Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Ordenamiento Ecológico Territorial

 Octavio Klimek Alcaraz

El principal instrumento de la política ambiental en búsqueda de corregir las distorsiones y dar soluciones a nuestro actual modelo económico de libre mercado, finalmente no compatible con la conservación de la naturaleza, es el Ordenamiento Ecológico Territorial. Este es uno de los instrumentos básicos para el manejo y uso sostenido de los ecosistemas, y con ello se busca ordenar los usos del suelo de acuerdo con su vocación ecológica y productiva. Con el Ordenamiento Ecológico Territorial se evalúa el estado presente (uso actual), y pronostican las posibles transformaciones de un territorio y sus ecosistemas, debido a actividades humanas, buscando con ello definir la capacidad de uso de dicho territorio y sus ecosistemas, para disminuir el grado de deterioro ambiental (uso potencial).

El Ordenamiento Ecológico Territorial en Guerrero debe ser un asunto de prioridad máxima, si se quiere conservar una de las áreas de mayor diversidad biológica y cultural de México. Sabemos que para Guerrero el Ordenamiento Ecológico Territorial, en sus escalas estatal, regional, municipal y de sus comunidades, con especial énfasis en los aspectos forestal y agrológico, permitirá comenzar el tránsito hacia el desarrollo sustentable, integrando a los ciudadanos de las áreas ordenadas en el uso sostenible y racional de los recursos naturales, donde hasta el momento sólo se han generado pobreza y depredación de los recursos naturales. Lo anterior persistirá, aunque haya esfuerzos e inversiones, si estas carecen de la visión de futuro que dan los Ordenamientos. En especial, cuando los habitantes son espectadores de las inversiones y no desarrollan su capacidad autogestiva. Un requisito necesario de los Ordenamientos es que éstos permitan hacer propuestas concretas y elaborar los expedientes técnicos pertinentes, y en otro sentido canalizar las inversiones de manera que produzcan el máximo efecto en el desarrollo socioeconómico, sin deteriorar el medio ambiente.

Los inversionistas públicos y privados, en el afán de su dominio de la naturaleza, insisten que el sitio o territorio en muchos proyectos de obras o actividades se adecue o modifique a las pretensiones económicas de estos proyectos, y no que el proyecto se adecue al territorio; hay muchos ejemplos, como son construcción de desarrollos turísticos, escolleras, asentamientos en áreas de humedales o de gran fragilidad ecológica, carreteras, canalización de ríos, entre otros. Por ello el Ordenamiento Ecológico Territorial es el principal instrumento preventivo de la política ambiental para evitar que continúe la degradación ecológica, en él van a descansar otros instrumentos que no pueden tomar en cuenta impactos o efectos acumulativos. Es decir que, por ejemplo, instrumentos puntuales como la evaluación de impacto ambiental deben tener necesariamente como base el Ordenamiento Ecológico Territorial, ya que éste nos norma con una visión de sustentabilidad los límites de posibles impactos ambientales en el territorio y sus ecosistemas. La experiencia señala que los estudios de impacto ambiental aislados, sin Ordenamientos, por lo regular pierden mucho de su sentido. En especial, cuando de origen en el proyecto de la obra o actividad en cuestión no han sido integrados los aspectos ambientales, como sí se hace en la evaluación de la rentabilidad económica, quedando sólo como un mero trámite burocrático.

El cumplimiento del Ordenamiento Ecológico Territorial deberá lograrse con la normatividad adecuada y el establecimiento de políticas ambientales claras, y con la máxima participación de la sociedad civil, especialmente de los sectores productivos. En este sentido, se debe recordar que el municipio de Acapulco comenzó un proceso de Ordenamiento Ecológico Territorial desde 1995, y después, por diversos motivos, en especial la falta de recursos para su financiamiento, se detuvo el proceso. El año pasado, a través de los recursos del Fondo de la Zona Federal Marítimo Terrestre del mencionado municipio, que ascendían a cerca de 22 millones de pesos, la Delegación federal de la Semarnat en Guerrero propuso canalizar recursos por 1 millón de pesos para finalizar el proceso de                             Ordenamiento en el Municipio. Los recursos fueron aprobados por su Comité Técnico, integrado por el Ayuntamiento del municipio de Acapulco, la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la mencionada Semarnat. Esperamos, por ello que en poco tiempo se culmine este proceso fundamental para Acapulco. El mismo caso debe ser hecho para el municipio de Zihuatanejo, donde debe activarse el mencionado Fondo para este municipio, pues no es comprensible que los recursos estén congelados produciendo intereses y no puedan ser destinados recursos financieros a este tipo de instrumentos fundamentales como es el Ordenamiento Ecológico del Territorio, y muchos otros. Seguramente los mencionados integrantes de los Comités Técnicos de ambos municipios pueden explicar a los ciudadanos porqué no opera dicho Fondo en Zihuatanejo, y cómo se están erogando los recursos en Acapulco.

Concluimos que la situación del rezago productivo y social y de deterioro ambiental característico de la entidad, sólo puede ser revertida a través del Ordenamiento Ecológico de su Territorio, planteando en él una estrategia para transformar las actividades productivas en una forma integral, diversificada y sostenible, y con acciones que incluyan la conservación y restauración de los ecosistemas. Que si hay voluntad política y visión de futuro, se pueden hacer inversiones, que tal vez no se ven en el presente de la rentabilidad política y económica, pero que la sociedad sabrá valorar con el tiempo.

P.D. Agradecemos el interés de los diputados federales integrantes de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales que visitan Guerrero, esperamos que los compromisos que se hagan redunden en beneficio de la sociedad y la naturaleza.

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