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Reclaman católicos el cambio del párroco en Cruz Grande; interrumpen una misa



Karenine Trigo Cruz Grande

Católicos seguidores del padre Agustín Quiñones, irrumpieron ayer con pancartas en mano en la misa de la Santa Cruz, donde el obispo auxiliar, Juan Navarro Castellano confirmaba a los fieles, situación que provocó que a media celebración el obispo dejara el púlpito para pedir respeto a los manifestantes.
Este conflicto religioso se generó luego de que el 1 de enero, el obispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco presentó al padre Jorge Hernández como párroco de la Santa Cruz, mientras que al párroco anterior, Agustín Quiñones, lo nombró sacerdote auxiliar, ante la inconformidad de los feligreses; desde entonces la parroquia de la Santa Cruz, está dividida con dos sacerdotes, dos iglesias incluso celebraron dos Vía Crucis la Semana Santa pasada.
Como cada año el 3 de mayo, en la celebración de la Santa Cruz los bautizos y primeras comuniones son realizadas por el párroco, en tanto que las confirmaciones las realiza el obispo Felipe Aguirre Franco; sin embargo, en esta ocasión no acudió, en su representación estuvo el obispo auxiliar.
La feligresa Minerva Oyorzabal, denunció que su hija realizó la primera comunión con el padre Agustín, pero al asistir a la oficina del padre Jorge, en la Patrona para sacar la boleta de confirmación, la secretaria, Liliana Calderón Ignacio, les respondió que los sacramentos del padre Agustín no son validos, “y no se confirmó, hay será para el otro año, o cuando venga otro obispo”.
Al entrevistar a Calderón para conocer su versión, un señor que estaba en la oficina le dijo que no contestara a la pregunta, y solo dijo “no sé, no me acuerdo de eso”.
Desde muy temprano en la entrada al kiosco colgaba una manta con la leyenda “Señor Arzobispo Felipe Aguirre Franco los feligreses de Cruz Grande pedimos solución al problema religioso y respeto para el padre Agustín Quiñones”.
Poco después de la 9 de la mañana, se apostó afuera de la Iglesia de la Santa Cruz un grupo de 20 personas con pancartas en mano en apoyo del padre Agustín Quiñones.
En ellas se leía: “exigimos respeto para las celebraciones del padre Agustín” y los gritos de “Señor Arzobispo pedimos solución al problema; el pueblo quiere y apoya al padre Agustín Quiñones Cuevas ya que ha dejado su vida en esta parroquia de Florencio Villarreal” e invitaban a los feligreses a sumarse a la movilización.
Alrededor de las 10 de la mañana, cuando inició la misa en la Patrona, donde el padre Jorge Hernández y el arzobispo auxiliar, Juan Navarro oficiaban misa, los manifestantes llegaron a la iglesia, mezclándose entre la gente que estaba ahí para acompañar a sus familiares a recibir los Sacramentos.
A lo largo de la homilía el murmullo era tal que poca gente ponía atención a la misa, entonces el arzobispo auxiliar tuvo que dejar el altar para acercarse a los inconformes y decirles que serían atendidos al término de la celebración, y les pidió que se retiraran; sin embargo, los manifestantes permanecieron en misa, participando en ella, sin bajar sus pancartas.
Al término, el obispo auxiliar se reunió a un costado de la iglesia con las inconformes, mientras eran observados por alrededor de 50 personas.
La religiosa Rosa María Delgado Ramírez dijo al prelado: “lo que nosotros pedimos es respeto hacia el sacerdote, porque en las celebraciones que él ha hecho se las han interrumpido, por parte del padre Jorge (Hernández), entonces horita era el momento de que usted hubiera hecho una aclaración sobre lo que él ha dicho en las celebraciones que ha hecho en las comunidades que no tiene validez lo que él padre Agustín Quiñones realiza… ¿por qué ya no tiene validez?”, le inquirieron.
A esto Navarro contestó: “El que tienen que tramitar los matrimonios es el párroco, pero si el párroco autoriza y poniéndose en comunicación como nosotros; si celebra un matrimonio de acuerdo con el párroco sí son validos, y las misas por supuesto que son validas pero si tienen que estar en comunicación”.
Las inconformes le dijeron al obispo que eran personas allegadas a la parroquia y Delgado Ramírez precisó: “nosotros jamás nos hemos revelado, tenemos mucho tiempo en la parroquia y nunca nos hemos revelado y ¿sabe por qué? porque nosotros somos disciplinados y hemos aceptado las cosas sin agredir a nadie y nos han impuesto y nosotros callados, pero horita no aceptamos señor, no aceptamos que al padre por la edad que tiene… yo creo que merece respeto y no lo hay”.
Explicó: “en una misa de cuerpo presente, en un luto, mi sorpresa fue la siguiente señor, que el padre (Agustín) no terminó ni el evangelio, cuando (el padre Jorge) empezó a decir que no tenia validez lo que el padre hacía, que entendieran, que él era el párroco, ¿cómo es posible eso señor?”.
Otra inconforme Anabel Tonanzin Piza Nava dijo: “el padre Agustín bautizó a varia personas, lo que hicieron las personas de acá arriba, no se quien es el señor Chula, que estaba otorgando las boletas de confirmación no les dio boletas a esos niños, diciendo que el padre Agustín no era valido el bautizo, si usted mismo nos está diciendo que las misas, los bautizos, los matrimonios, todos sus sacramentos valen”.
A todo esto el obispo auxiliar indicó que el lleva el sentir “tengan calma, no se hagan daño entre ustedes, ustedes van a salir perdiendo, de por si, tanto atraso que hay en evangelización, en cultura, en orientación, lo que tenemos que hacer es unirnos para salir adelante, ellos (los sacerdotes) son los que tendrán que irse entendiendo”.
Abundó: “el derecho canónico, la iglesia en el canon 538, estipula que los párrocos a los 75 años renuncien por ley, el obispo los puede dejar otro tiempo de acuerdo a la situación de salud, del padre, de acuerdo con las necesidades de las comunidades, pero llega un tiempo en que tenemos que cambiarlo, ¿por qué? porque llega un tiempo en que ya se les olvida a la gente las cosas, ya no registran las cosas”.
El dialogo fue interrumpido porque seguidores del padre Jorge empezaron a gritar para dar su opinión ocasionando un desorden. Luego se retomó.

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