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Cerrar la universidad a los jóvenes es enviarlos a la delincuencia, advierten

Daniel Velázquez

La exclusión de los jóvenes en la universidad es fomentar un ejército de reserva para la delincuencia organizada, advirtió ayer Javier Morlet Macho, coordinador de los diálogos para Convivencia y la Paz.
Morlet Macho dijo ante abogados que una de las conclusiones de los diálogos por la Convivencia y la Paz es que las autoridades deben garantizar “el acceso a los jóvenes a la educación incrementando las oportunidades de estudio en las escuelas y limitando el alto porcentaje de rechazo y deserción”.
En una reunión llevada a cabo en el restaurante del hotel Las Hamacas de Acapulco, Morlet Macho convocó a los integrantes del Colegio de Abogados Ignacio Manuel Altamirano a dar seguimiento a las conclusiones de los diálogos.
Agregó que la garantía de acceso a la educación superior es un acuerdo surgido en los diálogos y no sólo debe ser la posibilidad de ingresar a las universidades, sino también aplicar políticas públicas que disminuyan la deserción escolar.
Dijo que corresponde al gobierno establecer los mecanismos para hacer posible este acuerdo “y no se obligue a jóvenes sin estudio y sin trabajo a formar parte del ejército de reserva de la delincuencia organizada, como actualmente está sucediendo”.
Insistió en que si la autoridades excluyen a los jóvenes de las oportunidades de estudio y de trabajo, en automático forma un ejército para la delincuencia organizada y eso explica que las víctimas y victimarios de la violencia que padece el estado sean jóvenes.
También planteó que se debe modificar la ley que regula el Observatorio Ciudadano para la Seguridad Pública, para que se le den dientes y pueda sancionar a los funcionarios que no faciliten la información que están obligados a brindar para que se pueda evaluar el desarrollo de la procuración de justicia y seguridad mediante estadísticas del comportamiento delincuencial, así como para hacer recomendaciones de qué áreas son las que debe priorizar.
Observó además que la Procuraduría de Justicia del estado como institución “ya no sirve, está rebasada, es una institución del siglo XX o del siglo XIX”, por lo que debe reconstruirse.
Añadió que la cantidad de recursos de que dispone la delincuencia organizada no le permiten a la procuraduría procurar justicia, de tal manera que muchos delitos quedan impunes y otros no se denuncian.

Un largo camino

Indicó que en el camino para mejorar la seguridad en el estado ya se tiene un avance que es el diagnóstico y las propuestas, y el siguiente paso es dar seguimiento a esos planteamientos con los especialistas.
Indicó que la participación de los especialistas en el seguimiento a las conclusiones de los Diálogos por la Convivencia y la Paz es necesaria porque todos son víctimas de la violencia y la inseguridad, no sólo quienes han sufrido delitos, sino porque quienes no lo han hecho han modificado su estilo de vida.
En su intervención Morlet Macho presentó a los abogados las conclusiones que resultaron del trabajo de los Diálogos por la Convivencia y la Paz, entre las que están “impulsar la creación de cuerpos consultivos ciudadanos que interactúen con las autoridades y ayuden en la prevención de situaciones de riesgo, como parte de la construcción de la seguridad ciudadana que advierta de los riesgos que hay en la ciudad”.
Otra de las conclusiones es que las convocatorias y criterios para contratar policías, ministerios públicos y jueces sean “estrictos” y no se les den a los amigos desempleados.
Además propuso un sistema de cámaras de vigilancia con control operativo de alto nivel, y garantizar la presencia de abogados hablantes de lenguas indígenas.
Indicó que para que esas propuestas recopiladas en tres meses de trabajo no se queden sólo como una exposición de buenos deseos sino llevarlos a la realidad, se requieren especialistas en los temas, con quienes se les pueda dar seguimiento.
Indicó que durante varios meses recopiló reclamos, propuestas y mentadas de madre, “y tal cual se presentaron al gobernador, con todo y faltas de ortografía, con todo y mentadas de madre”.
Además se enfrentó a la apatía de los ciudadanos porque no creían en el ejercicio, sino que lo veían como una especie de legitimar alguna acción de gobierno.
Dijo que lo que sigue es un trabajo largo para llevar las propuestas a acciones o políticas públicas y por eso su intención de reunirse con los colegios y barras de abogados, para que entren a los temas técnicos jurídicos que conocen.
A pregunta expresa de un miembro del colegio sobre cuál era la situación de la seguridad en el estado, Javier Morlet dijo que es una cuestión de percepción y de acuerdo a lo que él aprecia, “la seguridad en Acapulco ha mejorado en la zona urbana pero percibo que en la zona suburbana el índice delincuencial sigue alto y en otras regiones el índice delincuencial sigue siendo alto”.
Luego de escuchar su participación, el presidente de colegio, Alberto Aparicio Navarro, ofreció nombrar una comisión para que se integre al trabajo que realiza Javier Morlet.

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