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Margarita Warnholtz

Informe global sobre mujeres y niñas indígenas

El 22 de septiembre pasado, la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, presentó ante el Consejo de Derechos Humanos (de la ONU) su informe anual. Además de referirse a sus actividades y visitas a diversos países, este año centró su reporte en el tema de las mujeres y niñas indígenas quienes, además de sufrir las mismas violaciones a sus derechos que los hombres indígenas, son víctimas de otras.
En su documento, Tauli afirma que los grandes proyectos construidos en tierras indígenas (con el consecuente despojo de territorio), afectan más a las mujeres pues, entre otras razones, la compensación que se da y los puestos de trabajo que surgen, benefician más a los hombres. Por otro lado, los proyectos turísticos se prestan para la trata de mujeres y niñas.
Un dato alarmante del informe es que se estima que una de cada tres mujeres indígenas ha sido violada. Estas violaciones, afirma, pueden darse por personas conocidas como una forma de control o maltrato; o por funcionarios estatales, o autoridades militares que acuden a la violencia sexual “como herramienta para socavar la determinación de las comunidades indígenas”. También menciona la vulnerabilidad de las trabajadoras domésticas en ese sentido e informes recibidos de organizaciones no gubernamentales sobre violaciones “en el contexto de actividades comerciales en tierras indígenas”.
Sobre la salud, Tauli menciona los elevados índices de mortalidad materna e infantil que existen en las poblaciones indígenas y el problema de que los sistemas de salud no indígenas suelen ignorar el concepto indígena de salud, además de que las necesidades específicas de las mujeres de este sector de la población no se contemplan en las políticas nacionales.
En cuanto a la pobreza, la relatora especial hace énfasis en que la pobreza general en la que se encuentran la mayoría de los pueblos indígenas afecta más a las mujeres “debido a su función de cuidadoras y administradoras de los recursos”. Explica también que “la práctica de proporcionar transferencias monetarias condicionadas a las familias indígenas pobres a cambio del cumplimiento de ciertas condiciones previas, como enviar a sus hijos a la escuela o que las mujeres embarazadas se realicen controles médicos y den a luz en clínicas rurales u hospitales” no son eficaces pues no se adaptan al contexto cultural y no atacan las causas de la pobreza. (Cualquier parecido con el Prospera y la cruzada contra el hambre es mera coincidencia).
Los anteriores son solamente algunos de los temas que se tratan en el informe, el cual concluye con una serie de recomendaciones a los Estados y a los mecanismos de Naciones Unidas. Entre ellas, plantea la necesidad de mejorar el acceso de los pueblos indígenas a la educación y a servicios de salud que atiendan el contexto cultural; concientizar a la población no indígena sobre las realidades culturales de las comunidades indígenas, particularmente a los funcionaros públicos, y desarrollar la capacidad de las líderes indígenas para defender los derechos de las mujeres y niñas.
El informe completo se puede leer en http://unsr.vtaulicorpuz.org/site/images/docs/annual/2015-annual-hrc-a-hrc-30-41-sp.pdf
PD. ¡2 de octubre no se olvida! Tampoco el 26 de septiembre, ni Acteal, Aguas Blancas, El Charco, y tantas otras masacres que continúan impunes en nuestro país.

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