Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

México es un país super pop, afirma el fotógrafo y diseñador de Pedro Almodóvar

Carlos Rubio Rosell / Agencia Reforma

Madrid

“Gráficamente, lo que más me ha impresionado de México es el mercado de la Merced, con todos esos objetos de brujería y santería; esas cajitas con polvos y cosas contra la mala suerte”, dice Juan Gatti (1951) en entrevista exclusiva con Reforma, a propósito de la publicación del libro Photographics (La Fábrica), una obra en dos volúmenes que reúne toda su producción gráfica.
“En México, compré el objeto más pop que yo poseo, que es un spray contra el mal de ojo. Toda la gráfica popular mexicana me gusta”.
México es un país super pop, afirma el fotógrafo y diseñador argentino, famoso por ser el autor de los diseños gráficos de las películas más célebres del realizador manchego Pedro Almodóvar y de algunas de las portadas de los discos más emblemáticos del rock argentino de los años 70 y del rock español de los 80 y 90, creador de los iconos más representativos del pop hispano.
El libro de Gatti, editado en España por el sello La Fábrica, circulará en Argentina acompañado de una muestra en Buenos Aires con la obra de este creador; más tarde, expondrá en dos ciudades de Brasil, Sao Paulo y Río de Janeiro.
“Mi intención es presentar esta exposición también en México (donde La Fábrica pondrá en circulación el libro), aunque hay que afinar algunos detalles”, señala Gatti.
Hay una parte del país que le ha influenciado bastante, algo que, precisa, se ha visto reflejado en especial en la muestra Ciencias naturales, que presentó hace un año tras el estreno del filme de Almodóvar La piel que habito, uno de cuyos afiches formó parte de esa exposición.
“En ese trabajo descubrí que de manera subterránea me habían salido algunas cosas muy mexicanas”, admite Gatti.
Sin embargo, asegura que, por encima de todo, su gran influencia mexicana ha sido el fotógrafo de cine Gabriel Figueroa.
“De todos los fotógrafos mexicanos, el trabajo de Gabriel Figueroa es el que más gozo, porque me gusta mucho toda la estética de la época en la que él trabajó”, expresa.
Gatti, Premio Nacional de Diseño de España en 2004, es uno de los artistas gráficos que mejor ha sabido traducir el lenguaje del pop estadunidense al mundo hispanoamericano, mezclando con éxito esta ascendencia con elementos como el movimiento Bauhaus, el constructivismo y la gráfica suiza de mediados del siglo XX.
“De esa mezcla sale mi trabajo”, sostiene.
Gatti, quien llegó a España en plena “movida madrileña”, ha trabajado también con John Malkovich, Fernando Trueba y Alex de la Iglesia.
–La suya es, en todo caso, una mirada moderna.
–Yo creo que sí, aunque hago muchas referencias al pasado, pero el punto de vista es moderno, más que nada porque es muy directo.
–¿Esa mirada al pasado es lo que más le identifica con los trabajos que ha hecho para Pedro Almodóvar?
–Sí, porque él tiene muchas referencias al cine clásico y de género. Y hay otra cosa que nos une: la comedia musical, la iconografía de las estrellas de Hollywood, un toque kitsch y una recuperación de artes populares o, como yo le llamo, de arte bastardo, porque yo no distingo y cuando voy a un museo o voy a un supermercado encuentro siempre una experiencia visual.

