Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Entre generales de la misma generación acuerdan compra polémica de tecnología

Benito Jiménez / Agencia Reforma

Ciudad de México

El General Felipe Ramírez Gómez es quien da el visto bueno, en cuestiones técnicas, a las adquisiciones de equipo que realiza la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).
Como titular de la Dirección General de Transmisiones es el que determina, si procede o no, una compra, dada su experiencia tecnológica. También es el encargado de comunicar entre sí a todos los mandos del Ejército y la Fuerza Aérea, y éstos con otras dependencias nacionales e internacionales, de manera segura.
El nombre del General de Brigada de Servicio figura en las firmas de los contratos millonarios para modernizar las comunicaciones de la Sedena, como en el caso de los cinco convenios, por casi 5 mil millones de pesos, con la empresa Security Tracking Devices S.A de C.V., para la adquisición de equipo tecnológico para “labores de inteligencia”.
Pero el General Ramírez, quien es Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica, ha propuesto además otras tecnologías.
Sugirió a inicios de julio gastar 11 millones de pesos para la compra de una cámara fotográfica georreferenciada Nikon, GPS Yuma, licencias de software (actualizadas) Arcgis Envi, Erdas Apollo y Soccet, y un sistema de análisis estadística para medir la producción de enervantes en México.
Gestionó el proyecto con clave de cartera 11071100002 para la conformación de una Plataforma de Comando, Control e Integración de Comunicaciones del Ejército y la Fuerza Armada (en una primera fase), que disponga de tecnología de última generación que permita el tráfico y almacenamiento de información, empleando estaciones de comunicaciones fijas y móviles.
Con 3 mil 084 millones de pesos ese proyecto implementaría una red de comunicaciones conformada por 30 estaciones remotas fijas y 30 móviles.
El General, egresado de la Escuela Militar de Ingenieros, y ascendió a su grado actual en 2009, en una ceremonia donde también ascendió a General de Arma, José Luis Castañeda Jiménez, actual subdirector de Adquisiciones de la Sedena, y quien también firma los cinco contratos con Security Tracking Devices.
Ramírez estuvo a cargo en 2009 de los servicios regionales de la Cuarta Región Militar, en Monterrey, Nuevo León; dos años antes fue comandante de la Octava Compañía Regional de Transmisiones en la Tercera Región Militar, en Mazatlán, Sinaloa.
Actualmente propone además la compra de enlaces de radiocomunicación y la sustitución de tecnologías análogas por digitales por 389.6 millones; sustitución de enlaces de microondas, por 27 millones 639 mil pesos; y tecnología de vanguardia que soporten el tráfico de información de voz y datos para las Regiones y Zonas que aún no cuentan con este servicio por 218 millones 558 mil pesos.
Además equipo de comunicación satelital fija en la Banda Ku, de nueva tecnología para sustituir y actualizar las tecnologías Sky, Performer, Sky Wan y Gilat Dial Away por 44 millones 274 mil pesos.
El General Castañeda Jiménez, es encargado desde octubre de 2008 de las licitaciones y la adjudicación de contratos de bienes y servicios para la Sedena.
Antes, estuvo como comandante de la Guarnición en Comitán, Chiapas.
Antes, se reveló, que José Susumo Azano Matsura, uno de los principales proveedores de tecnología de la Secretaría de la Defensa Nacional, tenía una estrecha relación con el General Arturo Acosta Chaparro, quien en vida le presentó a varios funcionarios estatales y federales.
El propietario de Security Tracking Devices había convertido en los últimos años al Hotel Camino Real de la colonia Anzures en su principal centro de reunión, a donde llegaban a verlo Generales, secretarios de Seguridad Pública estatales y comandantes policiacos.
“Muchos de los funcionarios llegaban al Camino Real a ver a Azano, de la mano del General Acosta Chaparro. Azano es un empresario muy vinculado a los servicios de inteligencia de Estados Unidos, estrechamente vinculado”, dice un ex funcionario federal que pidió el anonimato.
Relata que Azano fue de los primeros en vender en México equipo de intrusión y extracción de datos de aparatos Blackberry, cuya mensajería instantánea se consideraba hasta hace poco tiempo como uno de los medios más seguros en el mercado.
El empresario, quien de acuerdo con fuentes consultadas ahora reside en San Francisco, California, se convirtió apenas en el sexenio de Felipe Calderón en un proveedor de tecnología para instituciones relacionadas con la seguridad nacional.

468 ad