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Se enfrenta Merkel a la oposición interna por dar paso a los asilados

EFE / DPA

Berlín / Viena / Múnich / Budapest / París / Nueva York

El flujo de refugiados a Alemania continúo ayer y durante todo el fin de semana se alcanzó la cifra de 13 mil nuevos peticionarios de asilo, mientras se ha desatado el debate político sobre la decisión de la canciller Angela Merkel de abrir las puertas del país ante la crisis que se vivía en Hungría.
Las críticas han venido de la Unión Socialcristiana (CSU), partido hermano de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y que gobierna con mayoría absoluta en Baviera, el estado más afectado por la avalancha del fin de semana
El secretario general de la Unión Socialcristiana (CSU), Andreas Scheuer, dijo que dentro de la cúpula del partido hay unanimidad en que ha sido una decisión equivocada.
“Alemania no puede resolver en solitario los problemas de migración de este mundo”, dijo Scheuer, cuyo partido es considerado como el ala bávara de la CDU de Merkel.
“A largo plazo no podemos recibir en Alemania a todos los refugiados, que deberían repartirse entre los 28 países miembros de la UE”, dijo, por su parte, el primer ministro bávaro, Horst Seehofer, durante un acto para celebrar el centenario del legendario líder de la CSU, Franz Josef Strauss.
Pese a la críticas, el gobierno bávaro ha celebrado la disposición a ayudar de la población, aunque sin dejar de reclamar una solución europea para la crisis, y ha asumido el reto logístico que representa el flujo de refugiados evitando que se produjera un caos que muchos temían.
De momento, muchas veces parece haber euforia por el hecho de que el país haya asumido el reto, pero también hay temores de que el flujo de refugiados haga que resurjan temores que puedan ser aprovechados por grupos de ultraderecha.
Durante el sábado llegaron 8 mil refugiados, mientras que ayer, hasta las 15 horas, fueron cerca de 5 mil los que accedieron a Múnich, capital de Baviera.
La mitad de los refugiados que han llegado a Múnich serán repartidos entre otros estados de Alemania, mientras que el resto permanecerán de momento en Baviera.
Hay cuestiones financieras que tienen que ordenarse, y el Estado, como lo dijo ayer el ministro de Economía, Sigmar Gabriel, tendrá que destinar recursos a los municipios, que son los que se encargan directamente de los centros de acogida.
De parte de la industria, muchos han querido empezar a dar ejemplo anunciando buscar trabajadores directamente en los centros de acogida.
Así, por ejemplo, el presidente del consorcio automovilístico Daimler Benz, Dieter Zetschke, dijo al dominical “Bild am Sonntag” que muchos de los refugiados son “jóvenes, están motivados y tienen buena formación” y subrayó que eso es precisamente lo que buscan las empresas en momentos en que Alemania tiene la tasa de desempleo más baja desde 1991, del 6.4 por ciento.

Miles de refugiados llegan a Alemania y Hungría pide cerrar fronteras

Las autoridades de Austria indicaron por su parte que 15 mil refugiados cruzaron la frontera desde Hungría y la mayoría continuó su camino hacia Alemania.
Los refugiados, muchos de ellos enfermos y exhaustos después de semanas de odisea a través de numerosos países, fueron saludados con aplausos y sonrisas por ciudadanos y voluntarios alemanes y austríacos que distribuyeron alimentos, medicinas y regalos.
Durante días, los refugiados, en su mayoría sirios que huyen de la guerra civil en su país, se habían quedado varados en la estación de Keleti en Budapest porque Hungría les impedía subir a los trenes para salir del país pese a que habían comprado billetes.
El traslado masivo comenzó inesperadamente el sábado cuando las autoridades húngaras anunciaron que pondrían a disposición decenas de autobuses para trasladar a las personas que estaban varadas en la estación de trenes de Budapest hasta la frontera con Austria.
Tras consultas entre los gobiernos de Alemania, Austria y Hungría, y ante la dramática situación, se decidió hacer una excepción en las regulaciones y permitir que los refugiados salieran de Hungría durante el fin de semana.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, instó ayer a Alemania y Austria a cerrar sus fronteras. El jefe de gobierno conservador dijo que ambos países deberían decir “claramente” que no recibirán a más refugiados, sino llegarán “varios millones” de personas a Europa.
La inmensa mayoría de los migrantes no quiere quedarse en Hungría o en otros países de entrada como Italia o Grecia, sino trasladarse a Alemania, donde esperan tener mayores facilidades para recibir protección social.
Mientras tanto, no dejan de llegar más personas a Hungría, que se ponen en marcha para tratar de llegar a la frontera austríaca. El domingo ingresaron unos mil 450 migrantes desde Serbia. En los últimos días la cifra se ha ubicado en entre mil 500 y 3 mil personas por día.
La canciller alemana, Angela Merkel, invitó al primer ministro serbio Aleksander Vucic a reunirse el lunes en Berlín, donde ambos políticos hablarán sobre la crisis de refugiados, informó ayer el gobierno en Belgrado.
De todas formas, a nivel político sigue sin haber una respuesta común a la crisis. El sábado, los ministros de Exteriores no lograron un acuerdo en Luxemburgo sobre el reparto de 120 mil refugiados dentro del bloque. Sobre todo los países de Europa del Este se niegan a que se establezcan cuotas obligatorias.
El portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo ayer que por ahora no hay previsto una cumbre extraordinaria sobre el tema migración. La cuestión se tratará en la cita prevista el 15 y 16 de octubre, indicó.
El miércoles el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presentará un plan sobre el reparto de los refugiados. Según una versión filtrada ayer por el periódico alemán Welt am Sonntag, el texto prevé que España acoja a 14 mil 921 personas. El país que más migrantes debería aceptar es Alemania, con 31 mil 443, seguida de Francia, con 24 mil 31.
El papa Francisco llamó ayer a las parroquias en toda Europa a acoger a refugiados ante el drama que viven decenas de miles de personas, en su mayoría sirias, que están huyendo hacia el Viejo Continente.
Por su parte, La ONU mantuvo ayer conversaciones telefónicas con varios líderes europeos sobre la llegada masiva de refugiados al continente y les pidió que sean “la voz de aquellos que necesitan protección”.

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