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Ayotzinapa marcará la historia de México y los libros de texto deben contar la realidad, dice investigador

*El historiador Pablo Serrano Álvarez afirma que el gobierno tiene que rendir cuentas al respecto para que la sociedad mexicana esté más tranquila

Claudio Viveros Hernández

Taxco

La tragedia de Ayotzinapa va a marcar la historia del México contemporáneo y el gobierno actual tiene que rendir cuentas para tranquilidad de la sociedad, afirma el investigador e historiador, Pablo Serrano Álvarez.
El especialista, vinculado a proyectos relacionados con la historia del país y conocedor del acontecer de otras naciones, expresó que los sucedido en Iguala el 26 y 27 de septiembre, con la persecución y desaparición de 43 normalistas, además de las ejecuciones de otros estudiantes y personas, “son situaciones que no deben pasar ni permitirse, ya que son lamentables y enlutecen al país.
“Ayotzinapa, subrayó, será un acontecimiento que va a marcar la historia contemporánea en muchos aspectos, en materia del sistema político, del gobierno y de la persecución y represión de los movimientos sociales, pero también va a marcar un momento muy especial de la sociedad mexicana que indica el estado actual en que nos encontramos”.
Por eso es que inquirió: “el gobierno actual tiene que rendir cuentas al respecto para que la sociedad mexicana esté más tranquila”.
Los movimientos organizados y de expresión de las necesidades y demandas sociales, como las de los estudiantes normalistas, abundó, son temas que vienen desde los años 50 del siglo pasado, como los de los ferrocarrileros, los médicos, la guerrilla, el movimiento del 68, la represión del 71, el movimiento urbano popular, los campesinos que toman tierras y los que se gestaron por una apertura democrática, además de otros hechos recientes.
Indicó que “este proceso de transición política mexicana tiene un antes y un después, primero el que empieza en los años 50, que cierra ahora, y abre otra etapa, como el de Ayotzinapa que va a marcar un momento histórico fundamental para el mundo contemporáneo”.
El también director del Colegio de Hidalgo, expresó que aunque hay intentos en los libros de texto de incluir procesos difíciles para la sociedad o el gobierno, como muchos capítulos que se han registrado, se ha avanzado poco a poco, “y para eso se requiere transparentar la historia del pasado, lo que implica que todo es historia, como los movimientos políticos y sociales, las resistencias, oposiciones, revoluciones o acciones de los gobiernos en contra de algunas movilizaciones, que son historia”.
Serrano Álvarez, puntualizó que “la historia contemporánea está interconectada con el presente y, entonces, se deben de divulgar esos preceptos”.
Consideró que “es una obligación del historiador participar y hacer la divulgación de estos acontecimientos y trabajar en una interpretación lo más objetiva posible”, basada en documentación, entrevistas y testimoniales, entre otros.
En este aspecto, dijo que en el México de hoy la ruta se enfoca hacia una apertura, ya que cada día se publica más de esos procesos que han sido parte de la historia contemporánea, “porque no todo está oculto y entonces es fundamental incorporarlos al conocimiento y que los niños, jóvenes, adultos y la gente que estudian la historia conozcan la historia con una visión objetiva y los historiadores tengan una vida participante en esta construcción”.
En su opinión, en la nueva enseñanza de la historia la clave estará en que los historiadores y los pedagogos se pongan de acuerdo para analizarla y divulgarla y, en segundo lugar, “que sea una historia que refleje la realidad tal y como sucedió”.
En el caso mexicano, apuntó que a lo mejor es una lucha poco exitosa porque los libros de texto los maneja el Estado y ahí habrá que ponerse de acuerdo también con los gobernantes, aunque advirtió que “la historia no se debe de conciliar, pero debe de haber un acuerdo que permita poner en los libros de texto la realidad histórica y contarla tal y como fue, no para deshacer mitos y quitar maquillajes”.
En ese sentido, expresó que la divulgación histórica juega un papel importante, porque eso implica hilvanar otros medios de comunicación como el internet, páginas web, videos, documentales, televisión, radio, la fotografía y los museos para hacer un proceso de renovación de la enseñanza de la historia.
Esta renovación, añadió, es necesario hacerla en este momento, porque es importante que las nuevas generaciones tengan interés por la historia y aprendan historia para que sepan lo que somos y tengan un futuro conociendo el pasado, conectado a una cuestión de la identidad propia que provoque interés y genere conocimiento, lo que no se ha logrado en la actualidad en la divulgación, la enseñanza de la historia y la formación académica de los nuevos historiadores, cuestionó.

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