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Protestan policías en Palacio; se oponen a que la alcaldesa los obligue a vigilar camiones de Maxirutas

Karina Contreras

Durante nueve horas, 300 policías viales y pocos preventivos protestaron en el Ayuntamiento para exigir a la alcaldesa Verónica Escobar Romo que no los obliguen a prestar el servicio de seguridad a los choferes de la ruta Maxitúnel, porque “no está entre nuestras funciones”.
Luego de sostener una reunión privada durante un par de horas con la alcaldesa y el secretario de Seguridad Pública municipal, el contraalmirante José Manuel Rodríguez Morales, el comandante José Alberto Solís Franco informó que con las autoridades acordaron que los agentes viales se bajarán de los camiones de la ruta Maxitúnel y se dedicarán a dar vialidades.
Durante la protesta los policías estuvieron desarmados y sin los vehículos oficiales pues llegaron caminando.
Los mismos agentes se salieron a la avenida Cuauhtémoc para detener los camiones de Maxitúnel y bajar a los policías viales que cumplían con la orden de vigilar, y aunque varios se bajaron otros optaron por seguir con las órdenes que les dieron sus superiores y uno de ellos, ante la insistencia de que se bajara, respondió que no, que las manifestaciones son voluntarias, no obligatorias.
Durante la protesta llegaron, a las 3 de la tarde, vendedores ambulantes y fijos, así como taxistas de la Unión Mixta Garibaldi, para respaldar a los agentes con gritos de “Solución, solución” y “Que salga la presidente”.
La llegada de los demás manifestantes se dio luego de dos horas de espera de los policías para que los atendieran las autoridades, y cuando se les preguntó quién los había llamado una de ellas respondió: “Escuchamos en la radio y venimos a apoyarlos”.
A las 4 de la tarde, los ambulantes y taxistas se salieron de la sala de Cabildo y se dirigieron a la avenida Cuauhtémoc para bloquear de manera intermitente ambos carriles.
Durante el bloqueo los manifestantes se portaron de manera violenta con ciudadanos que viajaban en motocicletas, y en montón al menos a tres los golpearon en la cara y la espalda, sin que éstos se pudieran defender por la superioridad numérica de los ambulantes.
También los manifestantes agredieron a los reporteros que cubrían el bloqueo y a la reportera de Siga Noticias, Janet Castillo, le intentarton quitar su cámara de video y grabadora cuando captaba el momento en que varios hombres le arrebataban las llaves de una motocicleta a un ciudadano y lo golpeaban.
Los policías viales y preventivos portaban pancartas donde se leía: “Alto a los abusos y prepotencia del director de Tránsito”; “Los policías municipales estamos en desacuerdo de prestar servicio a empresas privadas. No queremos resguardar a los del Maxitúnel” o “Sra. Presidenta Municipal, comandante de las fuerzas municipales, su subalternos le pedimos su inmediata intervención para que cesen abusos de autoridad del secretario de Seguridad Pública”.
Varios de los efectivos comentaron que si el gobierno estatal quería resguardar a los concesionarios de Maxitúnel que lo hiciera con su policía acreditada y no con ellos que tienen otras funciones.

La movilización

Los cerca de 300 policías llegaron a las 10 de la mañana al Palacio municipal para exigir hablar con la alcaldesa. Allí, el comandante José Alberto Solís Franco informó que la manifestación era porque estaban inconformes y no querían prestar el servicio a los camiones de la ruta Maxitúnel porque es una empresa particular.
Dijo que la Policía Vial y la Preventiva estaban para cuidar a los ciudadanos y no a una empresa privada, y “no son nuestras funciones, nosotros nos debemos al pueblo de Acapulco que paga nuestros salarios y al cual debemos de dar seguridad, no puede haber ciudadanos de primera y segunda”.
Solís Franco indicó que la orden de dar vigilancia a los camiones de Maxitúnel se las dio el secretario de Seguridad Pública, contraalmirante José Manuel Rodríguez Morales, desde el martes a las 3 de la tarde y “hoy teníamos que ir pero no la acatamos porque tenemos miedo de que maten a nuestros compañeros a bordo de los camiones, por eso venimos a ver a la primera autoridad municipal”.
Solís Franco insistió en que tenían la necesidad de hablar con la alcaldesa para que “meta orden en la Secretaría de Seguridad Pública”, y dijo que en esa dependencia hay muchas arbitrariedades y “nadie quiere manifestarse porque todos tienen miedo”.
Entre las irregularidades están –dijo– el que ellos tienen que reparar sus patrullas y “los mentados uniformes en los que se invirtieron 19 millones de pesos y en tres lavadas ya no sirven”.
El comandante indicó que las autoridades municipales no deben de violar sus derechos “nosotros estamos para dar vialidad, atendemos choques, dar vialidad al peatón, para hacer un dispositivo para las vacaciones; mientras que la Preventiva es para cuidar a los ciudadanos, no a empresarios porque todos pagamos impuestos”.
Agregó que temen que vayan a ser emboscados porque al llegar a la terminal de los camiones nada más “se quedan dos monitos en el camión y se sabe que son los policías que van cuidando, por ello es fácil que lleguen camionetas se lleven a los muchachos y los maten. Tenemos un seguro de vida de lástima, mientras que los concesionarios tienen dinero para pagar seguridad y se está arriesgando la vida de los compañeros injustamente”.
Sobre las represalias que podrían tener, el comandante respondió: “estas siempre vienen, vamos a pedir que no haya una cacería de brujas, a mí me acaba de amenazar el director de la Preventiva, René Mota, pero ni modo, esto pasa”.
Solís Franco opinó que el poner a dos policías en cada uno de los 144 camiones de Maxitúnel es dejar a los ciudadanos sin 288 policías. “Imagínense que cada empresario o sitio de taxi pida un policía para su chofer, eso es absurdo y arbitrario”.

