Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Diálogo nacional

*Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya. Séneca

Septiembre es el mes para pensar en la nación, sobre cómo hemos llegado hasta donde hemos llegado, cómo estamos y a dónde realmente vamos, preguntas que sin duda no son respondidas por los sendos y pomposos informes que dan unos y otros, el caso es que entre la mayoría de los mexicanos existen dudas acerca de esas interrogantes que más que hacerlas reflexivamente quedan en el nivel del sentimiento, un sentimiento de incertidumbre, inseguridad existencial y desesperanza, anhelando claridad y certeza.
Ante esta sensación ocurre otra en sentido contrario, al ver los gritos de Independencia con nutridos conglomerados de gente en las sendas explanadas de los palacios de gobierno federal, estatales y muchos municipales, con orondos gobernantes sintiéndose herederos de Hidalgo, con familias enteras, animosos ciudadanos y acarreados, empleados llevados a pase de lista, agitando banderitas, respondiendo al unísono ¡viva!, sonrientes y disfrutando los juegos pirotécnicos y la música de las bandas que amenizan el festejo de haber logrado nuestra independencia como estado y nación, no puedo más que pensar que esa es una estampa que muestra quen la gente esta feliz, contenta con sus gobernantes, con lo que somos y lo que son, que todo esta bien y que no hay de que preocuparse.
El arranque de la LXIII legislatura federal no ha arrojado luces por parte de ninguna de las fracciones parlamentarias, el informe presidencial generó más dudas que respuestas, el manejo de los problemas sustanciales del país en lo interno como en lo externo no deja lugar a la certidumbre, la economía nacional e internacional por igual, los partidos políticos, medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil sin una agenda que dé claridad al país y la ciudadanía sin rumbo sobre cómo actuar como suprema voluntad de un país.
El colmo es que el dicho de que salimos de Guatemala para entrar a guatepeor se ha hecho realidad, Guatemala dándonos el ejemplo de una sociedad que dirige la política y el poder sin necesidad de revoluciones violentas, solo llevando la indignación a la calle. Muchos se preguntan por qué los guatemaltecos han mostrado más conciencia política, acaban de pasar hace relativamente poco por una violenta revolución que los adelantó en la búsqueda de mecanismos políticos para hacer la voluntad ciudadana, México en cambio ha carecido de una coyuntura que apremie a la ciudadanía a buscar alternativas a la falta de solución por parte de la esfera del poder político.
Es el mes de los gritos de los gobernantes, de gritos de la gente en las plazas, pero son gritos que no indican nada, tampoco los gritos que se escuchan en los bloqueos carreteros, en las tomas y quemas de edificios públicos, en las manifestaciones reivindicando demandas reducidas a los intereses de tal o cual sector de la población. No hay gritos que indiquen, que propongan, que aclaren, que nos den certidumbre como nación.
No tenemos definido un rumbo compartido por la mayoría de los mexicanos, independientemente de su condición económica, política y social, con el que podamos apuntar hacia un mismo destino cardinal, lo que hoy es discusión, gritos, intereses, codicia y ambiciones.
Septiembre es el mes en el que nos debemos de pensar cómo nación, un gran diálogo abierto sociedad y gobierno, poderes y sectores sociales, compromisos, metas, objetivos condensados no decretados, eso es lo que hace a las naciones, el diálogo y consenso.

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