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Iguala demuestra que la guerra sucia sigue vigente en el estado, afirma Rafael Aréstegui Ruiz

*Presentan en Chilpancingo el libro Reflejos de la guerra sucia en el estado de Guerrero

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Los hechos de violencia de Iguala que dejaron seis personas muertas, más de 30 heridos y 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desparecidos, refleja que la guerra sucia en Guerrero no ha terminado y que sigue vigente hasta nuestros días, dijo el lunes el académico Rafael Aréstegui Ruiz durante la presentación del libro: Reflejos de la guerra sucia en el estado de Guerrero.
La obra literaria trata de rescatar las versiones populares frente a la historia oficial “de un lacerante periodo conocido como la guerra sucia que abarca desde 1960 hasta 1980” –dice el texto. Sin embargo, durante la presentación, el comentarista Aréstegui Ruíz discrepo, pues dijo que la guerra sucia en Guerrero sigue hasta nuestros días y puso como ejemplo el caso de violencia de Iguala que este 26 de septiembre cumple un año. La observación fue compartida después por las autoras del libro Maribel Nicasio González y Ana María Cárabe.
El texto contiene trozos de historia, literatura, “música e imágenes” de la situación sociopolítica que se vivió en Guerrero durante la etapa de la guerra sucia de 1960 a 1980. Se trata de una compilación de Judith Solís Téllez, Francisco Ávila Coronel y Maribel Nicasio González. La coordinadora fue Ana María Cárabe.
La tarde del lunes el libro fue presentado en el museo José Juárez ante unas 50 personas. En la mesa estuvieron Maribel Nicasio y Ana María Cárabe. Mientras que los comentaristas fueron el académico Rafaél Arestegui, la directora del museo, Gela Manzano y el musicólogo-sociólogo, Filogonio García Maldonado.
Las autoras explicaron que en la obra se recogen las voces de la sociedad para dar cobertura a una etapa de la vida social del estado salpicada por la “desigualdad, injusticia, inconformidad y rebeldía”.
En el texto se establece que los autores analizan aspectos literarios, musicales e iconográficos surgidos de la creación popular. “Estos documentos recogen los problemas, los temores, las esperanzas, los desalientos acontecimientos e imaginarios en torno a este periodo histórico cuya perspectiva se contrasta con la versión oficial de los hechos para revisar las divergencias y similitudes de ambas posturas”, dice la obra.
La presentación del libro fue a las 6 de la tarde y concluyó a las 8 de la noche. Durante el encuentro se convino por parte de los integrantes de la mesa, –tras la observación de Aréstegui– que la etapa de la guerra sucia no es una historia acabada puesto que sigue la desaparición forzada, los levantones, los asesinatos “y sigue la cultura caciquil” en Guerrero, dijo Cárabe.
Ante este escenario, Aréstegui Ruiz, expresó que Reflejos de la guerra sucia en el estado de Guerrero es una lectura obligada para reconstruir nuestra historia pero insistió que la guerra sucia no es exclusiva de los años 60 a los 80 como se sostiene en el libro puesto que esta se mantiene hasta en nuestros días, y en éste sentido agregó que “ya no podemos permitir que sucedan más Tlatlayas, Charcos, Aguas Blancas y Ayotzinapas, en referencia a las masacres más conocidas en la historia reciente, y la violencia ocurrida en Iguala la noche del 26 y la madrugada del 27 que derivó en la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
En el texto se establece, sin embargo, que la etapa de la guerra sucia de los sesentas y setentas “fue una de las etapas históricas más amargas y a la vez más significativas de Guerrero; la guerra sucia se define como la estrategia institucional y se trata de una contraguerrilla organizada que actuó contra militantes y simpatizantes de los grupos disidentes para quebrantarlos moral y materialmente hasta lograr su destrucción”, dice el texto.
Judih Solís, es profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Guerrero y coordinadora de literatura y cultura de la Unidad Académica de Filosofía y Letras; Francisco Ávila es licenciado en sociología y maestro en historia de la UNAM; Maribel Nicasio, es maestra en antropología social por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores. Mientras que la coordinadora, Ana María Cárabe, es doctora en historia por el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades de Morelos.

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