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Visita Rosario Robles la colonia El Mirador, en Chilpancingo; no va a casas que tienen desperfectos

*En el corto recorrido en el que visitó sólo dos viviendas deshabitadas de la recién terminada etapa hubo un fuerte despliegue de seguridad. Acompañan a la titular de la Sedatu el gobernador, el delegado de la Sedatu y el alcalde de Chilpancingo. La funcionaria federal se molesta por la presencia de la prensa local

Anarsis Pacheco Pólito y Carlos Navarrete

Chilpancingo

En la primera visita de la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, al terreno El Mirador en donde se construyen las viviendas para los damnificados por la tormenta tropical Manuel, la funcionaria no visitó el sector habitado por las 47 familias que han denunciado filtraciones, humedecimiento y cuarteaduras.
Robles Berlanga supervisó ayer las obras en el terreno que se encuentra a un costado de la Autopista del Sol, rumbo a la caseta de Palo Blanco, donde hay 598 casas construidas, de las que 47 ya están habitadas; ahí estuvo acompañada del gobernador Rogelio Ortega Martínez y del alcalde de Chilpancingo, el priista Marco Antonio Leyva Mena.
Al medio día de este sábado la funcionaria federal llegó con un despliegue de seguridad que la acompañó en el corto recorrido durante el que visitó sólo dos casas deshabitadas de la recién terminada etapa.
A su llegada, la funcionaria descendió de su vehículo blindado, en el que viajaba acompañada por el gobernador Rogelio Ortega Martínez, pero sólo se bajaron para cambiar de transporte y dirigirse a la parte más alta del terreno, donde no hay casas.
La visita había sido programada con trabajadores de la dependencia federal, con el objetivo de evaluar los avances en el proyecto, sin que se le informara a la prensa sobre la actividad en el terreno.
La funcionaria se vio molesta por la presencia de la prensa local, porque trascendió que pidió que no hubiera reporteros durante su visita.
Al recorrido asistieron el delegado de la Sedatu, Alfredo Fernández Peri, el delegado de Desarrollo Social, José Manuel Armenta Tello, y el alcalde capitalino, Marco Leyva Mena.
En la parte superior del terreno, donde no hay casas, la funcionaria sostuvo una reunión improvisada con los funcionarios y delegados, de la que no se pudo escuchar nada, porque su equipo de prensa impidió que los reporteros se acercaran.
Para subir ahí, los reporteros debían caminar más de 800 metros de pendiente, lo que evitó que la mayoría llegara al lugar, donde la secretaria habló con el delegado Fernández Peri.
Durante la reunión que no duró más de 10 minutos, dos trabajadores de la Sedatu utilizaron sus libretas para proteger del sol a Rosario Robles, mientras ésta escuchaba al delegado.
El equipo de seguridad se desplegó aun más arriba del terreno, cerca de donde hace un año hombres armados ingresaron al terreno para asaltar a los trabajadores y buscar al encargado de la obra; el equipo del gobernador llegó hasta ahí con la camioneta blinda para transportar de regreso a la secretaria.
Cuando descendieron, la funcionaria ingresó a una de las casas que estaba abierta, del lado derecho del terreno, pero no se pudo ver ni escuchar qué revisaban o señalaban en las casas, porque quienes la rodeaban no permitían el ingreso a las casa que visitó Robles Berlanga.

Evita Fernández Peri a Damnificados acercarse a la Robles Berlanga

Mientras la funcionaria estaba dentro de una de las casas, algunos damnificados se percataron del recorrido e intentaron hablar con ella, pero fueron interceptados por el delegado Fernández Peri.
Los damnificados denunciaron que persisten las fallas en sus viviendas, por lo que exigieron ser atendidos y que se resolvieran con prontitud los desperfectos de las casas, además de que se instalaran los servicios básicos, ya que desde hace siete meses el gobierno municipal dejó de abastecer de agua.
“Nosotros tenemos que pagar nuestras propias pipas, el Ayuntamiento hizo un compromiso y no cumplió, somos personas de escasos recursos, apenas tenemos dinero para vivir”, exclamó una de las afectadas.
Señalaban que ni la dependencia federal ni el gobierno municipal se responsabilizan de solucionar las carencias a las que se enfrentan diariamente los reubicados.
Ante el reclamó, el delegado Fernández Peri pidió que buscaran al alcalde Marco Antonio Leyva Mena, porque esa instancia es la responsable de proveer los servicios básicos.
Otra de las demandas de los afectados es un retorno en la carretera, ya que no se ha iniciado el proyecto y el servicio de transporte público no llega hasta el terreno.
Minutos después, la secretaria los alcanzó ya fuera de la casa y les prometió que serían atendidas sus demandas, e indicó al dueño de Casaflex, Carlos García Vélez, que participó en el recorrido, que visitara las casas.
Después de promesa de atender las peticiones, Robles Berlanga visitó la segunda casa, donde fue abordad por la prensa; y minutos después volvió a la camioneta blindada.
Rosario Robles Berlanga no se acercó al área que ya está habitada por los damnificados, pese a que ellos se acercaron para pedir la atención a sus casas.
En la visita, el gobernador Rogelio Ortega evitó dar declaraciones y, de manera presurosa acompañaba a la secretaria federal, con quien no se vio que intercambiaran palabras, se mantuvo serio y callado en el recorrido.