Pasiones a contraluz

Sin embargo, el trabajo de Gatti que expresa su idea del pop y que ha plasmado en la mayoría de los diseños gráficos para las películas de Almodóvar, da un giro de 180 grados en su obra más personal, donde se decanta por la ausencia de color y la pureza de imágenes, como en su más reciente serie, Contraluz, un deslumbrante trabajo fotográfico en blanco y negro que ha servido para la edición de un libro de título homónimo.
“Es una obra mucho más personal, sutil y poética que todo lo que he hecho anteriormente; algo que viene de mi pasión por la moda y la alta costura. Yo he nacido mirando un tipo de imágenes que se relacionan con la estética de publicaciones como Vogue, a lo cual se ha incorporado una formación rigurosa en el diseño, más el pop y la psicodelia como elección personal, y de toda esa amalgama salen mi obras”, sostiene.
Contraluz es un trabajo en el que se ha desnudado de todo su trabajo anterior para presentarse nuevo, renovado y fresco, a la vez con una mirada de gran madurez, observa el artista.
“Quise usar los elementos mínimos de la fotografía para captar algo mucho más interior. Este trabajo consiste en mi empeño por fotografiar la sombra, y para ello uso la luz para delimitarla. En ese sentido, Photographics es como mi imagen exterior y Contraluz mi imagen interior; una es la parte luminosa, más festiva, en la que está mi trabajo con otros, y Contraluz refleja mi parte más íntima”.
El proyecto de Contraluz tiene, además de las fotografías, un formato de video que Gatti ha preparado, al que ha sumado una serie de imágenes para proyectarlas en planetarios.
“Es fotografía, animación y cine para crear en los planetarios otro mundo”, observa.
El archivo visual de Juan Gatti es impresionante. Con Pedro Almodóvar ha trabajado desde hace 30 años. A Penélope Cruz la comenzó a fotografiar cuando era adolescente. A Gael García Bernal también lo ha fotografiado en distintas películas. A Geraldine Chaplin, Marisa Paredes, Cecilia Roth, Bimba Bosé, Alaska, Belén Rueda o Leonor Walting. En el terreno de la moda, las firmas que han contado con su lente van de Loewe a Sybilla, David Delfín, Purificación García, Angel Schlesser, Roberto Torretta o Jesús del Pozo. Ha firmado las portadas de los discos de grupos como Radio Futura, Mecano, Miguel Ríos, Miguel Bosé, Alaska o Nacha Pop.
–¿Cuál es su sello personal?
–Cuando ves tu obra reunida te parece que todo es muy diverso, pero siempre hay una cosa que se respira en ellas, algo personal que es simplemente un punto de vista, una elección.
–En Photographics, hay una larga lista de personalidades del mundo del cine español que hoy son muy famosas en todo el mundo, ¿cómo ha sido el trabajo con gente como Penélope Cruz, Javier Bardem o Antonio Banderas?
–Básicamente se trata de amigos con los que tengo una buena relación. Es muy fácil trabajar conmigo. Además, logro muy buena relación con la gente con la que trabajo porque estoy muy seguro de lo que quiero hacer. Y a la gente lo que más le incomoda es cuando notan que una persona que le está haciendo una foto o cualquier cosa se siente insegura.
–¿Cómo mira a sus personajes fotografiados?
–Hay una cosa: todo cambia cuando me pongo detrás de una cámara. A pesar de que mucha de la gente que he fotografiado son mis amigos antes o después de fotografiarlos, cuando están delante de mi cámara yo los miro como un objeto. Cuando se trata de gente lo que más me interesa es sacarlos guapos. Y yo creo que esa es una gran virtud.
–De sus diseños para las películas de Almodóvar ¿cuál cree que es el más redondo?
–Hay cosas que a mí me gustan que la gente no ve, como una resolución que he encontrado, algo que he descubierto, una combinación de colores que me funciona; son pequeños logros, pero que no definen cuál es mi cartel favorito. Y uno de los carteles que más me siguen gustando, porque me fue bastante difícil sintetizarlo, es el de Tacones lejanos. De los carteles, lo que me gusta es que cuanto menos cuento me gustan más. O al revés: cuanto más digo con menos elementos, cuando llego a una imagen que se transforma en un icono.
–¿Dónde está el centro de su oficio?
–He descubierto que haciendo mi trabajo a lo largo del tiempo me he divertido. Así que está en la diversión que encuentro haciéndolo.
–¿Y su trabajo con el cine?
–Me gusta mucho el hecho de poder sintetizar una película mediante un cartel. Y me gusta la idea de que en el cine, aunque haya un director, es como una orquesta, y formar parte de eso me interesa.
–¿Qué puede decirnos de su trabajo en el mundo de la moda?
–La moda desde mis comienzos ha tenido un papel muy importante en mi carrera, así como los discos o el cine; pero todo siempre ha estado más relacionado con el arte y con el cine, al que este tipo de trabajos hacen mucha referencia, porque el cine ha sido una de mis grandes influencias. Ahora el mundo de la edición en el campo de la moda está en crisis, y las páginas de moda en Internet se están volviendo más importantes que las revistas. La moda es muy inmediata; si no la tomas en el momento preciso que se da, se pasa, y las revistas van más lentas. Antes, para ver lo que pasaba en un desfile, tenían que pasar seis meses, pero ahora hay un desfile y simultáneamente se está viendo por Internet.
En cambio, esto no ocurre con el libro, que tiene un punto exquisito y de disfrute diferente. La moda no es en absoluto superficial, emplea mucha gente, hay mucho talento. La moda es un lenguaje, un código. Por supuesto, hay una moda superficial, pero esa no es la moda que a mí me interesa.
–Por último, usted que ha convivido con tanto glamour, ¿cómo es el glamour?
–El glamour me encanta. El glamour es estilo. No tiene nada qué ver con el dinero. Puedes ver a una rusa millonaria sin estilo y sin glamour, y a una escritora francesa en una buhardilla con un glamour y un estilo inconfundibles. Hay gente con estilo y hay gente sin estilo. Hay cosas muy ostentosas que no son glamorosas, y hay personas que tocan un florero y lo hacen de forma glamorosa.

468 ad