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Reconoce el director del Hospital del Niño y de la Madre Indígena de Tlapa que sí hubo infecciones

*Ante los señalamientos de la muerte de seis recién nacidos infectados por bacterias debido al hacinamiento, esta semana reanudará la construcción de la unidad de cuidados intensivos neonatales

Carmen González Benicio

Tlapa

En una visita al Hospital de la Madre y el Niño Indígena Guerrerense en compañía de su director, pudimos conocer la obra de construcción dentro de la unidad de cuidados intensivos neonatales que fue abandonada hace dos meses, pero que ante los señalamientos de la muerte de seis recién nacidos infectados por bacterias debido al hacinamiento se reanudará esta semana.
Sin embargo, no se nos permitió el paso a áreas de hospitalización o cirugía, por las condiciones de sanidad en que se encuentran ante la contingencia que se vive en el hospital, pero el espacio está abierto a las consultas externas y gestiones administrativas, aunque, en sí el área de espera está vacía porque todos los que tienen algún familiar están afuera, bajo el techado de lámina construido en la entrada principal.
Se nos permitió visitar el albergue donde están las madres que tienen hijos hospitalizados, y la obra de construcción del banco regional de sangre, pero no se nos permitió platicar con las madres ni tomar fotografías.
El director del hospital, Enrique Herrera Gálvez reconoció que sí hubo infecciones al decir que éstas están controladas, que tenían una cuarentena, que no aceptarían a nuevos pacientes ni darían de alta a los que están internados, hasta que les dieran indicaciones en Chilpancingo para reabrir el servicio.
Dijo que el domingo y el lunes salieron dos recién nacidos que dieron negativo en las pruebas de la infección, pero que seguían seis pacientes controlados en el área de cuidados intensivos obstétricos.
Sobre las muertes de seis recién nacidos que, trascendió que ocurrieron en julio y agosto a causa de un infección por bacterias, dijo que esa información le correspondía darla al secretario de Salud, pero que, “ya estaban atendiendo, y la contingencia rebasada”.
Herrera Gálvez dijo que la infección nosocomial se da en todos los hospitales, “y nos llegó la de malas a nosotros… nuestro pecado fue querer ampliar de 12 camas a 24, eso se le dije al secretario de Salud, nunca imaginamos que iban a quedar parados los trabajos… porque había ocasiones en que había hasta 30 partos, y sólo podían atender 12, ya que el Hospital General de Tlapa no atiende por su remodelación”.
Herrera Gálvez dijo que ahora su preocupación es que cada día llegan nuevos pacientes que tienen que transferir a otros hospitales como el de Chilpancingo, el de Puebla o el de Acapulco, y eso es frecuente con los recién nacidos en comunidades, que son prematuros.
Agregó que consideran buscar una reunión de primer nivel con las autoridades de Salud para que implementen una búsqueda exhaustiva e intencionada de mujeres con riesgo de parto prematuro en las comunidades, para que sean atendidas de manera preventiva, ya que 63 por ciento de la población que atiende este hospital es indígena.
Explicó que así disminuirían los partos prematuros, factor que pone en riesgo a los recién nacidos que llegan a pesar 1 kilo y medio, “eso hace que cualquier enfermedad les pegue, tuvimos seis casos recientes; es necesaria un cultura de autocuidado en las mujeres”, dijo.
Agregó que el 60 por ciento de los recién nacidos que entran a terapia intensiva tienen cuadros de prematuro inmunodeprimido, y eso los hace propensos a enfermedades; por eso es necesario identificar en las comunidades a las mujeres en riesgo de parto prematuro.
Informó que le comunicaron que reiniciarán los trabajos de la obra de la unidad de cuidados intensivo neonatales esta semana, los que fueron suspendidos más de dos meses con el argumento de la falta de recursos, que construye la Subsecretaría de Planeación del gobierno de estado con recursos del Seguro Popular, y que está presupuestada en 4 millones 600 mil pesos.
Sin embargo, el director destacó el “grandioso trabajo que hacen los médicos” para atender a las usuarias, “tenemos aquí siete pediatras, y en Chilpancingo hay 20”, explicó.
Detalló que, en promedio el hospital atiende 12 partos diarios, “aunque el pasado viernes fueron entre 18 y 20”.
El hospital se mantiene vigilado; al entrar, guardias de seguridad preguntan al visitante a qué va, le piden datos y siguen de cerca a los visitantes de los que sospechan que no van a recibir o visitar a una enferma.

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