Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Rescatar Guerrero

 

El que ha comenzado bien, está a la mitad de la obra. Horacio

La semana entrante, el martes 27, toma protesta como gobernador de Guerrero Héctor Astudillo Flores, e inicia una nueva etapa de gobierno del estado en medio de la peor crisis de gobernabilidad, conflictividad, inseguridad, delincuencia y violencia que se haya tenido en la historia reciente de la entidad, al grado de que como lo he planteado aquí a Guerrero debe tratársele como un asunto de seguridad nacional, es decir a partir de una política de Estado diferenciada de la del resto del país, con la intervención y coordinación de los tres niveles de gobierno y la participación de la sociedad,
En particular, la situación más grave es sin duda la inseguridad que se vive en la entidad. Guerrero está sumido en una grave situación que va a necesitar una estrategia coordinada no sólo de contención sino de prevención, que es en donde al parecer hay señales de que vendrán acciones importantes por parte del gobierno federal para empezar a transformar el escenario de violencia que día a día se vive en Guerrero, como recientemente lo comentó el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Arturo Escobar y Vega.
El funcionario federal ha hablado de la necesidad de recuperar el Estado de derecho y la estabilidad política en Guerrero, que es de máxima prioridad para el gobierno del presidente Peña Nieto recobrar a Guerrero porque puede convertirse en un caso emblemático en el país, aunque ya lo es con la crisis de Ayotizinapa; que es una entidad donde hay que trabajar de forma integral y transversal, que la atención integral tiene que pasar por recuperar la confianza de la sociedad en la autoridad, para poder aplicar una política pública que sea acompañada por los ciudadanos.
Las declaraciones son comprometedoras tanto que en breve tendrá que notarse un cambio en el tratamiento del gobierno federal al estado de Guerrero, situación que seguramente apuntalará el arranque del gobierno de Héctor Astudillo Flores, quien deberá aprovechar para igualmente iniciar un cambio en la forma de gobernar con mayor responsabilidad y eficiencia para prevenir no sólo el delito sino todo tipo de conflictos que pongan en riesgo la estabilidad política y social.
En cuanto a prevención del delito se trata hasta ahora los tres niveles de gobierno la han aplicado sólo como justificante, sin un verdadero plan, seguimiento y evaluación. Los recursos federales llegan a los estados y municipios, los cuales aplican fuera de una estrategia integral contra el delito, más bien como parte de las obras normales o acciones contra la pobreza en algunas colonias de las ciudades a las que se les asignan recursos de estos programas desvirtuando así su propósito.
Se necesita que la política de prevención del delito sea tomada más en serio y no sólo como justificante y materia para el discurso, se habla de recursos millonarios, 2 mil seiscientos millones de pesos, nueve dependencias federales, además de los estados y municipios en donde se aplican, algunos de los cuales incluso no los han comprobado desvirtuando el objetivo de los mismos y coadyuvando así a que el problema de agrave.
De acuerdo con estas valoraciones poco usuales en un funcionario federal, se estaría procesando una nueva estrategia por parte del gobierno federal en coordinación con el nuevo gobierno estatal para combatir la inseguridad, la violencia y la delincuencia organizada en la entidad desde la prevención del delito antes que con acciones directas de contención que eleve la política de prevención a política de estado porque la descomposición del tejido social es tal que antes de la inseguridad, la violencia y la delincuencia, es urgente atender primero los graves problemas de convivencia social que impiden la participación ciudadana, la desarticulación y división social, la confianza en las autoridades y el déficit de autoridad en el estado, situación que se convierte en terreno fértil para la delincuencia.
Así que, de igual modo como se abordan las acciones de contención con tácticas y operativos policiales y de las fuerzas armadas, con reuniones entre las dependencias responsables, también debe haber un tratamiento y seguimiento integral y transversal por parte de las dependencias responsables de la prevención del delito para aspirar a rescatar la convivencia social, los espacios públicos y la sociedad de manos de la delincuencia.
Confío en que con el inicio del nuevo gobierno estatal en Guerrero se dé a la prevención un nuevo estatus de importancia en la acción de los tres niveles de gobierno, pues hay que prevenir y anticiparse para evitar que la gente caiga en comportamientos antisociales, delictivos y el gobierno en situaciones reactivas, seguir sólo con acciones de contención o de improvisación ante la grave problemática de convivencia social, inseguridad, violencia y delincuencia que se vive en la entidad.
El inicio del gobierno de Héctor Astudillo es una coyuntura inédita, que debe verse como una oportunidad para hacer cosas diferentes, más serias, más responsables, más metódicas, realistas, profesionales; lo que menos se debe hacer es un gobierno de mínima responsabilidad o limitado a lo legal, de discurso o confrontación, se necesitará mucha política, diálogo, inclusión, deliberación, confeccionar consensos y procesar disensos.
Conociendo al gobernador electo sé que está muy consciente de la responsabilidad que tiene en frente, de que su gobierno debe ser muy distinto a todo lo que hemos tenido; sé que integrará un gabinete central y ampliado, asesores y colaboradores, con experiencia y conocimiento en la gestión de gobierno para prevenir más que reaccionar, ajustar más que justificar, incluir más que excluir, sobre todo en el tema de la prevención del delito.
Vuela vuela palomita y ve y dile: a mis compañeros panistas de Guerrero que busquemos la unidad aplicando la máxima de Vicente Guerrero, de que el Partido es Primero.

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