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Proponen una granja como alternativa de empleo para egresados de la UAG


Cristina Sierra Rosas

Como una alternativa de empleo ante la poca oferta laboral para egresados de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), la Alianza Ciudadana Bracero Proa inició el proyecto de una granja como sistema de enseñanza para los estudiantes.
Desde hace dos años, la Alianza Bracero Proa, dirigidos por Felipe Monroy Sandoval, echó a andar una granja para desarrollar actividades de cultivo de plantas curativas y de aprovechamiento de animales de granja.
El proyecto fue creado por adultos mayores, profesores y alumnos de diferentes unidades académicas de la UAG y ex braceros con la intención de diseñar una propuesta de un sistema nuevo de enseñanza para que los jóvenes aprendan actividades de autogestión.
Entrevistado en el vivero de su propiedad y en el prototipo de granja, Monroy Sandoval, quién estuvo vinculado a la UAG por muchos años, reflexionó sobre la inquietud que lo llevó a él y otros cinco compañeros a comenzar el proyecto sustentable.
Dijo que el trabajo educativo está rezagado y los investigadores de la UAG están metidos dentro de sus cubículos “y no sabemos para qué lo hacen, ni para quién”.
Detalló que la propuesta que iniciaron no es algo nuevo, pero que la intención es organizar las experiencias de los profesores y los ex braceros en una inspiración de los pueblos indígenas, Caracoles, quienes no reciben dinero y su organización comercial y educativa proviene de ellos mismos.
El ex universitario manifestó que hace 25 años la universidad era la más avanzada en el país y había una auténtica vinculación con la sociedad “y ahora no se convirtió de tercer mundo sino del inframundo”.
Criticó que actualmente los egresados de la UAG no salen con un espíritu de servicio hacia la sociedad, sino de un “servilismo”, con la falta de mentalidad para hacer una empresa o una investigación científica por cuenta propia “y de ello la universidad no se da cuenta que mandamos un ejército de jóvenes sin lugar para que trabajen”.
Propuso la creación de proyectos productivos que resuelvan las necesidades propias con la autogestión como alternativa frente a las políticas neoliberales.
En el aspecto práctico el proyecto trata de vincular a los alumnos con los campesinos, electricistas, ganaderos, mecánicos, plomeros, ingenieros, etcétera, “quienes son portadores del saber social y nos proponemos a realizar juntos proyectos de producción que generen bienes sociales y de primera necesidad”.
Monroy Sandoval reprochó que los ciudadanos siempre piensen quién va a poner el dinero, cuando se trata de desarrollar proyectos, pues la mayoría de los casos son subsidiados por el gobierno.
“¿Por qué hay tanta gente en Estados Unidos”, cuestionó.
Consideró que en México las universidades no han sido capaces de que los estudiantes sean productivos y enfrenten al desarrollo.
Calificó de obsoleta la evaluación de las universidades “la certificación debe ser a partir de las comunidades”.
Los profesores “ni nos pelan”, se quejan
Aunque todavía no existe una vinculación formal con la UAG, la granja ha recibido visitas de alumnos de las unidades académicas de Comercio y Administración, de Psicología, Sociales y de las Preparatorias 2 y 17, con quienes se les ha invitado de manera directa “porque los profesores ni nos pelan”, manifestó Monroy Sandoval.
Los creativos del proyecto indicaron cuatro posibilidades: reproducción de animales, industrialización de la copra, industrialización del café y la piscicultura.
La granja que emprendieron en cooperativos los ex braceros comenzó hace dos años en un terreno del ejido Plan de los Amates, donde de forma incipiente se empieza con la crianza de conejos, de aves, abejas y la siembra de plantas curativas.
A lo largo de una gran extensión de tierra, se observa el uso de mangueras, que Monroy Sandoval explicó que era desecho, que ahora se reutilizó para el riego de las especies de plantas curativas.
La intención es llevar a los alumnos de las escuelas de la UAG para que aprendan el aprovechamiento del conejo en su orina, la piel curtida, su excremento, vísceras y sangre, además de la elaboración de productos curativos con los árboles distintas especies de árboles curativos.
El proyecto de los ex braceros empezó con la producción de árboles con propiedades curativas como el Noni y el Neem, además el almendro japonés y el maracuyá, los cuáles tiene las mismas bases medicinales que los productos que se vende en las farmacias, según el naturista José Soto Ruiz.
Uno de los puntos importantes del proyecto es incentivar el desarrollo de la herbolaria y también promover sus alcances curativos, pues el naturista José Soto indicó que muchas plantas además de curativas son energéticas.
Los emprendedores comenzaron la elaboración de productos como el jugo Noni, el cual tiene propiedad curativas de toda índole y un frasco llega a costar hasta 500 pesos, pero en la granja la venden a mitad de precio, pues los ex braceros expusieron que lo importante es la enseñanza de su producción más que su comercialización.
Monroy Sandoval detalló que reciben pocas visitas de estudiantes porque tienen un problema de transporte y por eso urgió que las nuevas autoridades universitarias participen en el proyecto para lograr mejores resultados, pero lamentó que hasta el momento “no nos hacen caso”.
Productos herbolarios y animales
Monroy Sandoval explicó que el aprovechamiento del conejo es múltiple además que su reproducción es muy rápida. Dijo que de la orina del conejo se obtienen los mejores fijadores de perfumes y de sus huesos se obtiene el calcio que se podría vender a empresas que elaboran pasta dental.
Agregó el desarrollo de la industria textil, además de la carne se hacen algunos embutidos y por último la composta –su estiércol se puede obtener un buen abono para plantas.
Mencionó que tienen vinculación de la Universidad Autónoma de Chapingo, quienes han aprobado el proyecto y lamentó que la UAG aún no lo haya admitido.
En una parte del terreno, se encuentra una construcción en obra negra, el cual será el laboratorio en el cual se harán los experimentos para elaborar los productos de la herbolaria y de los animales.
Hasta el momento, los emprendedores cuentan con unos 40 conejos adultos de diferentes especies con los cuáles se ha iniciado un proceso experimental para conocer su desarrollo y esperan recibir 120 de parte de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Lo invertido hasta el momento en el granja, ha sido por cuenta propia de los ex braceros que intentan sustentar una empresa productivas para que pronto les reditúe por medio de rentas que se incrementen con la producción obtenida “no es la gran cosa, pero ya quisiéramos que alguien lo iniciara así”, precisó Monroy Sandoval.

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