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“La respuesta militar no hace más que echarle leña al fuego”, asegura el sacerdote Leonel Narváez

Argenis Salmerón

“Con las armas ninguno logra nada, darle respuesta militar no hace más que echarle leña al fuego”, afirmó el director de la Fundación para la Reconciliación para América Latina, Leonel Narváez Gómez, en relación con los intentos por contrarrestar la violencia en Acapulco.
En declaraciones en la conferencia dominical del arzobispo Carlos Garfías Merlos, el sacerdote originario de Colombia expuso: “Más que toque de queda, mejor toque de salida, todos hay que salir en forma pacífica, para que los violentos entienda que las armas son el fracaso de la palabra”.
El sábado, el alcalde Evodio Velázquez Aguirre declaró que se podría analizar un toque de queda parcial en la ciudad, por el repute de la violencia, aunque dijo que sería complicado por ser un lugar turístico.
Narváez Gómez planteó buscar por cualquier lado, “los caminos” de encuentro y diálogo con los violentos, los hombres armados, “yo les quiero comentar que en Colombia, después de 60 años de usar las armas, han entendido que no se arregla con armas, sino sentados en una mesa”.
Estimó que el diálogo con los grupos violentos puede presentarse de forma silenciosa o prudencialmente, “digamos, entre personajes, digamos de la vida pública”.
Apuntó que el miedo es pésimo consejero de las personas, “cuando el miedo nos paraliza, no hacemos más que un servicio a los violentos”.
Aseveró que el desarrollo cultural transforma las ciudades donde hubo violencia, “las ciudades se construyen por dentro, no es necesario por fuera, nosotros hemos visto estos ejemplos en algunas ciudades de Latinoamérica, y es ahí, en el aspecto cultural, donde queremos trabajar en Acapulco”.
Narváez Gómez recalcó que el problema del narcotráfico es un problema socio-económico, que se puede prevenir, “entonces darle respuesta militar, es echarle leña al fuego, por el tema de narcotráfico, adicionalmente hay grupos armados en México, la gran lección de Colombia, de 60 años de usar las armas, es que las armas no nos sirvieron para nada”.
Agregó que hay dos factores que causan la violencia: el narcotráfico, es un problema socio-económico más que policiaco, insistió, y segundo, los grupos subversivos “pero hay buscar a toda costa sentarse a dialogar”.
“Yo quiero invitar que las personas salgan a las calles en fiesta, en oraciones, para decir que aquí somos más los pacíficos, y que queremos que Acapulco progrese, sea una ciudad alegre y de paz”, recomendó.
El sacerdote, originario de Colombia, comentó que hoy firmará un acuerdo de voluntades entre el Consejo Interreligioso de su país y el gobierno municipal de Acapulco, para exponer las experiencias de violencia y de guerra en algunos países del mundo.
Por último, explicó que el proceso de acuerdo será dialogar con los funcionarios del gobierno municipal y con grupos poblacionales donde hay mayor índice de violencia, para elaborar un diagnóstico e implementar el programa de cultura Ciudad del perdón y reconciliación y violencia, porque la violencia no se resuelve con armas.

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