Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge G. Castañeda

Outsider e independiente

El panorama electoral en países cercanos a nosotros o ajenos a nuestra ubicación geográfica pero no cultural encierra una característica común. En Estados Unidos,  Gran Bretaña,  Guatemala, España, Holanda, Suecia  y Grecia, el personaje, partido o movimiento anti sistema, o anti establishment, o anti partidos tradicionales canaliza el descontento de sociedades golpeadas por los efectos de la crisis de 2009, y por la distancia e insensibilidad de sus instituciones y clase política ante demandas legítimas.
En EU los outsiders son Trump, Carson, Fiorina del lado Republicano; de Sanders por el Partido Demócrata. En Guatemala es el cómico ganador de la primera vuelta, Jimmy Morales. En España Podemos y Ciudadanos, en Grecia Tsiriza, en Holanda y Suecia los partidos racistas, en Inglaterra el nuevo líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn (casado con mexicana). Si las mismas causas suelen surtir los mismos efectos,  debe  producirse un fenómeno semejante en México, camino al 2018.
Ni el PRI, el PAN o el PRD pueden desempeñar el papel de outsider; son insiders por excelencia.
Ellos han escrito las reglas; ellos monopolizan los cargos de elección popular en todo la república; ellos reparten la piñata del  INE; ellos juegan el juego de sillas musicales, como el gabinete de Peña Nieto: los mismos solo se cambian de lugar. El único que aspirar al nicho de “externo anti-sistémico” es AMLO.
En este punto surgen dos confusiones. La primera, lógica y comprensible, pero falsa, es que outsider y anti-sistémico son sinónimos. Es cierto en algunos casos, en otros no. Una cosa es la denuncia de la clase política, de la partidocracia, y del sistema electoral y del financiamiento de partidos que tenemos; otra es la postura revolucionaria de AMLO. Se puede ser adversario de esas plagas, y ser al mismo tiempo defensor de otras instituciones –no necesariamente político-electorales– en México.
No sé si ambos discursos calen igual; sé que son dos discursos.
En segundo lugar, la pregunta es quién puede denunciar con autoridad moral la pertenencia de AMLO a “la mafia del poder” y que no es un auténtico outsider.
¿Quién puede decir que recibirá más de 400 millones de pesos en el 2016 –año no-electoral– y no los devuelve? ¿Quién puede decir que AMLO denuncia el fraude electoral… y acepta las diputaciones y delegaciones producto de las  mismas elecciones fraudulentas? ¿Y quien puede preguntar que quien ataca el contratismo de Peña Nieto lo practicó con desvergonzado entusiasmo cuando fue jefe de Gobierno del DF?
Lo empiezan a intentar EPN y Beltrones. No les va a resultar.
Solo una candidatura independiente lo puede hacer. En México, outsider es independiente. O es El Peje. Escójanle.

468 ad