México necesita verdaderos intelectuales, no opinólogos, afirman escritores

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Los escritores Daniel Espartaco, Maruan Soto y Jorge Alberto Gudiño ofrecieron la charla El intelectual público, que se centró en la figura del escritor actual en ese papel, como parte de las actividades del Primer Festival Internacional de Lectura Acapulco 2015.
Ante apenas unas 30 personas que se reunieron en el Centro Internacional Acapulco, lamentaron que en la actualidad la figura del intelectual en México se depreciara y existan ahora opinólogos.
Asimismo, que el escritor, y en su caso el de ficción, se haya convertido en uno de ellos.
Jorge Alberto Gudiño, quien además de escritor es conductor de radio, recordó que en el pasado muchos escritores fueron grandes intelectuales, como Octavio Paz; “aquellos sujetos opinaban sobre cualquier cosa”, pero lamentó que ahora si bien hay autores que opinan sobre cualquier tema “y no sólo opinan sino que sientan el precedente con declaraciones del tipo de un autor comprometido con la sociedad y que por ende debe saber mucho y decir cosas al respecto”, existan autores “embebidos en lo que se le da la gana y su responsabilidad es con el lenguaje”.
Por su parte, el novelista Maruan Soto criticó que dichos autores, terminen opinando de cualquier cosa “alejándose de ejemplos como el de Jorge Ibarguengoitia”.
“Un intelectual es un profesional de pensar y ser intelectual en este país es limitarse a hablar de política”, dijo para aceptar que los demás serían opinólogos.
“Siempre ha habido un pensador en la historia de México y este papel se ha ido diluyendo y esa figura ha caído incluso en manos de periodistas dejando de lado a los escritores, quienes jugaban con este papel”.
Al respecto, el también escritor Daniel Espartaco destacó que “en la actualidad se le exige al escritor de ficción que tenga posturas políticas” por lo que el mismo autor se siente que ya es un intelectual.
“Estamos al pendiente de lo que pasa, leemos periódicos, pero uno se desarrolla como escritor con un sentimiento de culpa por no opinar sobre algún tema que se vuelve relevante en el momento y que nos indignan a todos”, justificó y agregó que estamos en un momento en que por ello todo el mundo opina y pocas veces de manera original.
Sin ofrecer una conclusión sobre el tema los tres escritores coincidieron en que indudablemente a México y en los momentos en los que se encuentra, “sí necesita profesionales de pensar”.