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La ONU marca la nueva hoja de ruta para impulsar el desarrollo mundial

EFE

Nueva York

La ONU cerró ayer una cumbre de tres días en la que se fijó la hoja de ruta que marcará la agenda del desarrollo en los próximos quince años, con los bríos renovados para dar el asalto final contra la extrema pobreza.
Unos 150 jefes de Estado y de gobierno desfilaron por la tribuna de la Asamblea General de la ONU, en una cita histórica por el alto nivel de las personalidades, el número de participantes y la importancia de la agenda que se acomete a partir de ahora.
“El desarrollo funciona”, afirmó el presidente del país anfitrión, Barack Obama, que se sumó a los trabajos de la conferencia este domingo y quien, al igual que el resto de los líderes, aceptó el programa adoptado por la ONU.
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible, 17 en total, fueron adoptados en la primera sesión y reemplazan a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la agenda que estuvo en vigor desde el 2000 y que vence este año.
Este programa nuevo, según Obama, busca “romper el ciclo de la pobreza” con un compromiso y acción colectiva, y el mandatario convocó a la comunidad internacional a “dejar a un lado el escepticismo” para adoptar la nueva agenda.
Las nuevas metas de desarrollo, cuyo objetivo último es la erradicación de la pobreza extrema, “son alcanzables si trabajamos juntos”, instó Obama y pidió que se dejen atrás en esta tarea las “viejas divisiones” entre naciones ricas y en vías de desarrollo.
Uno a uno, los líderes participantes se comprometieron a cumplir con esta agenda, no sin algunas críticas por algunas carencias que se hicieron notar, no tanto hacia la agenda que impulsará la ONU como hacia el modelo económico en el que se aplica.
Por ejemplo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo ayer que “sólo una transformación rotunda de los sistemas económicos, sólo un cambio absoluto y total de los sistemas impuestos por el pensamiento único neoliberal” le dará viabilidad a la nueva agenda.
La ONU sirvió como foro para la defensa de propuestas más audaces, como la que defendió el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, que dijo que si el mundo gastara menos en armas habría más desarrollo.
“Apostar por el desarme es apostar por la paz”, afirmó.
Y echó en cara a los países con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU (EU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) que “se encuentren entre los primeros seis lugares de gasto militar” y sean “los mayores productores y exportadores de armas”.

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