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En Guerrero no sólo hay violencia sino también una rica cultura, dice flautista

*Artistas de Tixtla, Teloloapan y Taxco protagonizan el segundo fin de semana del Festival de Música Popular Raful Krayem

Claudio Viveros Hernández

Taxco

Entre la bohemia y la interpretaciones de la música popular, tradicional y la obras de Raful Krayem, El Jilguero Guerrerense, transcurrió en esta ciudad el segundo fin de semana del Festival de Música Popular Raful Krayem con la presencia de artistas de Tixtla, Teloloapan y Taxco en franca convivencia con el público en las noches que cerraron con las serenatas y callejoneadas en esta ciudad platera.
De Tixtla participó el Ensamble Instrumental Yohuali (en náhuatl pequeño espíritu nocturno), cuyos jóvenes integrantes ejecutan, cantan, componen y hacen arreglos a la música de su región y de creadores guerrerenses con las que cautivaron a los asistentes al ritmo de la voz, las guitarras, las flautas y las percusiones a cargo de Itzel Hernández, Leo Morales, Pablo Sánchez, Kevin Alvarado y Ricardo Peláez.
Con arreglos y sello propio que animaron a la gente, la agrupación obsequió varias obras de su autoría que estrenaron en Taxco en medio de la descripción de su tierra, los paisajes, tradiciones y fiestas multicolores tixtlecas, de las que el flautista Pablo Sánchez remarcó: “en Guerrero no solamente hay violencia y asesinatos, que se deben desterrar para recuperar la tranquilidad, sino también tenemos una rica cultura y buena gente que nos engrandecemos con las flores y cantos”.
Con las fiestas del fandango que se viven en aquella ciudad, los sones de tarima y las canciones del sur, el ensamble instrumental cerró con la pieza El jumilero, de Raful Krayem, con la que arrancaron emociones, alegría y aplausos de los presentes en reciprocidad y agradecimiento a las interpretaciones que colmaron a los nóveles músicos.
En otro concierto, el trío Almas Bohemias del municipio de Teloloapan, conformado por Francisco Iván Abad Delgado (requinto y tercera voz), José Inés Mora (primera voz) y Ulises Fernández Hernández (guitarra y segunda voz), condujeron al público a un viaje por la riqueza cultural y la obra de sus compositores con la finalidad de promover la llamada ciudad de la tecampana, nombre derivado de una roca que testimonio viviente de una leyenda de amor en los tiempos prehispánicos entre el príncipe Tecampa y la princesa Na que recrearon con la composición Encanto de amor de José Fernández Bravo.
Y al son de las guitarras y las voces, animados por la gente, cantaron: “Tecampa fue fascinado Por la hermosura de Na y los dos así se unieron Por las leyes del amor. Ofendido el rey Tetzol a sus dioses les pidió que los convirtiera en piedra y la misión se cumplió. Desde entonces esa piedra canta su encanto de amor, con un sonido tan bello que en el mundo no hay mejor. Si pasas por Teloloapan y tocas la tecampana sentirás luego un encanto que jamás olvidarás”.
En una variante a las canciones de su terruño que proyectan grabar en su primer disco, el trío se dio tiempo para interpretar varias canciones del músico y compositor taxqueño homenajeado como Camioncito Flecha Roja, Soy de purito Guerrero y Taxco de mis amores, con las cuales sumaron a toda la gente entusiasmada que participó de gozo.
A ellos seguirían el dueto de Janeth y Felipe Krayem, sobrinos del extinto cantautor, a través de interpretaciones colmadas de entrega y admiración por la música regional que legara Raful Krayem y a quien rindieron un tributo.
A dos voces y una guitarra hicieron un amplio recorrido por la mayoría de las canciones de El Jilguero Guerrerense con los coros de la gente, a las que incorporaron dos temas inéditos: Perdón y Mi comadre Celerina.
También de Tixtla, el grupo El Tecolotito, con Geovanni Francisco Pantaleón Segura (vihuela y primera voz), Perla Natividad Ramírez Crispín (tapeo) y Vicente Pantaleón Guerrero (vihuela, segunda voz y compositor del grupo) animaron el ambiente de fiesta y zapateado que contagiaron a turistas y lugareños a la menor provocación.
De un repertorio inacabable surgieron los sones de tarima más representativos de Tixtla como La iguana, El zopilote, El pato, El toro rabón, a los que se agregaron otros propios que han creado al paso de los años, entre los que destacan A Tixtla, Tixtla querida, El tecolotito (del que el grupo toma su nombre), A Vicente Guerrero, El solterito y El perro callejero, este último dedicado al escritor tixtleco Servando Basilio Rodríguez, entre mucho sones más.
Las noches del viernes y sábado cerraron al ritmo de las serenatas y callejoneadas taxqueñas en recorridos por el centro histórico de la ciudad con la compañía de decenas de personas y el grupo Añoranza con los cantos entre los balcones y el caserío que se prolongaron casi a la medianoche de bohemia y diversidad de canciones.
El Festival de Música Popular Raful Krayem proseguirá los próximos viernes 16 y sábado 17 a partir de las 5 de la tarde. La entrada a todas las actividades es gratuita.

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