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Ejecutan al farmacéutico que fue secuestrado en Iguala el jueves pasado

El cadáver fue encontrado a 5 kilómetros de Ahuehuepan, sobre un camino de terracería. Se cree que se trató de una venganza por “diferencias comerciales”. Admite la PJE que no tiene “nada en concreto” sobre el caso

 Oracio Lagunas Ramírez Iguala La mañana de este lunes fue encontrado el cuerpo ejecutado del propietario de la empresa Farmacias Mexicanas, Domingo Mendoza Guzmán, a unos cinco kilómetros del poblado de Ahuehuepan, sobre el camino de terracería que conduce al poblado de Tuxtla de Cuevillas, quien fue secuestrado la mañana del jueves pasado por tres personas que vestían uniformes de la Policía Judicial.

De acuerdo con las investigaciones policiacas, Mendoza Guzmán fue secuestrado entre las 8:30 y 9 de la mañana del jueves pasado, a los pocos minutos de abrir su farmacia, ubicada a escasos metros de la parroquia de San Francisco de Asís.

Hasta este momento se manejan dos líneas de investigación, las cuales apuntan hacia una venganza. La primera se relaciona con una demanda laboral por casi un millón de pesos reclamados por la víctima, a Proveedora de Medicamentos, por el despido injustificado del que fue objeto hace poco más de un año.

La segunda de las líneas de investigación se relaciona con las “fuertes diferencias comerciales” que el secuestrado tenía con un ex socio de Teloloapan.

Esta segunda línea de investigación contemplada por la Procuraduría de Justicia del Estado (PJE), hasta este momento, tiene que ver con una demanda presentada (del 22 de marzo pasado) por Mendoza Guzmán en contra de su ex socio, ante el temor de sufrir un atentado por las diferencias antes mencionadas.

Incluso, algunos de los familiares recordaron que hace poco más de un mes, una mujer desconocida le habría tomado una foto a Mendoza Guzmán cuando circulaba a bordo de su auto, y que cuando se le reclamó a la mujer al respecto, ésta dijo ser reportera de un medio local, sin decir de cual.

Según testimonios de testigos oculares, por lo menos dos de los presuntos policías judiciales le habrían ayudado a la víctima a cerrar su negocio, abordar un auto color azul sin placas de circulación, el cual enfiló hacia Teloloapan.

Sin embargo, el cadáver fue encontrado a unos cinco kilómetros del poblado de Ahuehuepan, sobre el camino de terracería que conduce al poblado de Tuxtla de Cuevillas.

El cuerpo estaba boca a bajo sobre un pastizal de mediana altura, en avanzado estado de putrefacción y con el brazo izquiero desprendido. Bajo el mentón se encontraba su credencial de elector, con lo cual sus familiares lo identificaron de inmediato.

El cadáver del farmacéutico presentó varios impactos de bala calibre 380 y 9 milímetros, (uno de ellos como tiro de gracia), sin embargo, al momento en que el forense practicaba la necropsia de ley, descubrió que presentaba otros impactos de bala diferentes a los cascajos presentados por el personal de Pruebas Periciales, por lo que instruyó a dicho personal a trasladarse al lugar de los hechos y buscar más evidencias sobre otro tipo de arma usada en la ejecución.

Según la versión del comandante regional de la PJE, destacamentado en esta ciudad, Fredy Cortés Salado, la mañana de este lunes fueron avisados por el grupo de Teloloapan que sobre la carretera de terracería que va a Tuxtla de Cuevillas, se encontraba el cuerpo del farmacéutico en avanzado estado de putrefacción.

Tras la identificación del cadáver por los familiares, el cuerpo fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) para la práctica de la necroscopia de rigor.

Cortés Salado reveló a los familiares que no se cuenta con “nada” de información sobre la investigación y que sus indicios “son muy pobres” dada la forma en que actuaron los ejecutores. Incluso, de la procedencia del auto, localizado a las afueras de Teloloapan, frente a un restaurante, aseguró que sigue cotejando la información con que cuenta con la de autos robados a nivel nacional, pero que no hay “nada en concreto”.

Precisó que de acuerdo a sus indagatorias, unos ancianos informaron que el jueves, como a las 11 de la mañana, descendieron del auto tres sujetos vestidos de negro con insignias de la PJE en la espalda, se cambiaron de ropa y se retiraron del lugar dejando el auto abandonado, el cual fue localizado la tarde del domingo por un patrullero de la Policía Federal Preventiva (PFP), mismo que reportó el hecho casi de inmediato.

Asimismo dijo que en el interior del automóvil, en una de las bolsas de las playeras negras, fue encontrada una receta dando indicaciones a un paciente “de quien no se reveló nombre” para ingerir Trimetropina Soiramutoxasol, Tibedoce, Diciofenaco, Metamizol Sódico y Dexametazone, de la cual se investiga el médico que la otorgó y el nombre del paciente ante la probabilidad de algún nexo con el secuestro.

Una versión policiaca indicó también que, sobre este mismo caso, “llevan muy avanzadas las investigaciones” agentes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) e Inteligencia Militar, sobre el probable nexo entre este homicidio y el de otras dos personas asesinadas en las inmediaciones de Coronillas, municipio de San Miguel Totolapan, en noviembre del año pasado.

Hasta las nueve de la noche de este lunes, un nutrido grupo de familiares del farmacéutico reclamaba afuera de las instalaciones del Semefo el cuerpo de la víctima, pero el director del mismo se negaba a entregarlo porque su dictamen no coincidía con la realidad, según una versión extraoficial. A esa misma hora, en la comandancia regional de la PJE, se reunieron con carácter de “urgente” el agente del Ministerio Público y Cortés Salado, para buscar la manera de esclarecer “esta situación”.

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