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Reniegan de la historia de lucha de la UAG en el curso para aspirantes a la bolsa de trabajo, se queja

Señor director:

Soy asistente al “Curso introductorio de competencias docentes para aspirantes a participar en la bolsa de trabajo de la UAGro”. Quiero hacer algunos señalamientos al respecto.
1.- El curso, que fue abierto a egresados de cualquier universidad, es la primera y única capacitación introductoria para aspirantes a docentes en la UAG y le encuentro peculiaridades perniciosas para la sociedad y el futuro de la universidad. Al parecer el curso no es más que cumplir con un requisito que solicitan las autoridades que dan dinero o certifican a la universidad.
2.- Como si fuera un asunto motivo de un vergonzoso pasado, ninguno de los capacitadores hace la mínima mención a la historia, orígenes e importancia de la Universidad en nuestro estado. No dicen una palabra respecto a la esencia y filosofía de la vida universitaria. Es más, ni siquiera comentan la misión y visión de la UAG.
Me llaman la atención los comentarios de las personas que fueron capacitadas para impartir el curso por la Dirección de Docencia de esta universidad, que hablan de que la universidad antes era “una universidad problemática y ahora está certificada por la (sic) CUMex”.
A este respecto, quiero decir a la capacitadora y al director de Docencia que me da tristeza que se olviden que la Universidad Autónoma de Guerrero no fue una concesión del Estado y que muchos guerrerenses dieron la vida para tener el salario de que ahora gozan.
Me parece que la universidad más que tener un pasado problemático, tuvo un pasado glorioso y espero que siga siendo un agente del cambio social.
En el curso se olvidan de los nombres de los universitarios que han participado en la lucha por las mejoras de condiciones en nuestro país sea en el aula, el laboratorio o en la lucha armada (algunos de ellos vivos todavía).
Le recuerdo al director de Docencia, al rector y a sus capacitadores que la sangre derramada por universitarios no se puede limpiar, aunque se borre del discurso.
3.- El modelo basado por competencias es un modelo viejo, lleno de contradicciones y proveniente del modelo económico-industrial que se centra en la competencia (o incompetencia, por ende) de un alumno para realizar las tareas en una secuencia de aprendizaje.
En el discurso se jacta de ser humanista y de formar seres críticos y reflexivos, pero en la aplicación no tiene interés por la unicidad humana y se centra en ser aptos o no.
Se olvida de que los alumnos tienen capacidades diferentes, diferentes necesidades de aprendizaje y diferentes ritmos, en la práctica no se puede estandarizar a un grupo y aplicar este modelo y se supone que la Dirección de Docencia debería tener conocimiento de ello (si no lo sabe le invito a que se asesore de un psicólogo educativo).
El Consejo Educativo de Castilla y León menciona los peligros al aplicar el enfoque por competencias, ya que a los estudiantes:
–Se les despoja de su finalidad e intencionalidad social.
–Se empobrece a las personas que sólo buscan el éxito personal.
–Se promueve el servilismo y docilidad para servir a un sistema neoliberal y competitivo.
–Potencia un sistema selectivo que aumente las diferencias y la exclusión social.
–Se promueve una educación que no es: inclusiva, integral y pensada para formar una ciudadanía crítica.
–Se privilegia la exclusividad de las grandes corporaciones e intereses globalizadores económicos y laborales por generar e imponer competencias en las personas.
4.- Se cobraron 750 pesos por persona para tomar el curso conditio sine qua non para poder ingresar a la bolsa de trabajo.
Un curso casi sin descansos es antipedagógico, tremendamente aburrido y por consecuencia poco productivo (ya que se preocupan tanto por ese punto, mostraron una tremenda contradicción).
Por los 750 pesos no recibimos ni una sola hoja de material (solo material digital), café y galletas, ¿según sus cálculos costaron 490 mil pesos las galletas y pago a los replicadores del curso o están lucrando con la necesidad de la gente desempleada?
El curso ofrece “asesoría personalizada” por el pago, pero nunca hubo tal.
¿Cómo pretenden el señor José Luis Aparicio y el rector Javier Saldaña que participen los mejores profesionistas del estado si ponen de filtro el pago de 750 pesos cuando el salario mínimo en el estado es de 66 pesos? Un empleado con ese salario tendría que trabajar 12 días para poder pagarse un curso de ese tipo.
¿Acaso la universidad no tiene la infraestructura y el personal como para dar gratis el curso?, ¿no tiene como eje la universidad la educación gratuita o más asequible posible?
5.- El curso gozó de una total ausencia de los responsables como René Edmundo Cuevas Valencia, José Luis Aparicio ni se apareció (tal vez nos haga el honor de su visita el día de la clausura).
6.- Totalmente desorganizada la inscripción y con carencia de personal, con galletas un día sí y otro no, se reflejó una falta de planeación y organización en el evento.
7.- Si es cierto lo que se comenta en los pasillos que los “espacios” (puestos de trabajo), ya están repartidos por el rector y sus súbditos entre las tribus de la universidad, pues qué poca madre tienen de estar haciendo gastar dinero para engañarles y dejarlos en una eterna espera en la bolsa de trabajo solo porque no están amafiados.
Noté que gente inscrita en el curso, pero con amistad con el director de Docencia, como Rosa María Brito Carmona, estuvieron prácticamente ausentes del curso, lo cual de cierta forma confirma los rumores.

Guillermo Vázquez González
Asistente al curso

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