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Orson Welles roza en La dama de Shanghai el conflicto por el desarrollo turístico de Acapulco: Rafael Aviña

*Incluye en la cinta tomas en las que se leen en las paredes “Alemán”, en referencia a la oposición de los acapulqueños a su proyecto turístico que permitió la construcción de hoteles sobre la playa

Óscar Ricardo Muñoz Cano

El crítico de cine Rafael Aviña presentó ayer su libro Orson Welles en Acapulco (y el misterio de la Dalia negra), como parte de las actividades del Primer Festival Internacional de la Lectura Acapulco 2015 ante decenas de personas en el Centro Acapulco.
El trabajo, que editó la Dirección de Publicaciones del consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) encadena varios acontecimientos a decir de su autor: la presencia del cineasta estadunidense en México, la transformación de Acapulco en un complejo turístico y el brutal asesinato de una joven llamada Elizabeth Short, en Los Ángeles, California.
En entrevista, Aviña recordó que la génesis del libro ocurrió luego de leer una investigación acerca de la muerte de Elizabeth Short, a quien posteriormente se le apodó La Dalia Negra, “donde se hablaba de la enorme posibilidad de que el gran director de cine Orson Welles (1915-1985) pudiera ser su asesino a partir de una serie de elementos y entrevistas”.
El asesinato de la aspirante a actriz Elizabeth Short ocurrió en 1947, año en que Welles filmaba en Acapulco la cinta La dama de Shanghai.
“Mucha de esta información me parecía muy fantasiosa pero esto me llamó la atención para hablar no sólo de Welles, el más grande director de cine en el mundo sino de otros temas que yo desconocía incluso del mismo Acapulco, del de los años dorados y el actual”.
El ganador de los premios Canaiem a Mejor Biografía con la obra David Silva. Un campeón de mil rostros, abundó que el proyecto lo inició en 2004 y visitó mucho el puerto para investigar; “de hecho estuve cerca de quince días enteros para trabajar en la hemeroteca, por ejemplo, en los hoteles como El Mirador para ambientarme y conté con ayuda de muchos amigos para leer documentos y reunir otras cosas”.
Recordó que al revisar periódicos y revistas acapulqueñas de la época, se dio cuenta que justo en el año en que Welles filmaba la cinta, el presidente Miguel Alemán trataba de imponer el modelo de desarrollo urbano conveniente a las empresas turísticas extranjeras. Tanto así que –dijo– se cambió la constitución para poder construir a unos cuántos metros de la playa los grandes hoteles que hoy obstruyen la vista a los acapulqueños de hoy, y a lo que se oponían los de antes.
Incluso, hizo notar que en la cinta hasta en tres ocasiones se puede leer la palabra “Alemán” en las paredes del puerto, lo que habla de la sensibilidad de Orson Welles para incorporar a su película un conflicto de tipo social que en ese momento ocurría en la locación de su filme.
Su presentación contó con ayuda de unas proyecciones, con las que el público pudo observar tanto imágenes del Acapulco previo a su conversión en un centro turístico internacional, aún en contra de los lugareños, al mismo tiempo que las crudas imágenes del cuerpo de Short, a quien encontraron desnuda, partida por la mitad y cuyo caso no se pudo resolver.
Así también, algunas muy breves escenas de dicha cinta, que narra un triángulo amoroso entre una hermosa rubia (Rita Hayworth), su esposo (Everett Sloane) y un marinero (Orson Welles) que se suprimieron e imágenes de la producción de la misma como por ejemplo una serie de maniquís incompletos y hasta el rostro de una muñeca con faltante de piel.
La película, dijo Aviña, “duraba dos horas y fue cortada por los productores a ochenta y tantos minutos; es una obra maestra y sin embargo si hubiera quedado el montaje original de Orson Welles quizás hubiéramos tenido más pistas, y encontrado una serie de cosa mucho más interesantes”.

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