación de la cienciología, mismo que luego se convirtió en libro y finalmente fue adaptado al cine como el documental Going clear, de Alex Gibney.
La experiencia de Levin como abogado en Hollywood le ha dado gran ventaja para posicionar esta página amarillista sobre el mundo del espectáculo americano y salir bien librado en términos legales.
Sin embargo, tras el escrutinio de Schmidle, respaldado por The New Yorker, las cosas podrían cambiar.