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No son de Los Otros Desaparecidos de Iguala las fotos del celular del sicario, dice el párroco

Alejandro Guerrero

Iguala

El párroco de la iglesia de San Gerardo, Oscar Mauricio Prudenciano González afirmó en declaraciones, que del catálogo de fotografías de cerca de 60 víctimas de presuntos miembros de la delincuencia organizada, en las que aparecen algunos asesinados y torturados, no corresponden a víctimas del comité Los Otros Desaparecidos de Iguala.
En noviembre, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de delincuencia Organizada (SEIDO) detuvo a un presunto sicario al que se le confiscó un teléfono celular en el que hay decenas de imágenes de hombres y mujeres que en algunos casos se ven con vida, en otros asesinados y con huellas de tortura, algunos más arrojados en fosas clandestinas antes de ser cubiertas, así como hombres con armas de alto poder.
En declaraciones, el párroco informó que las cerca de 60 fotografías ya fueron entregadas a la PGR para que le dé seguimiento y haga las investigaciones correspondientes, “es cosa de ellos, las investigaciones las hacen ellos, a mí únicamente me las enseñaron (las fotografías) para ver si conocía a alguno de los que estaban ahí, pero es un material que yo no puedo tener porque sería una irresponsabilidad y tampoco puedo estarse enseñando a la gente”.
Prudenciano González afirmó que ni él ni uno de los integrantes del comité de los familiares de desaparecidos que también vio las fotografías identificaron a ninguna de esas personas, “coincidimos en que no, no hay ninguno de los familiares que tenemos aquí”.
El sacerdote llamó a familiares de víctimas de desaparición forzada en el estado que no se han sumado a este grupo para que se acerquen al comité de Los Otros Desaparecidos, “porque a lo mejor alguno de ellos pudiera ser”.
En algunas de las fotografías dadas a conocer, se observa a al menos 15 personas asesinadas, tres de ellas mujeres, y unos tres arrojados en fosas clandestinas que aún no habían sido cubiertas. A muchas de las víctimas se les observan huellas de tortura.

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