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Llama académico a romper con desobediencia el “sistema soportado por la obediencia”

*La corrupción originó el ataque y desaparición de normalistas, afirma Alexander Keferstein, quien criticó a Peña Nieto

Alejandro Guerrero

Iguala

En México el Estado brinda todo, excepto seguridad, ni social ni jurídica, dijo ayer aquí Lutz Alexander Keferstein, doctor en filosofía, política y ética.
En el auditorio del palacio municipal de Iguala, Alexander Keferstein ofreció una conferencia en el contexto del primer aniversario del ataque y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que duró poco más de una hora con la presencia de maestros de la Ceteg y unos 80 asistentes.
Antes de su participación se guardó un minuto de silencio, con los puños de la mano izquierda en alto, en memoria de los normalistas asesinados y los 43 desaparecidos.
En una ronda de preguntas y respuestas que se ofreció al término de la plática, y a pregunta sobre el caso Ayotzinapa y la falta de justicia a un año de los hechos, Keferstein dijo que “no necesito decirles que hay seis personas que fallecieron por balas de policías o sicarios, no necesito decirles que el gobierno tenía las manos bien coludidas, ni necesito decirles que nos han intentado mentir respecto a lo que pasó esa noche y que se les cayó el teatrito, y que tuvimos que recurrir a instancias internacionales, con expertos internacionales para que alguien neutral, que efectivamente no le reconoce autoridad al pinche gobierno que tenemos y que sabe que no le puede hacer nada, venga a decir la neta y no esos pinches peritos (de la PGR) que trabajan para el Estado que tenemos, que cualquier cosa que les ordenen decir, es lo que van a decir, no se los necesito decir porque todos ya lo sabemos”.
Señaló que lo que pasó hace un año en Iguala es por la corrupción que traemos cargando, y dijo que Ayotzinapa es uno entre miles de casos así, desde que llegaron los españoles, y Ayotzinapa es icónico porque fue la primera vez en la que no lo pudieron ocultar y que gracias a estas cosas –dijo al apuntar cámaras y teléfonos— “el pinche gobierno no pudo ocultarlo, no pudo negarlo y no pudo echarle la culpa a una entidad abstracta, como el Chupacabras, de las injusticias de lo que estaba pasando allí, o no pudieron acallar las voces del pueblo”.
Criticó el tiempo en que se tardó en reaccionar “el estúpido de Peña Nieto”, Televisa y el resto de medios de comunicación.
Dirigió su conferencia a “infiltrados” de las corporaciones del gobierno y del Ejército, a quienes les pidió llevar el mensaje a sus superiores.
Señaló que los infiltrados cooperan a que este país sea la jaula de opresión que es, también son corresponsales de lo que pasa.
“Sé por experiencia que en toda actividad política siempre va a haber algunas personas que son enviadas por los gobiernos a tomar nota, a ver, a grabar quiénes estamos y después reportar qué fue lo que sucedió, dando nombres, por eso mi charla es para ustedes los que están aquí enviados por el Estado, por el gobierno y el Ejército, para ir y decirles quiénes queremos cambiar el país y queremos una mejor sociedad”.
Lutz Alexander Keferstein es coordinador general del programa de la licenciatura en Desarrollo Humano para la Sustentabilidad de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro y miembro de la Asociación Filosófica de México y la American Philosophers Association.
A las personas que se han mantenido en la apatía, “que están viviendo su vida allá afuera como si nada pasara, a pesar de que las cosas sí pasan, quien prevalezca en la neutralidad, sólo permanece en la neutralidad en su mente, porque en el mundo de lo real, de la política, la neutralidad invariablemente es aliada del opresor, es aliada de quienes causan y generan dolor, la neutralidad no existe, sólo es un nombre para llamar al desinterés y conveniencia personal”.
Señaló que “en México, el Estado que tenemos nos brinda todo, excepto seguridad, ni social, ni jurídica aunque sus discursos digan otra cosa”.
Dijo que en los países donde hay injusticia, como en México, “es invariablemente la víctima la que termina siendo culpabilizada y el victimario invariablemente termina justificando su crimen en la desobediencia de la víctima”.
Habló de la corrupción que el sistema ha desarrollado y que ha llegado a muchas personas a las que utiliza para secuestrar, para matar o para violar, y que sólo los llama a envilecerse, corromperse y llenar su corazón de odio, de ira y de desprecio.
Señaló que la Presidencia de la República, “esa que se simboliza y se señala con una pinche banda presidencial, no es nada, Peña Nieto es un ignorante como lo era (Felipe) Calderón, como lo era (Vicente) Fox, como lo era (Ernesto) Zedillo y como lo era (Carlos) Salinas, son ignorantes, no únicamente en el aspecto intelectual, sino en el aspecto ético, moral y humanitario, yo los veo y para mí no son nadie, no les reconozco ni la más mínima autoridad porque no se la han ganado, porque no me han hecho una mejor persona y sí han hecho que miles y millones de personas padezcan o se envilezcan, por lo que para mí ellos son basura y lo que vengan para ofrecerme se los escupo porque mi dignidad no tiene precio”.
Dijo que los políticos de México siguen ahí haciendo lo que les pega su regalada gana, “porque hay gente tarada y tonta que se alía con ellos y sigue sus órdenes”, y señaló que una persona que se alía con el opresor no deja de ser un pobre ignorante del que se están aprovechando y lo están envileciendo a costa de su dignidad y de la felicidad de la comunidad a la que pertenece.
Consideró que si hay “desobediencia hacia esas personas que nos dicen que tienen autoridad, no la tendrían si nosotros no les hubiéramos creído y comprado el discurso, no se necesitan revoluciones sanguinarias ni matar gente o aventar petardos, lo único que se necesita es no obedecer las órdenes inmorales y colaborar con la comunidad. Si lo hacemos, yo les prometo que en cuestión de días, si todos dejáramos de obedecer a los ojetes, se acaba el pinche sistema porque está soportado por la obediencia”.

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