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Jesús Mendoza Zaragoza

Una sociedad civil a la altura de Guerrero

*En días pasados fui invitado a un encuentro del alcalde de Acapulco con la sociedad civil para el rescate de Acapulco… En realidad la sociedad civil ahí reunida estaba compuesta de organizaciones empresariales y colegios profesionales. Era la sociedad civil de la Costera.

Expresiones diversas de la sociedad civil se han ido dando en días pasados. Sentimientos del Sur es una iniciativa ciudadana en la que confluyen organizaciones sociales diversas con una intención de aportar soluciones a la situación de crisis en el estado de Guerrero. Otra iniciativa es la de Guerrero es Primero, un espacio de diálogo social que integra a organizaciones sociales, universidades e iglesias, que busca desarrollar procesos de diálogo convocando a la sociedad civil para incidir en la transformación del estado de Guerrero. Son dos iniciativas valiosas que buscan generar respuestas a la crisis política y social que ha sumido al estado de Guerrero mediante el fortalecimiento de la sociedad civil.
Por otro lado, en días pasados fui invitado a un encuentro del alcalde de Acapulco con la sociedad civil para el rescate de Acapulco, iniciativa del gobierno municipal que busca involucrar a la sociedad en la búsqueda de soluciones para los graves problemas de este municipio. En realidad la sociedad civil ahí reunida estaba compuesta de organizaciones empresariales y colegios profesionales. Era la sociedad civil de la Costera.
Guerrero necesita una sociedad civil fuerte, capaz de incidir en la vida pública y de participar decididamente en la solución de los graves problemas que padece y que se están expresando en una profunda crisis social y política, que es estructural y que no tiene salida en el corto plazo. Y es claro que no habrá salida sin la participación de la sociedad civil. Pero, a mi juicio, existen ambigüedades en la manera de entender el papel de la sociedad civil, lo cual requiere un cuidadoso esfuerzo de aclaración. Esta puede ser una oportunidad para una reflexión colectiva que derive en una participación cualificada de los ciudadanos.
Cuando hablamos de la sociedad civil, lo hacemos en su relación con la comunidad política. Y hay que decir que ésta, está en función de la primera. Los poderes púbicos están al servicio de la sociedad civil y no al revés, pues derivan de ella. Esto significa que la sociedad civil no es un apéndice de los poderes públicos porque tienen un horizonte mayor y es el referente fundamental de ellos. La razón de ser de la comunidad política es la sociedad, de la cual emergen y se derivan y es su razón de ser.
Desde luego, la sociedad civil es heterogénea y en ella se manifiestan las ambigüedades y las contradicciones presentes en la sociedad, al punto de que se dan enfrentamientos entre intereses diversos, con el riesgo de que prevalezcan los más fuertes. Además, la sociedad civil es plural, en cuanto que conviven en su interior las más diversas posiciones ideológicas, políticas y culturales, que expresan la complejidad de la sociedad, que requiere ser reconocida y asumida. Po lo mismo, es imprescindible una actitud de apertura para que la diversidad de posiciones legitimas sea reconocida y asumida tanto en el interior de la sociedad civil como por las instituciones del Estado.
Hay una expresión de la sociedad civil que muchas veces no es valorada. Se trata de todas las expresiones de organización comunitaria que se dan, sobre todo, en el campo y en el medio indígena. En las comunidades campesinas suele haber un tejido social fuerte, una organización comunitaria que se expresa en asambleas y que configuran una expresión privilegiada y permanente de la sociedad civil. La ciudadanía se ejercita de una manera amplia y permanente. Lo mismo podemos decir de los pueblos indígenas, en los que hay una fortaleza social expresada en asambleas y en la toma de decisiones comunitaria.
La sociedad civil se orienta hacia el bien común, del cual deben participar todos y cada uno de los ciudadanos, sin excepción. Se construye con iniciativas ciudadanas orientadas a la participación responsable para el bien común, cuando grupos de ciudadanos se asocian y se movilizan para hacer frente a carencias o abusos y para defender legítimos derechos. Estos grupos están tomando conciencia del poder que tienen entre sus manos y de la posibilidad de generar cambios importantes para el logro de políticas públicas más justas, y actúan normalmente en el campo público.
Un rasgo que distingue a esta sociedad civil es su responsabilidad social, en cuanto que su horizonte va más allá del interés particular de un grupo, de un gremio o de un sector social. El bien común sobrepasa siempre la estrecha visión y acción de un grupo organizado que busca solo sus propios intereses. Un empresariado organizado que no ve más allá de sus propios intereses o que no los enfoca en el sentido del bien común se distancia de su responsabilidad social propia de la sociedad civil organizada. El interés de la sociedad civil es, fundamentalmente, cívico y ciudadano.
Hay que señalar, también, que la sociedad civil es una realidad tan amplia como todas las expresiones ciudadanas posibles, en la medida que tienen una orientación hacia el bien común, hacia el bienestar de todos los guerrerenses, en nuestro caso. Una consecuencia de ello es que cada grupo u organización debiera estar abierta constantemente a las demás expresiones sociales mediante una actitud de apertura y de diálogo que construya fortaleza ciudadana con capacidad de incidencia política.
En Guerrero tenemos una sociedad civil muy débil, con escasa interlocución política para la toma de decisiones públicas. Además, está fragmentada, en círculos cerrados o de escasa apertura hacia la sociedad y hacia los intereses sociales más urgentes. Una sociedad civil muy limitada en sus capacidades como el análisis, en su enfoque en el bien común y en su orientación hacia la justica social. Una sociedad civil muy localista que no tiene una conexión con redes ciudadanas de las más diversas para reconocer convergencias y divergencias.
La crisis política en Guerrero urge a una sociedad civil cualificada que tenga capacidad de interlocución y de propuesta. Que supere el sectarismo de una agenda reducida y de la intolerancia hacia quienes no se suman a ella. Que sea crítica y autónoma de los poderes políticos y económicos, que asuma las causas de los más vulnerables de la sociedad. Que tome la protesta pero que apueste por la propuesta. Que sea capaz de presionar para que se den las transformaciones institucionales y estructurales que necesitamos en Guerrero. Se tenga una visión más estratégica desde sus acciones más locales y concretas y que tenga condiciones para procesos de exigencia de justicia, de verdad y de respeto a los derechos humanos. Y que oriente su capacidad a la construcción de la paz, asentada sobre la justicia.

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