Respaldan los obispos del estado el informe de la CIDH sobre la crisis de derechos humanos
Jacob Morales Antonio
Los obispos de la provincia eclesiástica de Acapulco, que comprende las arquidiócesis de Acapulco, Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano y Tlapa, manifestaron que el informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) “es un diagnóstico real de la situación” de los derechos humanos en el país.
La iglesia exhortó “al gobierno mexicano y a quien corresponda a asumir con prontitud las recomendaciones hechas por la CIDH” en el informe preliminar presentado el viernes pasado, con particular énfasis en desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y tortura.
Los obispos se refirieron a la situación de inseguridad ciudadana, el acceso a la justicia, la impunidad, la situación de riesgo de los periodistas, defensores y defensoras de derechos humanos y otros grupos especialmente afectados por el contexto de violencia en México.
En un comunicado divulgado la tarde de ayer en el portal de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos de Guerrero respaldaron el informe preliminar de la CIDH y afirmaron que es “la voz, el sentir y el pensar de las víctimas”.
La Iglesia llamó al gobierno y a la sociedad a “abrirnos a la verdad como condición mínima para alcanzar la justicia y construir la paz” en el país.
“El informe de la CIDH es un diagnóstico real de la situación de los derechos humanos en México. Es la voz, el sentir y el pensar de las víctimas”, se lee en el comunicado.
Los obispos del estado exhortaron al Estado mexicano y sus instituciones para que estén “enfocadas y comprometidas en reconstruir de forma integral a las víctimas”.
La Iglesia llamó a las organizaciones civiles, promotoras y defensoras de los derechos humanos para alcanzar acuerdos y soluciones para prevenir la violación de los derechos humanos.
Y a la sociedad, a evaluar los avances y retrocesos de las medidas implementadas por el Estado mexicano en cuanto a la investigación, procesamiento, sanción y reparación de violaciones de derechos humanos.
Los obispos manifestaron que “somos conscientes que nuestra misión en esta realidad de violencia, es acompañar desde un enfoque de evangelización y de construcción de la paz, a las víctimas de la violencia”.
Dicen que se mantienen en el compromiso de la promoción y defensa de los derechos humanos desde la doctrina social de la Iglesia y desde el valor del “respeto fundamental de la dignidad de la persona humana”.
El documento retoma lo señalado en el informe preliminar de la CIDH, en el que se expresa que se “constató en terreno la grave crisis de derechos humanos que vive México, caracterizada por una situación extrema de inseguridad y violencia y graves violaciones, en especial desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y tortura; niveles críticos de impunidad y una atención inadecuada e insuficiente a las víctimas y familiares”.
No obstante, el comunicado dice que la CIDH hace un reconocimiento de los avances legislativos que se han establecido para proteger los derechos humanos en México, destacando la modificación de diversos artículos de la Constitución, que establecen que en México todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la propia Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección.
El informe de la CIDH señala que a pesar de los avances en materia legislativa, México se encuentra en un problema estructural en materia de derechos humanos y se corrobora “una profunda brecha entre el andamiaje legislativo y judicial, y la realidad cotidiana que viven millones de personas en el país. Una y otra vez, en todo el país, la CIDH escuchó de las víctimas que la procuración de justicia es una simulación”.