Los manifestantes

A las 13 horas a los agentes inconformes se les informó que serían atendidos por Verónica Escobar, por lo que fueron pasados a la sala de Cabildo.
Allí, minutos después solamente los comandantes fueron pasados a la sala Papagayo, oficina adjunta a la de Cabildo. A las 2 de la tarde los mismos comandantes informaron que no eran todavía atendidos.
Ante la desesperación de que no había respuesta de las autoridades, los policías que estaban en la sala de Cabildo empezaron a chiflar y gritar: “Solución, Solución” y “Que salga la presidenta y que dé la cara”.
En ese rato, unas 200 personas llegaron al Ayuntamiento y empezaron a gritar consignas y a exigir que los policías fueran atendidos, y cuando se les preguntó quién los había llamado una de las manifestantes respondió que “lo escuchamos en la radio y venimos a apoyarlos, porque la seguridad debe ser para todos”.
Varios de los agentes de Tránsito dialogaron con los ambulantes y taxistas y otros les hacían señas. Los inconformes advirtieron que si la alcaldesa no los recibía en 15 minutos bloquearían la avenida Cuauhtémoc, pero ni pasaban ese tiempo cuando a la señal de uno de ellos salieron y bloquearon a la avenida. Eran las 4 de la tarde.
Allí, los inconformes realizaron un bloqueo intermitente por tres horas y los policías viales se quedaron en las escaleras, pero fueron llamados por unas mujeres quienes le decían que tenían que estar en el bloqueo y “no tengan miedo, si aquí estamos nosotros”.
Varios hombres jóvenes mantuvieron una actitud agresiva todo el tiempo y se enfrentaron al director de Gobernación municipal, Rogelio Lozano, cuando les pidió que se quitaran o que se les aplicaría la ley por afectar la avenida.
Les dijo que ellos eran comerciantes y que nada tenían que ver con el problema de la policía, e intentó dialogar con ellos pero los manifestantes respondieron que les aplicara la ley si quería.
Según ellos apoyaban a los viales porque “somos familiares de los policías”, o “ustedes los suben a los camiones y qué seguridad les dan a las familias”.
Varios motociclistas fueron agredidos por los supuestos comerciantes, quienes en montón los golpearon en la cara, espalda y estómago; a otro le quitaron las llaves de su motocicleta.
Aunque había varios policías viales, éstos no intervinieron para calmar los ánimos y sólo observaron cómo eran agredidos los ciudadanos. Un camión urbano también sufrió la agresión de los manifestantes pues le rompieron el vidrio de una ventana.
Al salir de la reunión, el comandante José Alberto Solís Franco informó que el acuerdo con la alcaldesa Verónica Escobar era que se retirarían a dar vialidad y no seguirán dando seguridad a una empresa particular: “fue una respuesta favorable de la presidenta”.
Sobre quién llamó a los comerciantes ambulantes y los taxistas que fueron agresivos con los ciudadanos, Solís Franco respondió que lo desconocía; “Acapulco es pequeño, nos conocemos”.
Mientras que de las agresiones a los ciudadanos durante el bloqueo manifestó que las desconocía, pero que podía asegurar que no fue ningún agente y que por ello se deslindaban. “Nosotros no estábamos participando en los hechos”.
Los mismos agentes a señas le pidieron a los manifestantes que desalojaran la avenida, lo cual lo hicieron de manera rápida y en cuestión de minutos se retiraron del lugar.

Un escueto boletín de la autoridad

Mientras que la protesta de nueve horas se llevaba a cabo, el gobierno municipal emitió un escueto boletín de tres párrafos y con tres líneas en el que no se habla de los acuerdos ni quiénes fueron los funcionarios que atendieron a los inconformes además de la alcaldesa y el secretario de Seguridad Pública.
El boletín sólo informa de la reunión de más de dos horas, de que la alcaldesa Verónica Escobar atendió a una comisión de 10 agentes en representación de sus compañeros.
Según el comunicado con los efectivos sostuvo “un amplísimo diálogo, revisando cada uno de los planteamientos expuestos para avanzar en los consensos y acuerdos favorables, con la mejor disposición  de velar siempre en defensa de los intereses de la ciudadanía acapulqueña”.

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