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Sin gobierno, con una misa del arzobispo, recuerdan a los 71 muertos en La Pintada

Francisco Magaña

Atoyac

Sin la presencia de autoridades estatales y municipales se ofició una misa en la iglesia del Señor de la Misericordia, en la comunidad de La Pintada, para recordar a las 71 víctimas que murieron tras el derrumbe del cerro, que sepultó más de la mitad del pueblo el 16 de septiembre del 2013.
La comunidad no lució abarrotada como hace un año, donde se observaban filas de carros y a funcionarios federales, estatales y municipales.
Destacaba una enorme bandera a toda asta junto al memorial de naranjos con las cruces de las víctimas.
La misa fue oficiada por el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, quien destacó “la extraordinaria reconstrucción de la comunidad a dos años de la desgracia”.
Garfias Merlos exhortó y felicitó a los familiares y sobrevivientes a seguir con ese espíritu de lucha y con ello recuperar el sentido de la vida y su capacidad de convivir.
Durante su sermón destacó que la convivencia es parte esencial para salir adelante y sentirse con un mayor sentido de vida, “por ser bendecidos, dispuestos a crecer en su propio autovalor, para seguir reconstruyendo su pueblo en lo material, mejorando lo que tienen, sus casas”.
Dijo que esta fecha es tan importante como lo es la Independencia de México, y les pidió que la hicieran parte de su vida, “pidan a cristo vivir en la libertad y ayudar a que todos experimenten la plenitud de vida, que Dios les ha dado”.
Destacó la recuperación ejemplar y “extraordinaria” de la población, y dijo que es gracias a las instituciones y autoridades, y a la propia iglesia que se solidarizaron con la comunidad.
A la misa no acudieron autoridades municipales ni estatales, sólo los diputados locales de la 61 legislatura, Ángeles Salomón Galeana, nativa de Atoyac, acompañada del ex delegado de la Sedatu en Guerrero -quien coordinó los trabajos de reconstrucción en su inicio en La Pintada- y actual diputado local Héctor Vicario Castrejón, con sus homólogos Víctor Manuel Martínez Toledo y César Landín.

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