Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Con pocos muebles y las marcas que dejó el agua, las casas afectadas por Manuel en la zona Diamante

Karla Galarce Sosa

A dos años del paso de la tormenta Manuel, los vecinos de los fraccionamientos La Ceiba, La Marquesa I y II, así como de las unidades habitacionales Luis Donaldo Colosio y Rinconada viven de manera austera, pues la mayoría de las casa inundadas cuentan con escasos muebles de plástico y enseres pequeños.
Mientras que en el fraccionamiento La Ceiba, donde el agua alcanzó metro y medio de altura y arrastró lodo debido a la cercanía del canal meándrico que alimenta a la laguna Negra de Puerto Marqués, aún hay viviendas con tierra en su interior, con vidrios rotos y otras muestran letreros de “Se vende”.
Es el caso de dos viviendas a las que se tuvo acceso por un vecino de La Ceiba, donde se constató el nivel que alcanzó la corriente y aún está marcado en las paredes por el color café que dejó el agua.
El lodo evidencia que el relleno que hicieron las constructoras para librar el nivel natural del agua antes de edificarlas, fue insuficiente para desaguar el volumen de agua que arrastro el río Colacho, que se conecta con el canal meándrico de la laguna Negra de Puerto Marqués.
En el fraccionamiento viven escasas familias. Sin embargo aumentó el número de viviendas en venta, cuyos costos alcanzan ahora el millón de pesos. Los letreros de “En venta”, “Se renta o se vende” y “Se traspasa” fueron colocados por los actuales propietarios, quienes dejaron únicamente números telefónicos de la ciudad de México para quienes buscan información.
El canal que cruza entre la zona residenciales Las Garzas, Costa Dorada, casas Homex y Ara no tuvo modificación alguna, a pesar de las recomendaciones efectuadas por el Colegio de Ingenieros de ampliarlo, un año después de la tormenta.
El canal, cuya distancia en un extremo y otro no rebasa los tres metros de ancho, la corriente del agua que corre por él tampoco es caudalosa, pues el ligero hilo apenas se aprecia y en él habitan pequeños peces y anfibios, pese a los escasos centímetros de altura con que cuenta.
Aunque el ambiente en esa zona del Acapulco Diamante no es de opulencia, tampoco se aprecia un cuidado meticuloso en los accesos pues la maleza y el pasto verde con que las constructoras promueven la venta de las casas en esa zona ya creció hasta rebasar el metro de altura.
Los fraccionamientos visitados cuentan con vigilancia y sólo se permite el acceso a desconocidos si los visitantes dejan la credencial de elector al guardia y dicen el nombre de quien van a visitar.
Aunque la construcción de la tercera sección del fraccionamiento La Ceiba II se detuvo, el relleno que se hace por la obra del Macrotúnel preocupa a los vecinos del área, pues representa un dique que impedirá el flujo del agua en caso de que haya lluvias torrenciales en el futuro.
En la unidad Luis Donaldo Colosio la vida comercial transcurre prácticamente sin mayores modificaciones, comentaron los locatarios de la calle principal y de la glorieta donde se erige la estatua del ex candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio. Se observó ayer el paso de vecinos, automóviles, peatones e incluso de visitantes que rentan casas de la zona o que aún conservan sus viviendas de segunda residencia.
En la ampliación Rinconada, un tanto apartada del trajín de la zona de comercios, la vida se observa apacible. Pero los vecinos que “llegan sólo en vacaciones” no amueblaron “como al principio” sus pequeñas casas.
Allí no quedaron las marcas que el agua o el lodo alcanzaron ni tampoco se observan socavaciones en los cimientos de las viviendas, como sí las hubo en el fraccionamiento La Ceiba.

468 ad