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Fueron víctimas de algún delito 22.8 millones de mexicanos en 2014: Inegi

*Las acciones impulsadas por el gobierno para mejorar las condiciones de seguridad de los mexicanos no han funcionado: la prevalencia e incidencia delictiva continúan sin cambios significativos y la extorsión sigue siendo el mayor delito en el país, según encuesta

Juan Carlos Cruz Vargas / Agencia Proceso

Ciudad de México

Las acciones impulsadas por el gobierno para mejorar las condiciones de seguridad de los mexicanos no han funcionado: la prevalencia e incidencia delictiva continúan sin cambios significativos y la extorsión sigue siendo el mayor delito en el país, destaca la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2015 (Envipe).
De acuerdo con el documento, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los delitos no denunciados alcanzan una tasa de 93%, lo que evidencia la falta confianza en las instituciones encargadas de impartir justicia.
Dicha Encuesta destaca que durante 2014 se cometieron 33.7 millones de delitos que afectaron directamente a 22.8 millones de personas –cifra estadísticamente equivalente a la estimada para 2013–, con un perjuicio económico superior a los 226 mil millones de pesos.
La información presentada este miércoles no contempla delitos relacionados con el narcotráfico, delincuencia organizada y trata de personas porque, según el Inegi, “no son susceptibles de medirse en una encuesta de victimización”.
El objetivo de la Envipe, añade, es hacer estimaciones sobre la victimización, que afecta a personas y hogares en delitos como robo de vehículo (total o parcial), robo a casa habitación, robo o asalto en la calle o en el transporte público, fraude, extorsión, amenazas verbales, lesiones y otros delitos distintos a los anteriores, como secuestros y delitos sexuales.
La tasa de víctimas en el caso de Tamaulipas se disparó 32.8% y en Aguascalientes 24.6%, mientras que en Yucatán se colocó en 24%; en Oaxaca, 23.1%; Baja California Sur, 22.5%; Nayarit, 19%; Tlaxcala, 18.6%; Guanajuato, 16%, y Morelos tuvo un alza de 13.4%. En los otros 20 estados la tasa se mantuvo sin cambios y sólo tres lograron disminuir la incidencia de delitos.
El año pasado se registraron 41 mil 655 delitos por cada 100 mil habitantes en todo el país durante 2014, una diferencia que no es significativa comparada con 2013, cuando se cometieron 41 mil 563 delitos.
Según el Inegi, la extorsión es el principal delito en 22 entidades federativas, mientras que el robo o asalto en la calle y en el transporte público fue más frecuente en Coahuila, Distrito Federal, Estado de México, Nuevo León y Tabasco. En tanto, en Aguascalientes prevalece el robo parcial de vehículos, y en Oaxaca las amenazas son el principal ilícito.
La alta incidencia del delito tuvo un costo total para los hogares de 226.7 mil millones de pesos, es decir, 1.27% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a 5 mil 861 pesos por cada persona afectada por la inseguridad.
Estos recursos fueron invertidos en medidas preventivas, como cambiar y colocar cerraduras y candados en las casas, colocar rejas o bardas, cambiar puertas y ventanas, realizar acciones conjuntas con los vecinos y hasta para comprar un perro guardián.
Ese dinero se suma a los gastos que las familias hacen como consecuencia de los delitos contra la salud (física y psicológica) y pérdidas económicas derivadas del robo y extorsión, principalmente.
La Envipe también dejó claro que los mexicanos no confían en sus autoridades porque del total de delitos cometidos en 2014, en 92.8% no hubo denuncia y tampoco se inició averiguación previa. (En 2013 el porcentaje fue de 93.8%).
No obstante, del total de averiguaciones previas iniciadas por el Ministerio Público, en 53.8% de los casos “no pasó nada” o “no se resolvió la denuncia”. Este porcentaje implica un incremento respecto de la estimación de 49.9% en 2013.
Esas cifras también dejan ver que tres de cada 10 mexicanos piensan que denunciar “es una pérdida de tiempo” por miedo a ser extorsionados, o por los largos y difíciles trámites, o bien por desconfianza o la actitud hostil de las autoridades. Además, la gente no denuncia por miedo al agresor o porque no tiene las suficientes pruebas.
En este sentido, las instituciones encargadas de impartir justicia fueron menos confiables en 2014 que el año inmediato anterior.

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