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Falta “aclarar elementos” en el caso de los sacerdotes homicidas, dice Aguirre Franco

Asegura el arzobispo de Acapulco que “no se están pidiendo privilegios” sobre el caso del asesinato del alcalde de Xalpatláhuac. “No hay que decir que toda la Iglesia es así, sólo por dos o tres hechos”, señala

El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, aseguró que existen “elementos que no se han aclarado todavía” en el caso de los sacerdotes procesados por el asesinato del presidente municipal de Xalpatláhuac, Lorenzo Ruiz Villareal.

Al opinar sobre el auto de formal prisión dictado contra los sacerdotes Lorenzo Cuéllar Vázquez y Ernesto García Rodríguez, por el asesinato del alcalde de ese municipio, el arzobispo dijo que se deben responder interrogantes como “quién era el dueño de la pistola, quién comenzó la reyerta o las agresiones que hubo en ese momento que culminó con el asesinato”, aunque manifestó que la Iglesia respetará “todo lo que se lleve por los caminos legales, escuchando a todas las partes para que aparezca adecuadamente la verdad”.

Agregó que para él existen “varias cosas, varios elementos que no se han aclarado todavía”.

–¿Cómo cuales?– se le preguntó.

–Yo no voy a juzgar, pero yo lo que he leído, porque ustedes lo ven, es que por ejemplo, no se ha dicho de quién era la pistola, ese es un dato muy importante; no se ha dicho por qué comenzó la reyerta o las agresiones mutuas que hubo en ese momento y que culminó con un asesinato. Y pues que se exprese lo que de una parte y de otra se ha manifestado.

“Creo que hemos oído mucho sólo (de) una parte y falta escuchar la otra parte de los demás, no para pedir privilegios, repito, sino para pedir que se esclarezca adecuadamente la verdad”.

Al finalizar su homilía dominical –donde pidió por los que trabajan en los medios de comunicación–, Aguirre Franco opinó sobre la petición de la barra de Abogados del Estado, en la que solicitan que la Iglesia comience “una limpia” de los sacerdotes que “tienen relaciones sexuales, se emborrachan y caen en hechos ilícitos”.

Al respecto, Aguirre Franco explicó que “la Iglesia no está desatendiendo nunca este rubro, pues la Iglesia, siempre integrada por hombres, humanos y pecadores, siempre necesita purificarse y estos acontecimientos dolorosos que nos ponen en evidencia ante los demás, nos invitan a una purificación”.

Insistió que no se debe “sobredimensionar dos o tres acontecimientos” cometidos “por dos o tres personas” y señaló que la Iglesia, es también santa, “santa por su fundador, santa por su doctrina, santa por sus sacramentos y santa también por muchos, y donde la mayoría están sirviendo generosamente a la gloria de Dios y al bien de sus hermanos”.

El arzobispo señaló que no se están pidiendo privilegios sobre el caso del asesinato del alcalde de Xalpatláhuac, y que “lo que pertenezca al fuero civil que se aplique, estamos expuestos y con humildad reconocer las fallas”.

“Esta bien que el pueblo de Dios nos exija una integridad de vida, pero tampoco dice que hay que sobredimensionar, es decir no hay que decir toda la Iglesia es así, por dos o tres hechos”.

El prelado defendió al obispo de Tlapa, Alejo Zavala, a quien acusan de proteger hechos ilícitos, y dijo que es una “calumnia absurda y agresiva”, y agregó que el obispo es una persona entregada a su pueblo: “Es muy fácil que se vayan a la cabeza hablando palabras que están fuera de la verdad, porque saben que si se va al centro de la unidad en que es                   una diócesis, un obispo, pues entonces se desmorona la misma Iglesia”.

Sobre la declaración del alcalde Alberto López Rosas, de pedir licencia a su cargo si procede el desafuero contra el jefe capitalino, Andrés Manuel López Obrador dijo que “el alcalde de Acapulco es una persona muy sensata y sabe tomar las decisiones que mejor convengan, no sólo para él, no sólo para su partido, sino para la comunidad acapulqueña que le ha elegido en una forma democrática y palpablemente mayoritaria”.

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