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No murió la funcionaria del Inmujer baleada el lunes, informan; está grave pero estable

Karla Galarce Sosa

La jefa del Departamento Jurídico del Instituto Municipal de la Mujer baleada el lunes, Guadalupe Gatica Rojas, recibió tres impactos en la parte superior del cuerpo: uno en la quijada, otro en el pecho y uno más en el hombro.
El director del hospital General Acapulco, Ricardo Garín Alvarado, informó ayer por la mañana que la mujer fue operada para que le reconstruyeran la arteria humeral derecha y, aunque aún está en riesgo su vida, se encuentra estable.
“Tenía un impacto en el maxilar, otro en el pecho y otro en el húmero. En la mañana entró a quirófano para operarse y reconstruir la arteria humeral. Actualmente está bien, en recuperación. Se le dejaron unos clavos en el hombro”, detalló el médico.
Reiteró que las balas ingresaron por el maxilar, el tórax y en brazo. “Hoy en la mañana la operaron del hombro y para reconstruirle la arteria”.
Tras el ataque que sufrió la funcionaria del Instituto Municipal de la Mujer, sus oficinas fueron cerradas, mientras que el Ayuntamiento viejo ayer se encontraba prácticamente vacío, con escasos cinco usuarios formados para efectuar pagos en las cajas.
Ninguna autoridad salió ayer a dar una versión de los hechos, pese a que en estas páginas la académica de la UAG y especialista en asuntos de género, Rosa Icela Ojeda, reveló que lo mismo la alcaldesa Verónica Escobar, que el secretario general del Ayuntamiento, Armando Terrazas, y el secretario de Seguridad Pública, el contralmirante José Manuel Rodríguez Morales, conocían de las amenazas que se habían recibido en el Inmujer.
Frente a la oficina ubicada a un costado de la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, había, al mediodía, sólo dos policías municipales que observaban la puerta encadenada de la dependencia y sobre la calle Quebrada un par de policías turísticos que también contemplaban el desolado pasillo, por donde, de manera ocasional transitaban los peatones.
Contrario al habitual trajín de la explanada Benito Juárez, ayer lució prácticamente vacía y las jardineras, donde normalmente se observa a trabajadores platicando afuera de sus oficinas, por la mañana lucían desérticas.
En un recorrido en las oficinas del viejo Ayuntamiento, en el Zócalo, se observó la nula actividad burocrática que normalmente provoca caos vehicular en las calles Quebrada y Roberto Posada, por donde cientos de vehículos transitan para salir a la avenida Juan R. Escudero y finalmente a la Costera.
Se pudo observar también que el edificio en forma de redondel carecía de vigilancia y las puertas que van a dar a las calles Vicente Guerrero y Nicolás Bravo. En ésta última entrada había hombres vestidos de civil que ocupaban la caseta de vigilancia para entrar al Ayuntamiento.
Mientras tanto, en las oficinas de Servicios Públicos Municipales, ubicadas en la calle Del Túnel o Del Mural, tampoco había ningún agente de seguridad. Arriba de esa oficina, en la Dirección de Reglamentos no había trabajadores, aunque la oficina estaba abierta.
Era el mediodía y en la Catedral se oficiaba misa. Tres mujeres murmuraban frente a las oficinas del Inmujer, mientras eran observadas por la pareja de policías municipales. En el lugar no fue colocado ningún aviso o información sobre el motivo por el cual la dependencia municipal está cerrada, ni cuándo será abierta nuevamente al público.

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