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Sorprende The danish girl en Venecia; la actuación de Eddie Redmayne, oscareable

*La película está basada en el matrimonio de los artistas daneses Gerda y Einar Wegener donde ella acompaña a su marido en su proceso de transformación transexual

DPA

Venecia

Si todos los indicios se cumplen, la edición de este año de los Oscar tendrá un tono manifestamente gay: será difícil no encontrar el drama lésbico Carol, de Todd Haynes, o The danish girl, la película de Tom Hooper que ayer se presentó a concurso en el Festival de Venecia y en la que el Eddie Redmayne encarna a una de los primeros hombres que se sometió a una operación de cambio de sexo en los años 20 del siglo pasado.
The danish girl ha gustado a gran parte de la crítica, aun cuando su estilo sea academicista, como también lo fue El discurso del rey, la película con la que Hooper consiguió el Oscar, o el musical Les miserables, que también llegó a la alfombra roja de Hollywood.
El británico Redmayne, que ya recogió el Oscar en febrero por dar vida al científico Stephen Hawking (The theory of everything), se perfila como candidato en la próxima edición de los premios más cotizados de cine con su transformación en la artista Lili Elbe.
The danish girl está basada en hechos reales, en el matrimonio de los artistas daneses Gerda Wegener y Einar Wegener. Ella acompañó a su marido en el proceso hasta su transformación en Lili Elbe.
“La película habla de la inclusión. Vivimos en un mundo muy dividido. Basta ver lo que está sucediendo en nuestras playas en Europa actualmente con esta crisis tremenda de los refugiados. Esta película es un llamamiento al corazón para no exluir a los transexuales, ya sean hombres o mujeres”, aseguró Hooper. “Espero que la película muestre cómo el amor y la compasión hacen posible la inclusión”, agregó.
La historia de amor de Gerda y Lili es un amor sincero, habla de inclusión y aceptación, agregó.
Hooper no se centra en la construcción de una nueva identidad, sino en cómo nace, en cómo aflora la mujer que Redmayne lleva dentro. Y esa situación se pudo dar porque se desarrolló en un entorno artístico, aseguró Hooper.
Redmayne, que recibió el guión cuando estaba rodando con Hooper Los miserables, comentó que el director no le dijo nada sobre el tema. Tan sólo le adelantó: “Es el mejor guión que he leído jamás”.
“Me conmovió profundamente esta historia de amor tan única y apasionada. Y la piedra angular de todo ello es esa persona con el suficiente valor para vivir como quiere ser”, explicó Redmayne, quien reiteró en varias ocasiones su agradecimiento a los transexuales que ha conocido y su generosidad compartiendo sus experiencias para poder encarnar este personaje.
Con lo que me quedo de toda esta experiencia es “la magnífica educación en tantas cosas”, lo que he aprendido, así como la dulzura y la generosidad de los transexuales que he conocido, agregó el actor de 33 años.
Si aplaudida fue la actuación de Redmayne, tampoco fueron menos los elogios para la sueca Alicia Vikander, que se perfila como nueva estrella de Hollywood.
La actriz de 26 años comentó que le atrajo el aspecto de la historia de amor extraordinario. “Me enamoré del hecho que se trata del amor de dos personas, pero también una historia sobre cómo amar, y cómo amarse a uno mismo. Gerda, para la época, era una mujer de vanguardia, una mujer que trabajaba, una artista”, afirmó la actriz, para quien lo más difícil fue entender lo que Gerda estaría viviendo con aquella situación, en una época en la que los transexuales no existían y la homosexualidad era catalogada como mínimo como perversión.
“Encontré en ella una mujer que es capaz de amar a otra persona más que a sí misma y me gustaría tener algo de ella”, agregó la actriz.
The danish girl fue la película más aplaudida de las tres presentadas a concurso. No le fue igual de bien a Equals, de Drake Doremus, una suerte de Romeo y Julieta en un mundo futuro, en donde se han eliminado genéticamente las emociones. Las personas no se enamoran ni tienen relaciones entre ellas. Sin embargo, siempre hay algunas que sufren un “trastorno” y, si llegan a sentir algo, son confinadas en un lugar del que nadie regresa.
Kristen Stewart y Nicholas Hoult encabezan el reparto de esta cinta de ciencia ficción en la que Doremus no consigue los mismo elogios que dos sus anteriores trabajos, obras más indie.
Stewart admitió en rueda de prensa similaridades con la obra de Shakespeare, porque son dos personas que afrontan dificultades para amarse. Pero la pregunta que ella se planteó durante los ensayos fue: ¿Existiríamos si el amor no existiese? ¿Se podría vivir sin amor?.
La “pasión, la curiosidad, eso es lo que mantiene nuestro mundo en marcha. Si quitas eso, nadie iría a trabajar, no habría curiosidad intelectual y nadie se ocuparía de otra persona. ¿Existiría el mundo sin el amor? No lo creo”, indicó.
El estadunidense Doremus, que se inspiró en Blade runner y en Alps (del griego Yorgos Lanthimos), apuntó que existe cierto paralelismo con el mundo actual, donde las tecnologías desempeñan actualmente un papel tan importante en las redes sociales.
El revuelo con The danish girl, cuyo espléndido vestuario firma el español Paco Delgado, y la presencia de Stewart dejaron en un segundo plano a la actriz francesa Juliette Binoche, que interpreta a una madre en duelo en L’attesa, el debut del italiano Piero Messina.
El siciliano, asistente de dirección de Polo Sorrentino en la oscarizada La grande bellezza, relata cómo esta mujer niega la muerte de su hijo ocultándole a la novia (Lou de Laâge) lo sucedido mientras ella lo espera en la casa.
Messina moldea ese dolor que Binoche tan magistralmente sabe llevar a la gran pantalla y que conduce finalmente a la aceptación de la pérdida. La actriz reconoció que al principio no fue fácil trabajar con el director, por su afán de controlarlo todo. El “hecho de estar insegura lleva a una sensibilidad diferente”, indicó la actriz, quien en esta ocasión, en vez de trabajar con un guión, tuvo que hacerlo con la imaginación, para poder transmitir lo que esa madre estaba pasando.
La recepción de L’attesa, que también concurre por el León de Oro, no se puede decir que fuera buena, pero la prensa italiana, que en Venecia constituye una mayoría aplastante, no se distingue por su generosidad con las producciones nacionales.

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