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Humberto Musacchio

La UACM, el teniente y la intimidación

La historia empezó el 11 de septiembre, cuando se recibió una extraña llamada telefónica en el Centro Académico de la Memoria de Nuestra América (Camena), centro documental que guarda, entre otros, el archivo de Gregorio Selser. La persona que llamó dio por nombre Armando Llop, dijo ser teniente de la Policía Federal y preguntó por Beatriz Torres Abelaira, fundadora y actual responsable del citado repositorio, que pertenece a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Llop dijo a la persona que contestó que buscaba a Beatriz Torres para que le diera informes sobre un tal Jaime Porfirio Vuelva Arias, sobre el que pesaba –según Llop– una orden de aprehensión. Como Torres Abelaira no tiene la más remota idea de quién puede ser Vuelva Arias ni corresponde al Camena dar información sobre personas extraviadas, le fueron comunicados los hechos a Federico Anaya Gallardo, abogado general de la UACM.
Anaya Gallardo se comunicó al número telefónico que dio Llop y éste le dijo que pertenecía a la PGR, ya no a la Policía Federal, se presentó como teniente retirado y propietario de una empresa de seguridad privada. Volvió a pedir datos de Vuelva Arias, que aseguró era empleado de la UACM y quien presuntamente le debe 2 millones de pesos, deuda por la que había presentado una “demanda penal” ante la PGR, a lo que el abogado respondió que las deudas civiles se dirimen en el fuero común, y Llop respondió que Banjército le había indicado “dar vista” del adeudo a “todas las procuradurías”.
Después de una búsqueda en internet, el abogado general de la UACM encontró que Armando Llop Cerda está relacionado con una firma inmobiliaria y aparece ligado a una empresa llamada “Israel Martínez González Seguridad Privada”, que acompaña su nombre con la leyenda “Iron Shield, Corporativo de Alta Seguridad”.
Cabe decir que se buscó en los registros de la UACM y ahí no hay expediente de Vuelva Arias, pero en la Fiscalía General del Estado de Jalisco, y no en la PGR ni en la Procuraduría del Distrito Federal, hay un expediente contra él por un cheque sin fondos depositado en Benjército.
Para enturbiar más el asunto, el jueves 17 de septiembre, hacia las 4 de la mañana, una o más personas desconocidas penetraron en la oficina del rector general de la UACM, Hugo Aboites, de donde robaron dos computadoras. Otro hecho extraño –por decir lo menos– fue que en la mañana del 18 de septiembre, frente a la casa de Bettina Teresa Gómez Oliver, coordinadora de proyectos del Camena, impidiendo la salida de su cochera apareció un auto manejado por una persona vestida como agente de seguridad privada (uniforme, insignias, etc.).
El 23 de septiembre sonó el teléfono de la misma Gómez Oliver, a la que una voz de hombre sólo le dijo: “Cuide a su cachorra”. Ella tiene una hija, María Fernanda Giordano Gómez, y ambas son integrantes de H.I.J.O.S México y han sido ampliamente solidarias con las familias de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
El 24 de septiembre, el C. general de división Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa Nacional, recibió al abogado de la UACM, a Beatriz Torres Abelaira, a la senadora Dolores Padierna –quien gestionó la audiencia– y a una asistente de la propia senadora. Con el general secretario estaba el también general Roble Granados Gallardo, jefe del Estado Mayor de la Sedena.
El general Cienfuegos fue debidamente informado y después de escuchar atentamente lo que se le expuso, ordenó que se investigase de inmediato lo referente a José Armando Llop Cerda y al presunto capitán Israel Martínez González, quien figura al frente de la empresa “de alta seguridad” que lleva su nombre.
Al día siguiente el abogado general de la UACM recibió una llamada de Llop, quien de manera desarticulada insistió en su demanda contra Vuelva Arias y en cierto momento le dijo a su interlocutor que en el Colegio Militar “no te regalan una Mont Blanc, sino una 45” y agregó que él sabía tirar balazos.
Hasta ahí la información. Como es explicable, el personal del Camena está seriamente alarmado, pues son demasiadas coincidencias. En medio del desasosiego que se vive en el país por la inseguridad general y lo ocurrido en Iguala, lo mejor es darse por enterado de que hay demonios que andan sueltos y que tal vez el multicitado Llop es uno de ellos. Ojalá la Secretaría de la Defensa Nacional ponga en orden a los presuntos militares involucrados para tranquilidad de todos.

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