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Celebran en Zihuatanejo una misa en memoria del normalista asesinado, Daniel Solís Gallardo

*La madre del estudiante dijo que siguen demandando justicia para su hijo a un año de su asesinato en Iguala

Brenda Escobar

Zihuatanejo

Este domingo, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en la comunidad Agua de Correa, municipio de Zihuatanejo, se celebró una misa en memoria del estudiante normalista de Ayotzinapa, Daniel Solís Gallardo, originario de esta ciudad.
Al término de la misa, la mamá del normalista asesinado, Inés Gallardo, conmovida por las muestras de afecto que le mostraron los asistentes, dijo que sigue demandando justicia para su hijo a 366 días de su asesinato.
Comentó que recientemente se reunió con las madres de los 43 normalistas detenidos-desaparecidos, a quienes les manifestó su solidaridad, y seguirá con ellas en la búsqueda de sus hijos, “que no dejen de buscarlos, que no dejen de pedir justicia”.
En el sermón, el sacerdote David Guerrero Bazán, afirmó que el caso Ayotzinapa ha descubierto profetas, “oigan a los padres de familia como hablan, no son letrados, no fueron a Harvard, no son de grados académicos, que bien hablan son profetas, fácil es que tengan al Espíritu Santo, porque sin duda también le han abierto a Dios su corazón, son hombres de fe”.
La misa se celebró al mediodía, estuvieron presentes Inés Gallardo y Jaime Solís padres del normalista de 18 años asesinado, que tenía más de un mes de haber ingresado a la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, con la ilusión de ser maestro.
También los acompañaron familiares, amigos de la infancia de Daniel, vecinos de la colonia René Juárez, donde tenían su vivienda de madera y techo de lámina, maestros de la Preparatoria número 13 de la Universidad Autónoma de Guerrero, donde el normalista estudió, e integrantes del Movimiento Popular Azuetense, que el sábado marcharon en este puerto para exigir justicia.
La mayoría de los asistentes a la misa, quienes acompañaron a la familia Solís Gallardo vistieron playera blanca, con la fotografía de Daniel al frente, y la leyenda “siempre te recordaremos”.
Al inicio de la misa, el sacerdote David Guerrero dijo que la celebración tenía un significado especial, “recordamos acontecimientos dolorosos de nuestro estado, de nuestra patria y de nuestra parroquia, me refiero al caso Iguala-Ayotzinapa; dolor causado por la muerte de jóvenes, para muchos se ha truncado la esperanza, sufrimiento en las familias y seres queridos, incertidumbre y tantas otras cosas que ni alcanzamos a entender”.
“Hoy encomendamos a todos, y especialmente a quienes murieron hace un año por las balas expresión del pecado, Daniel Solís de nuestra parroquia, Julio César Mondragón y Julio César Ramírez, a ellos y a los otros 43 los ponemos en las manos del Señor”.
Durante el sermón, el sacerdote relacionó las lecturas con los hechos ocurridos en Iguala contra los normalistas de Ayotzinapa, “un tema que a veces ya no queremos tocar, pero que es una realidad y que trae consecuencias funestas que ofenden a Dios y dañan al hermano, me refiero al pecado (…) y vamos a llamarle Ayotzinapa, no le demos vueltas, es fruto del pecado, el pecado que hace sufrir al hombre que experimenta en carne propia la actitud negativa del otro”, dijo.
“Se trata de quitar de nosotros aquello que ofende al hermano, el pecado se manifiesta de diferentes formas, corrupción, violencia, muerte, mentira, y en Ayotzinapa se manifiesta en el afán por tener y afán por poder (…) y habría que preguntarnos, si el problema de los muchachos de Ayotzinapa no tendrá atrás dinero”, agregó.
El sacerdote dijo que “el Señor no puede escuchar la voz del que hace el mal, lo que sí ha llegado al oído del Señor son los gritos de quienes han sufrido la injusticia, de quienes han cargado con el peso de la maldad, de quienes han sentido en carne propia el sufrimiento de ver caídos a sus hijos, de sus seres queridos, eso sí lo escucha el Señor y aquí estamos nosotros como comunidad para compartir su pena”.
Habló de ser profetas “especialmente los profetas surgen cuando hay desorden, cuando hay pecado, cuando hay irregularidades, cuando la sociedad comienza a corromperse, y lo digo con agrado y emoción, que el caso Ayotzinapa ha descubierto profetas”.
“Oigan a los padres de familia como hablan, no son letrados, no fueron a Harvard, no son de grados académicos, pero que bien hablan son profetas, hagamos oración para que esos profetas que denuncian y anuncian esperanza, Dios los proteja”, concluyó el sacerdote.

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