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Denuncia la OIM la falta de liderazgo político para resolver la crisis migratoria mundial

*En la apertura de la XV Conferencia Suramericana sobre Migraciones, celebrada en Santiago de Chile, el representante del organismo mundial echó en falta “relaciones de poder claras” que ayuden a mitigar la actual situación

EFE / DPA

Santiago de Chile / Estrasburgo / Bruselas / Copenhague

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) denunció ayer la falta de liderazgo político para resolver la crisis migratoria global que afecta a una de cada siete personas en el mundo.
“No recuerdo ningún otro momento en el que hayamos vivido tantos desastres, conflictos y emergencias humanitarias en el que existiese tan poca diplomacia y negociaciones activas por parte de los distintos gobiernos”, dijo ayer el director general de la OIM, William Lacy Swing.
En el marco de la apertura de la XV Conferencia Suramericana sobre Migraciones, celebrada este miércoles en Santiago de Chile, el representante de la organización echó en falta “relaciones de poder claras” que ayuden a mitigar la actual situación.
Según cifras proporcionadas por el experto en fenómenos migratorios, en el mundo hay mil millones de migrantes, tanto nacionales como internacionales, una cifra que a su parecer tenderá a aumentar a medida que pasen los años y se incremente la población mundial.
Tanto la OIM como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) hace tiempo que urgen a las autoridades a ejercer su liderazgo moral y político para adoptar misiones a largo plazo, explicó el representante.
En su discurso inaugural Lacy Swing también hizo referencia a la actual crisis de refugiados que escapan de la guerra y el hambre y buscan refugio en Europa.
El director general recordó que en el mundo existe un gran número de conflictos activos entre los que destacan la guerra de Siria, la violencia en la República Centroafricana o los conflictos en Libia, Yemen, Iraq o Afganistán, por lo que la comunidad internacional “no debería sorprenderse cuando mucha gente empieza a moverse hacia el norte por motivos de seguridad”.

Juncker pide a la UE no tener miedo y aceptar reparto de refugiados

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude-Juncker, instó ayer a los países de la Unión Europea a aceptar un mecanismo justo de reparto de refugiados y acoger a un total de 160 mil: los 40 mil acordados en junio y 120 mil más para los que se pide asilo ahora, señaló durante el discurso del estado de la UE que pronunció ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Reubicación de emergencia de refugiados

El próximo lunes 14 los ministros de Interior celebrarán una reunión de urgencia para abordar la crisis de refugiados.
Según el sistema de cuotas presentado por la Comisión, los países que más refugiados tendrían que recibir de los 120 mil son Alemania (31 mil 443), Francia (24 mil 31) y España (14 mil 931).
En total se reubicaría a 15 mil 600 refugiados procedentes de Italia, 50 mil 400 de Grecia y 54 mil de Hungría. Para fijar el reparto de cuotas entre el resto de naciones, el organismo presidido por Juncker tuvo en cuenta la población de los países, el producto interior bruto (PIB), el nivel de desempleo y el promedio de las anteriores solicitudes de asilo en cada uno de ellos.
En el Parlamento de la UE hubo aclamación pero también algunas advertencias respecto del llamamiento de Juncker, para aceptar un mecanismo justo de reparto de los refugiados en el bloque.
Poco después del discurso de Juncker, Dinamarca suspendió la conexión ferroviaria con Alemania por tiempo indeterminado: entre Flensburg, en el estado de Schleswig-Holstein, y Padborg, en la frontera, no circularán más trenes por indicación de la policía, informó un portavoz de la empresa de ferrocarriles danesa DSB.
Lo mismo ocurrirá con los ferries que unen la isla alemana de Fehmarn y Rødby, en la isla de Lolland, en Dinamarca.
Dinamarca, Reino Unido e Irlanda tienen el derecho a decidir si quieren participar en el sistema de reparto de refugiados, en base a cláusulas especiales que tienen con la UE.
Sobre todo los países del este de Europa rechazaron hasta ahora aceptar cuotas obligatorias. No se puede dejar solas a Grecia, Hungría e Italia, advirtió sin embargo Juncker, que denunció la poca solidaridad que hubo hasta el momento.
La Comisión propone crear un “mecanismo de solidaridad estructurado” que pueda activarse en caso de futuras crisis migratorias para redistribuir a los refugiados sin tener que aprobar medidas de emergencia en cada ocasión.
La Comisión quiere establecer una lista de países considerados seguros cuyos ciudadanos no podrán solicitar asilo en la Unión Europea.
La Comisión ha asignado mil 800 millones de euros (2 mil millones de dólares) del presupuesto comunitario para crear un “fondo fiduciario de emergencia para la estabilidad y abordar las causas profundas de los flujos migratorios irregulares en las regiones del Sahel, el lado Chad, el Cuerno de África y el norte de África”.
El paquete también incluye la publicación de un manual común sobre el retorno, un plan de acción en materia de retorno que define las medidas que deben tomar los Estados miembros. También se pretende apoyar a los vecinos de Siria, como Jordania, Líbano y Turquía, que acogen el mayor número de refugiados.
Respecto de la valla en la frontera con Serbia levantada por Hungría, de 175 kilómetros, Juncker señaló que los países de la UE deben asegurar sus fronteras, pero que hay que buscar alternativas mejores.
En tanto, la policía húngara empleó ayer gas lacrimógeno en la frontera con Serbia contra unos 150 refugiados que querían marchar por una carretera hacia la capital del país, Budapest.
Mientras tanto, 22 organizaciones de la sociedad civil húngara llamaron en un comunicado conjunto al gobierno a respetar los derechos humanos en relación a la crisis de refugiados.
Desde Serbia llegan al país continuamente refugiados de zonas en guerra como Siria. Desde hace semanas cruzan la frontera de forma ilegal entre mil y 3 mil al día. Las condiciones en ese campo de refugiados son insostenibles, según declaró ayer la responsable de la misión de Médicos sin Fronteras en la ciudad cercana de Szeged. “Es una catástrofe”, dijo la referente de la organización en la zona, Teresa Sancristóbal.

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