Se necesita fortalecer a la UAG, no crear una universidad del estado, opina González Ruiz

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Para el ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), uno de los impulsores del proyecto Universidad-Pueblo, Enrique González Ruiz, un nuevo proyecto de universidad del estado es inviable, porque sería el equivalente de otra Autónoma de Guerrero, que forzosamente implicaría dividir importantes recursos de educación, entre las dos instituciones públicas.
Consultado vía telefónica sobre el anuncio del gobernador Ángel Aguirre Rivero, de crear una  Universidad de Guerrero que atienda la gran demanda de rechazados de educación superior, que según el Ejecutivo no vendría a competir, sino a complementar a la máxima casa de estudios, de entrada, el investigador y académico declaró que no entendía la finalidad de crear otra.
Opinó que lo que realmente se necesita es fortalecer la Universidad Autónoma de Guerrero, abrir más espacios en toda la entidad para cubrir toda la demanda educativa; aclaró que no es enemigo de la creación de nuevas instituciones, sin embargo, las autoridades deberían argumentar mejor su intención y escuchar al Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de la UAG.
González Ruiz indicó que si el gobernador pretende seguir la iniciativa del jefe de gobierno del Distrito Federal, (cuando ocupó ese cargo Andrés Manuel López Obrador) que creó una nueva institución de educación superior para atender la demanda de rechazados de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no es aplicable, porque la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), ya es equivalente a la UAG para Guerrero.
Señaló que la UNAM, la Universidad Metropolitana y el Instituto Politécnico Nacional son federales, y precisamente porque la UAG comenzó hace algunos años a a rechazar a los aspirantes, lo que se debe hacer el proveerla de recursos para que atienda a toda la población.
Lamentó que la UAG, que se concibió como un proyecto de universidad pueblo, con una política donde no hubiera jóvenes que rechazados, se encuentre en esta situación; “no queremos más ninis, sin oportunidad de trabajar o de estudiar, por esta circunstancia”.
Aunque destacó iniciativas como la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero, ubicada en La Cienéga, municipio de Malinaltepec, cuestionó, “¿de dónde saldrían más recursos para una nueva universidad del Estado?, se tendrían que dividir los recursos, no se le ve sentido, no hay lógica en eso de dos universidades estatales, es como duplicar la existencia de dos organismos encargados de la educación superior”.
Indicó que, aunque el gobernador diga que las universidades se van a complementar, en el fondo, dos institutos estatales tendrían que competir por la asignación de recursos, por lo tanto, insistió que esta es una propuesta que no tiene viabilidad.
Sin embargo concedió y dijo que es prudente esperar a conocer el planteamiento formal de cómo la están planeando, qué carreras ofrecería, a qué sectores de la población atendería, a quién estará dirigida, pero de inicio, lo importante es fortalecer a la UAG, para que se abran más espacios, para que no tenga rechazados, para que toda la gente que lo demande tenga acceso a un lugar.
“En los últimos tiempos la UAG tiene rechazados, y una política de la Universidad Pueblo era no rechazar a nadie, sino que se diera el proceso de selección en el propio campo de trabajo; tampoco es justo que de antemano se deseche a las personas”.
Señaló que no todas las personas concluyen sus estudios, por lo tanto debe existir la posibilidad de que en el propio proceso de trabajo, las personas se vayan acomodando, que la demanda sola, se vaya autoseleccionando.
El ex rector reconoció que hace tiempo se encuentra alejado de la UAG, pero a la distancia observa que necesita cambios, que debe fortalecerse crear nuevas opciones educativas, pero que es una universidad vigorosa que tiene que cumplir sus objetivos.
González Ruiz, además de promotor del proyector de la universidad pueblo, ahora es integrante de la Comisión de la Verdad de Guerrero, encargada de investigar las desapariciones forzadas durante la llamada Guerra Sucia, en los años de 1969 y 1979.