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Recorre Aguirre la zona siniestrada y promete que los locatarios no perderán ni un peso

Karina Contreras y Yee Trujillo

El gobernador Ángel Aguirre Rivero llevó a cabo ayer un recorrido por el Mercado Central para evaluar los daños que se suscitaron por el incendio en la Nave de Ropa, y ante los locatarios afectados se comprometió a hacer una investigación “muy amplia” y a ayudarles económicamente para recuperar su patrimonio.
Unas horas antes, el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas estatal, Jorge Enrique Díaz Jiménez, informó que la nave será demolida y reconstruida.
El gobernador llegó junto con la alcaldesa Verónica Escobar Romo, después de las 4 de la tarde, para reunirse con los locatarios, a quienes les dijo que lamentaba mucho los hechos que se dieron la madrugada de este lunes; “es un hecho por demás condenable, un hecho triste y que evidentemente lo primero que se tendrá que hacer, junto con el Ayuntamiento, es una investigación muy amplia”.
Advirtió que si hubo “algún responsable o algunos responsables les aplicaremos todo el peso de la ley y tendrán que ser castigados, trátese de quien se trate, porque no voy a permitir como gobernador que ustedes se sientan presionados ni por la delincuencia ni por cualquier otro tipo de factores”.
Al recorrido fueron invitados sólo algunos reporteros y nuevamente no se invitó a El Sur.
De acuerdo con el audio del diálogo que mantuvo con los afectados, el gobernador se comprometió para entregar provisionalmente los locales, e indicó que ya se trabajaba a marchas forzadas y que ya se habían dispuesto, a través de la Secretaría de Obras Públicas, 30 millones de pesos para que se “construyan los nuevos locales a cada uno. No vamos a hacer ningún cambio, serán del tamaño que los tienen actualmente y obviamente los beneficios serán para aquellos que son los poseedores de estos locales, que quede claro, no voy a permitir abusos”.
“Lo único que les pido es que no haya conflictos. Vamos a hacer los locales que se hayan perdido, los vamos a hacer nuevos. Ustedes no van a aportar ni un peso, todo lo va a hacer el gobierno del estado”, aseguró.
Aguirre Rivero les explicó a los afectados que el secretario de Finanzas les ayudaría para que los que tengan seguros los tramiten y que se ayuden; “quiero una relación para que les demos un apoyo de inmediato y puedan tener algo de recursos para continuar con sus actividades”.
Afirmó que hoy mismo se tendría el apoyo económico para que los locatarios pasen la contingencia y puedan comprar algo de mercancía, y advirtió: “el que se ande peleando lo meto a la cárcel”.
Agregó que no va a permitir que algunos líderes vivales quieran aprovecharse de los hechos.
Reiteró que los gastos de los locales los absorberá el gobierno estatal y los locatarios no perderán ni un peso.
Por la mañana, en entrevista luego de un recorrido por la zona siniestrada, el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas estatal, Jorge Enrique Díaz Jiménez, informó que un total de “90 locales comerciales” habían sido afectados por el incendio y que los propietarios debían de desalojar el lugar inmediatamente.
“Nosotros dentro de lo que traemos de la rehabilitación del mercado iniciamos con cárnicos pero ya estaba programado hacerlo aquí en el de ropas, entonces definitivamente, bueno, ahora va a tener que hacerse una obra nueva”, respondió a pregunta expresa sobre qué pasará con los locatarios que se oponían a la demolición y reconstrucción de la nave.
“No hay manera de operar, no hay manera, está prácticamente todo quemado y bueno las instalaciones y todo ya son muy viejas, habría que cambiarlas todas, definitivamente nuestro dictamen es que dejen de operar”, insistió.
Díaz Jiménez subrayó que “no venimos a imponer” y dijo que se buscará el diálogo con los locatarios inconformes para hacer un proyecto que los beneficie.
Por instrucción de él, y bajo la vigilancia del subsecretario de Obras Públicas, José Ramón Tirado Franco, poco antes de las 11 de la mañana unos 30 trabajadores de la dependencia estatal, que portaban cascos, chalecos, y herramienta, empezaron a marcar el estacionamiento ubicado en la calle Diego Hurtado de Mendoza para delimitar los locales temporales que se construirían para reubicar a los locatarios.
En el lugar ya se encontraban varias camionetas con los postes de madera y láminas de acero necesarios para construir los locales, mientras que otros trabajadores comenzaban a perforar las banquetas para cercar el estacionamiento con una malla ciclónica y a delimitar las áreas donde se ubicarían los accesos.
Cuando Díaz Jiménez y Tirado Franco supervisaban la construcción de los locales temporales, unos 40 locatarios llegaron para quejarse de que solamente estaban considerando 108 locales temporales, siendo que en la nave existen 208, por lo que el primer local que ya estaba terminado tuvo que ser desarmado y construido nuevamente con 30 centímetros menos de ancho.
Mientras esto ocurría, inspectores de la Dirección de Vía Pública retiraban a unos ambulantes para poder adaptar los locales temporales en el espacio del estacionamiento y los dos escalones de acceso a la nave mayor, y cuatro camiones de la Dirección de Saneamiento Básico apoyaban en el retiro de la mercancía quemada en los locales afectados.
Por su parte, Tirado Franco informó que los trabajos de reconstrucción de la nave de cárnicos continuarían de forma paralela a la demolición de la nave de ropa, que podría comenzar el próximo lunes.
Durante la noche, consultados vía telefónica, los locatarios informaron que por la tarde Ángel Aguirre recorrió la zona afectada por el incendio durante unos 20 minutos, pero que no pudieron dialogar con él como les había propuesto horas antes el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, porque el gobernador acudió rodeado por un fuerte dispositivo de seguridad y sus guardaespaldas les impidieron acercarse.
De acuerdo con los comerciantes, Díaz Jiménez les firmó una minuta de trabajo en la que se comprometía a respetar las dimensiones y ubicación de los 208 locales, que no iban a construirse nuevos locales para otros comerciantes, y les informó que debían desalojar la nave en un tiempo máximo de seis días.

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