Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

La verdad es exacta

*La verdad absoluta no existe y esto es absolutamente cierto. Einstein.

Hace ya casi un año un grupo de normalistas de Ayotzinapa se trasladaron a Iguala, a donde habitualmente lo hacían, para botear, ordeñar y secuestrar autobuses para sus diferentes traslados en su calendario de habituales movilizaciones.
Llegaron a Iguala, despojaron algunos autobuses en la terminal de esa ciudad y empezaron a ser perseguidos por policías municipales y delincuentes del grupo Guerreros Unidos quienes los agredieron a balazos matando a tres estudiantes y a tres personas que no eran ni iban con los normalistas, llevándose a 43 a algún lugar sin que hasta la fecha se sepa su paradero. Esa es hasta ahora la verdad absoluta.
Los hechos políticamente aberrantes, humanamente indignantes, socialmente inaceptables, legalmente justiciables, han derivado en la detención de alrededor de cien personas entre las que se encuentran el ex presidente municipal de Iguala y su esposa, quienes han sido presentados como los autores intelectuales de la desaparición u homicidio de los 43 normalistas faltantes.
Que si fue en una pira, fogata, fogón, cremados o incinerados ya es parte de detalles que están más allá de lo fundamental que es, primero, la desaparición u homicidio de los 43 estudiantes y, segundo, la falla de las instituciones para prever, prevenir, anticipar o tratar en el momento en que se están desarrollando hechos como los de la tarde de ese 26 de septiembre del año pasado, instituciones de los tres niveles de gobierno, hechos claros, contundentes y a la vista que están reclamando justicia más que una verdad histórica o jurídica.
Los hechos están ahí, son los que deben generar respuestas, atención, sanciones, disculpas públicas, políticas e institucionales, pues la justicia no sólo debe ser jurídica, la verdad jurídica o histórica no debe sustituir a los hechos principales, la verdad incuestionable de la que nadie quiere responsabilizarse escondiéndose en eso, en la verdad histórica o jurídica, pretexto son para no asumir la responsabilidad histórica.
Un año casi ya de andar en busca de la verdad histórica, la verdad jurídica, de verdades científicas y confesiones para unos creíbles y para otros imposibles, un año de pretextos, omisiones y autoeximirse, de llamados a superarlo y al no olvido, de acciones globales y exculpaciones locales.
A casi un año ni un análisis serio de por qué ocurrió, ni una autocrítica política, social y gubernamental, ningún día de duelo nacional ni estatal, ninguna acción de justicia social, política o gubernamental. ¿Qué justicia se espera en tierra de impunidad, de lenta y miope justicia?
Ante la monstruosidad de los hechos no se requiere de expertos, los hechos están ahí, ahí está la verdad, que no se quiera ver es otra cosa, son intereses, auto exculpación, es morbo, es lucha ideológica cuando el numero es exacto, son 43.
Vuela vuela palomita y ve y dile: a los expertos de aquí y de allá, que pa’ qué le andan buscando tres chichis a las gallinas, que la verdad ahí está como dice mi amigo Camacho pos son 43.

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