No da fecha para la entrega de las viviendas faltantes

La secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga se negó a dar una fecha para la entrega de las 551 viviendas construidas en el fraccionamiento El Mirador destinadas a familias capitalinas damnificadas por la tormenta Manuel en septiembre del 2013.
Poco antes de retirarse, Rosario Robles fue abordada por reporteros. La funcionaria federal se mostró molesta ante los cuestionamientos sobre las deficiencias de la obra, ya que las lluvias de los últimos días de septiembre arrastraron tierra que tapó el drenaje provocando una inundación que estuvo muy cerca de entrar a las viviendas de 47 familias que ya habitan.
Al respecto, Rosario Robles argumentó que aunque las 551 casas restantes ya están construidas no las entregarán aún porque “yo no estoy dispuesta, de ninguna manera, a asumir una responsabilidad que ponga a la gente en riesgo, y mucho menos el presidente (Enrique Peña Nieto), entonces primero lo primero, tenemos que acabar”.
Sobre las filtraciones que hay en algunas viviendas y otras deficiencias que han denunciado las 47 familias que habitan el lugar, dijo que, como recientemente asumió la titularidad de la Sedatu –el 28 de agosto pasado–, “yo desde el punto de vista arquitectónico no puedo decirle nada”.
Explicó que, en coordinación con la empresa responsable de la construcción de las viviendas, se tomarán las medidas necesarias para que las casas queden en las mejores condiciones; además, recordó que hace falta concluir la instalación del sistema de drenaje.
Robles Berlanga recordó que en ese fraccionamiento vivirán personas que habitaban en zonas irregulares, “el gobierno no tiene responsabilidad de darle casa a quienes viven en zonas irregulares y que fueron dañados por un fenómeno meteorológico, sin embargo el presidente, que vino aquí varias veces, generoso, dijo que teníamos que darle una vivienda digna a las familias”.
–¿Cuántas viviendas ya hay construidas?, preguntó un reportero
–Son 598 casas construidas.
–¿Y cuántas de estas tienen problemas?
–No tienen problemas, lo que nos falta es acabar de construir toda la obra de infraestructura que le den viabilidad a las casas; es decir, así no se puede, falta conectar el drenaje, falta terminar los tanques de agua, agua potable, los taludes para evitar deslaves, reforestar todo lo de arriba, esto no va a ser rápido–, respondió.
Se le preguntó cuándo estarían entregando las 551 viviendas que ya están terminadas, pero insistió en que “esto no es rápido”, y no dio ninguna fecha.
Cuando se le preguntó sobre las 36 viviendas que se construyeron en Tixtla para damnificados por el desbordamiento de la laguna, por las lluvias que provocó la tormenta tropical Manuel en 2013, mismas que no han sido entregadas formalmente a los afectados, Robles Berlanga dio media vuelta y ya no respondió.
Según explicaron trabajadores de Sedatu, Robles Berlanga llegó molesta a El Mirador porque al recorrido asistieron reporteros y fotógrafos, a pesar de que la Sedatu no convocó a medios de comunicación.
A principios de septiembre, damnificados aglutinados en la Coordinadora de Colonias y Comunidades Afectadas por el Río Huacapa y sus Afluentes (Cocohara) marcharon del Palacio municipal hasta las oficinas de la delegación estatal de la Sedatu para exigir la entrega de sus viviendas, a más de dos años de que la tormenta tropical Manuel las destruyó.
La dependencia federal tampoco ha definido si cancelará el contrato con la empresa Constructora 15, por la mala calidad y trabajo atrasado en la construcción de las 93 casas para damnificados de la sierra de Azinyahualco.
En la comunidad de El Fresno, que es uno de los siete pueblos de la sierra de Chilpancingo que debió ser reubicada por la Sedatu, sólo se han construido 12 cimientos de las 237 viviendas proyectadas en un terreno que no ha sido pagado a sus cinco propietarios.

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