Estrenará Del Toro a fin de este mes en México su película La cumbre escarlata
Actor fetiche y consentido de Guillermo del Toro, el neoyorquino Ron Perlman encontró en el cineasta tapatío a un mentor, a un genio y, sobre todo, a un gran amigo.
Por ello, afirma con modestia, hasta se desempeñaría como el asistente del cineasta, productor y guionista mexicano.
“Con él trabajaría hasta… ¡de su asistente! Porque hago lo que me pida. Su amistad es el mejor regalo que me ha podido dar”, dice.
Atraído por el concepto de la fantasía de El Gordo (como le llaman sus amigos) aun sin conocerlo personalmente, Perlman aceptó estelarizar Cronos en 1993.
Desde entonces, entre el actor y el realizador se ha dado una relación fílmica que ha alcanzado altos vuelos con la saga fílmica Hellboy, pasando por otros títulos, como Blade y Titanes del Pacífico.
Pese a conocer las diversas facetas del director jalisciense al momento de rodar una cinta, el actor ganador de un Globo de Oro en 1989 destaca que lo que más aquilata es su calidad humana
“Guillermo es una persona querible, amable. Nunca podría describir cómo es nuestra amistad, porque sé que es la persona que llegó para quedarse en mi vida”, reitera Perlman.
Para del Toro, quien a finales de mes estrenará en México su más reciente película, La cumbre escarlata, Perlman es un entrañable colaborador.
“Ron es un amigo de muchos años, es un actor increíble que siempre me apoya y con quien siempre estoy buscando la forma de trabajar”, dijo Del Toro.
Perlman, quien promueve actualmente su filme Stonewall, que dirige Roland Emmerich, aseguró que hay más planes de colaborar con el tapatío. (Juan Carlos García / Agencia Reforma / Toronto).